La CDU y el SPD se desploman mientras Los Verdes logran un fuerte avance en Alemania
Los socialdemócratas protagonizan la mayor caída en unos comicios en los que el medio ambiente ha marcado una de las principales preocupaciones
Batacazo de los partidos en el Gobierno e imparable ascensión de Los Verdes en Alemania. El partido de centroderecha alemán, la CDU de la canciller Angela Merkel, ha sido el más votado en estas elecciones europeas, según los datos oficiales difundidos en la mañana del lunes, que le otorgan al bloque conservador (CDU/CSU) un 28,9% de los votos. Los dos grandes partidos que gobiernan en coalición han sido fuertemente castigados por los votantes. La CDU obtuvo 7,6 puntos menos que en las anteriores elecciones y los socialdemócratas, SPD, quedarían en tercera posición con un 15,8% de los votos, casi 12 puntos menos. Los Verdes, sin embargo, se disparan —obtendrían un 20,5%— alimentados por un voto joven y preocupado por el medio ambiente y escalarían hasta una segunda posición.
La participación ha sido mayor que hace cinco años. Han acudido un 59% de los llamados a las urnas frente al 48,1% de 2014, en unas elecciones que incrementan la presión sobre una coalición de Gobierno cada vez más cuestionada. Con estos resultados, los partidos de la gran coalición —CDU y su formación hermana bávara, la CSU, y el SPD— no serían capaces de formar un Gobierno como el actual. En las pasadas elecciones europeas de 2014, la suma de los partidos de la gran coalición ascendió a un 62,7% de los votos, frente al 44,3% que habrían obtenido ahora, según los sondeos.
Annegret Kramp-Karrenbauer, presidenta de la CDU y llamada a suceder a Merkel en la cancillería, compareció ante la prensa en Berlín tras conocerse los primeros sondeos para defender la candidatura del alemán Manfred Weber como presidente del Ejecutivo comunitario. “Está claro que Manfred Weber tiene que asumir el liderazgo de la Comisión Europea”, porque considera que se trata de “un interés alemán”, dijo tomando la iniciativa ante quienes en la UE, como Emmanuel Macron, recelan del sistema de Spitzenkandidat. AKK, como se la conoce en Bruselas, reconoció la pérdida de apoyos de su partido y admitió que pueden ofrecer mejores respuestas y soluciones a los ciudadanos.
Weber, a su vez, declaró que en el capítulo de buenas noticias había que destacar que la democracia europea estaba viva. Pero reconoció: "Nos hubiera gustado un mejor resultado”. Además, se felicitó de que el bloque conservador fuera el más votado y por lo tanto llamado a gobernar.
Los socialdemócratas sufren una caída histórica. La presidenta del SPD, Andrea Nahles, consideró el resultado como “extremadamente decepcionante” y en una comparecencia poco antes de las siete de la tarde llamó a seguir defendiendo una agenda social en el seno de la gran coalición de Gobierno, despejando rumores de posibles rupturas en la alianza de Gobierno. “Esto [los resultados] demuestran que hay mucho por hacer”, añadió.
Alemania, con 82 millones de habitantes, es el país con mayor peso demográfico de la UE y el que ocupa más escaños en la Eurocámara, 96 del total de 751. Por eso, y porque Alemania es el país hegemónico de facto en la Unión, los resultados de estas elecciones resultan clave para el futuro de Europa. La jornada electoral ha transcurrido sin sobresaltos y a las seis de la tarde cerraron los colegios electorales en el país y se han publicado los primeros sondeos.
Jóvenes y medio ambiente
El medio ambiente ha sido una de las principales preocupaciones de estas elecciones en Alemania, según varios sondeos. Muestra de ello es el éxito de las manifestaciones de Fridays for Future en Alemania. El pasado viernes, decenas de miles de jóvenes volvieron a salir a la calle en más de un centenar de ciudades del país para decirle a sus mayores que están hartos de esperar a que actúen de forma decisiva contra el deterioro ambiental.
El partido verde, con un liderazgo renovado y un discurso optimista, muy europeísta, de defensa de una sociedad abierta y en la que la protección ambiental figura como prioridad, ha sido capaz de capitalizar buena parte de la preocupación ciudadana. En el otro extremo, la ultraderecha, Alternativa por Alemania, con un 10,8% de los votos, según las estimaciones avanzadas, habría cosechado un resultado más bajo que en las generales de 2017 (12,6%), pero mayor que en las últimas europeas (7,1%).
A pie de calle se repetía la frustración de los votantes, que consideran que Berlín ha hecho demasiado poco y ha actuado demasiado tarde para proteger el medio ambiente. “Espero que pierdan los partidos de la gran coalición”, deseaba a la entrada de un colegio electoral de Berlín una joven de 18 años, Laura Miguel, que votaba por primera vez. “Para mí el gran tema es el medio ambiente y los verdes pueden marcar la diferencia, porque el resto de los partidos tiene otras prioridades”, opinaba la estudiante de pelo oxigenado y gafas al estilo de Harry Potter.
Ausencia de Merkel
La campaña en Alemania ha estado marcada además por la práctica ausencia de la canciller, Angela Merkel, después de haber cedido la presidencia de su partido de centro-derecha, la (CDU) tras casi dos décadas al frente. Annegret Kramp-Karrenbauer, su sucesora, ha medido su liderazgo en el partido, aunque indirectamente, por primera vez en el ámbito nacional.
De la lectura interna que hagan los partidos de los resultados de hoy dependerá en buena medida el futuro de la gran coalición. En parte, porque las voces que desde la socialdemocracia piensan que serán incapaces de recuperarse cohabitando con conservadores en el Ejecutivo en lugar de en la oposición son muy numerosas.
La puntilla contra la gran coalición la han dado en los últimos cuatro días los youtubers más célebres de Alemania, que han reventado la estrategia electoral de los grandes partidos. Uno de ellos, conocido como Rezo, publicó el jueves un vídeo de casi una hora de duración, que lleva ya más de nueve millones de visualizaciones y en el que llama a destruir la CDU. Al día siguiente, más de 70 youtubers filmaron otro manifiesto con el que piden el boicoteo a los partidos de la gran coalición, sobre todo por su inacción frente a la crisis climática.
El domingo, a las puertas de un colegio electoral, Reichel Marco, conductor de autobús municipal, explicaba que había visto el vídeo y le había influido. “Dice las cosas como son. Es lo que piensan los jóvenes”. Para Marco, de 43 años y con dos hijos, el principal desafío es la desigualdad social, que asegura ve a diario la capital alemana desde su asiento de conductor del autobús. “No entiendo que haya jubilados que tengan que rebuscar en la basura. La injusticia social es un gran problema”, considera.
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