Decenas de miles de jóvenes toman la calle en Alemania para impulsar la lucha contra el cambio climático
Los estudiantes convocaron protestas en 200 ciudades del país, en el que desde hace semanas se dan cita los viernes
Las calles de Berlín volvieron a llenarse de jóvenes dando gritos y pertrechados con ocurrentes pancartas y pidiendo a sus mayores que hagan algo ya para frenar el cambio climático. Pero esta vez era diferente, porque su protesta ya es global y porque cada vez son más. Decenas de miles de personas han participado este viernes en una concentración en la que hubo música y se corearon los ya clásicos lemas en un día frío y ventoso. Hasta 25.000 niños y jóvenes, según los organizadores y entre 15.000 y 20.000, según indica la policía de Berlín a este diario. En toda Alemania, se convocaron 200 protestas.
A las nueve y media de la mañana, los tranvías ya iban llenos de niños con carteles en dirección al centro. Media hora más tarde arrancaba la protesta en Invalidenpark, junto al ministerio de Economía, donde se congregaban miles personas con pancartas coloridas. “No hay planeta B”, “usa menos el coche” o “Greta es vegana, ¿y tú?”, en alusión a la activista sueca que ha impulsado las protestas.
En un lateral, se preparaban para la jornada reivindicativa Elli y sus amigas. Tienen 14 y 15 años. Dos de ellas son veganas. En las casas de tres de ellas no hay coche y se declaran partidarias del tren frente al avión. “Los billetes de avión tendrían que ser mucho más caros y los de tren más baratos”, defiende Elli, de 14 años, menuda y con gafas de pasta. Dicen que esto es “súperserio” y que hace mucho que saben que “los osos polares se están quedando sin hielo y sin casa”. “Ah, y además crece el nivel del mar”, apunta Martha.
De todo eso se han enterado hablando con sus padres, por Instagram y por el telediario para niños, que lleva semanas hablando de Greta y los Fridays for Future como han bautizado a las protestas. Pero también, aseguran, ellas solas se han dado cuenta de que las temperaturas del verano pasado y de este invierno no han sido normales. Mientras las jóvenes hablan, al fondo se escucha el clásico cántico de las manifestaciones de los viernes: “Somos muchos y hacemos ruido porque nos quieren robar nuestro futuro”.
En otra acera, otra joven, de doce años y con caracoles en el pelo rubio cuenta que ha venido porque “tienen que tener en cuenta nuestro futuro”. “Tienen que aprobar leyes más estrictas y sobre todo, todos los países tienen que actuar a la vez, porque en Europa compartimos el aire de América”, explica la joven que prefiere que no se publique su nombre y que asegura que muchos de sus compañeros no han podido venir porque no les dejan sus padres. Confiesa que hoy se va a saltar un examen que tenían en el colegio.
En Alemania, las manifestaciones comenzaron a mediados de enero. Desde entonces, en muchas casas y en muchos colegios la discusión gira en torno si debe hacerse en horario escolar. Los estudiantes en Alemania necesitan una justificación si faltan a clase y para muchos padres, aunque apoyen los objetivos de la huelga de sus hijos, supone un dilema justificar su ausencia de las aulas. Hay políticos que también han protestado por lo que consideran un absentismo escolar injustificado.
Hay otros padres alemanes sin embargo que ya se están organizando bajo el lema Parents for future para apoyar las protestas de los más jóvenes. En Alemania, Suiza y Austria, cerca de 20.000 científicos han firmado también una petición de apoyo a los manifestantes.
La mayoría de la población en Alemania apoya las protestas como refleja el sondeo publicado por la televisión pública ZDF. Un 67% de los encuestados dijo apoyar las protestas de los jóvenes y 32% las rechaza. El rechazo sube al 67% entre los votantes de Afd, la extrema derecha. En un video mensaje grabado a principios de mes, la canciller, Angela Merkel mostró su apoyo a las protestas estudiantiles.
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