‘Casting’ para elegir al portavoz presidencial de Ucrania

Volodímir Zelenski, el presidente electo de Ucrania, busca portavoz. Así que el actor cómico, que arrasó en las elecciones del pasado 21 de abril, ha decidido lanzar un concurso público para elegirlo. Al más puro estilo show, como ha sido toda su campaña, anunció la competencia en las redes sociales justo el día en que los resultados de los comicios eran definitivos. “Si está preparado para trabajar las 24 horas al día los siete días de la semana, envíe su currículum”, pidió Zelenski en un vídeo subido en Instagram y Facebook que acumula ya decenas de miles de visitas.

La iniciativa es solo una muestra más de que a Zelenski, un completo novato en la política, le gusta hacer las cosas de otra manera. El cómico, de 41 años, ya había prometido que las decisiones “importantes para el país” se tomarían tras un referéndum –aunque no especificó si este sería vinculante— y que se desarrollarían concursos públicos para puestos destacados. Un mensaje que casa con el núcleo fundamental de su discurso, que ha captado a la ciudadanía de Ucrania (44,8 millones de habitantes), hastiada y enfadada con las elites políticas y económicas que llevan años en la cúpula del país, lastrado por numerosos casos de corrupción.

“Estamos lanzando la primera concurrencia: el portavoz presidencial de Ucrania. Las condiciones son muy simples: si tiene conocimiento de al menos tres idiomas (ucranio, inglés y ruso) y si tiene experiencia en periodismo o en la esfera pública”, reclama el cómico en su mensaje, que da una dirección de correo electrónico para la selección de personal. “Comenzaremos a hacerlo juntos”, añade Zelenski. El actor se ha rodeado desde el principio de personas de su círculo más íntimo, muchas de ellas de su productora de televisión y teatro y de su infancia, aunque también ha ‘fichado’ a destacados representantes de la sociedad civil.

El carismático comediante, cuyo principal idioma es el ruso, tiene más de cinco millones de seguidores en Instagram. Y no parece que vaya a abandonar las redes sociales ahora que se ha hecho con la presidencia. De hecho, los analistas apuntan a que gran parte de su victoria se debe a su estrategia de las redes.  Ya apuntaba maneras cuando anunció su candidatura en un llamativo mensaje la noche de año nuevo.

Más información

La mujer con la cara tatuada que ha sido detenida tres veces en seis meses

El obispo de Oporto, contra Mercadona y demás

El aumento de ovnis avistados en EE UU lleva a la Armada a establecer un protocolo de registro

El actor, protagonista de Servidor del pueblo, una exitosa serie de televisión (disponible en Netflix) en la que da vida a un profesor que se convierte en presidente después de que uno de sus discursos contra la corrupción se hiciesen virales, ha dado prioridad a todo lo que tiene que ver con YouTube, Instagram y Facebook.

Y aunque desde el día de los comicios haya estado algo ausente de esas plataformas, las sigue usando para difundir los mensajes importantes. Como la ácida respuesta al presidente ruso, Vladímir Putin, con su oferta de ofrecer pasaportes a los ciudadanos ucranios (que fue aprobada definitivamente ayer); y ahora para hacer un llamamiento a los periodistas ucranios que quieran trabajar codo a codo con él.

El cómico que con 13,5 millones de votos, el 73,22%, logró el mejor resultado para un candidato electoral en la historia de Ucrania ha mencionado como sus modelos a líderes tan diversos como el francés Emmanuel Macron o, más recientemente el estadounidense George Washington. Durante un tiempo también lo fue el brasileño ultraconservador Jair Bolsonaro. Sin embargo, en este reinado de los ajenos a la política –como Donald Trump--, el mensaje de Zelenski difiere de otros discursos populistas: ha cargado contra las élites pero nunca contra la inmigración, por ejemplo.

Al nuevo presidente ha fallado por ahora en explicar sus vínculos con el oligarca de los medios Igor Kolomoiski, envuelto en un escándalo bancario millonario, y también ha eludido explicar por qué su esposa, Olena, compró muy por debajo del precio de mercado un atractivo apartamento de lujo en el mar Negro a un magnate empresarial.