El FBI detiene a un presunto terrorista que planeaba un gran atentado con bomba en Los Ángeles
El sospechoso es un exmilitar de 26 años convertido al islam que quería ejecutar "un nuevo Las Vegas" en venganza por los ataques contra mezquitas en Nueva Zelanda, según la investigación
Las fuerzas de seguridad detuvieron el pasado viernes a un exmilitar estadounidense de 26 años acusado de planear un atentado con bomba en el área de Los Ángeles con el que pretendía vengar los recientes atentados contra mezquitas en Nueva Zelanda. El caso, comunicado este lunes por el FBI, llega solo dos días después de un atentado contra una sinagoga en San Diego en el que murió una persona y otras tres resultaron heridas, y en medio de advertencias sobre el aumento de la violencia religiosa en el país atizada por las redes sociales.
El sospechoso se llama Mark Steven Domingo. Es veterano de Afganistán y se había convertido al islam, según los investigadores. Fue detenido cuando recibió un paquete que él pensaba que era una bomba casera que había encargado. En realidad, el supuesto fabricante de la bomba era un policía encubierto. Domingo había encargado a un cómplice que le buscara un fabricante de bombas. La semana pasada había comprado cientos de clavos de 7,6 centímetros para utilizarlos como metralla. El cómplice estaba colaborando con la policía.
Según documentos judiciales citados por la prensa local, Domingo buscaba “venganza” por los atentados de un supremacista blanco contra dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, el pasado 15 de marzo. Según su rastro en redes sociales, había jurado obediencia a la organización terrorista Estado Islámico. “América necesita otro suceso como el de Las Vegas”, escribió Domingo, en referencia a la mayor masacre a tiros de la historia del país en tiempos de paz, el atentado contra un concierto de country en aquella ciudad en octubre de 2017 en el que murieron 58 personas. Domingo quería “darles a probar el terror que ellos expanden por el mundo”.
El FBI comenzó a seguir a Domingo a través de un supuesto cómplice a raíz de su actividad en redes sociales. En ese tiempo, se marcó varios objetivos. Según fuentes de las fuerzas de seguridad citadas por Los Angeles Times, estuvo considerando atacar el muelle de Santa Mónica, uno de los destinos turísticos más populares del sur de California. También hizo planes para un tiroteo masivo con un AK-47 desde un coche. Finalmente, se decidió a atacar dos manifestaciones, una en Long Beach y otra en Huntington Beach, en el área de Los Ángeles.
El fiscal federal del centro de California, Nick Hanna, dijo que la detención había evitado “una amenaza muy real de un soldado de combate entrenado, que declaró reiteradamente que quería causar el máximo número de víctimas”.
El caso de Domingo llega solo dos días después de que un hombre de 19 años perpetrara el último atentado con motivación religiosa en California. John Earnest, vecino de San Diego, entró el sábado en una sinagoga de la zona armado con un fusil de asalto y comenzó a disparar cuando acababan de comenzar las celebraciones del último día de la Pascua Judía. Murió una mujer de 60 años y otras tres personas resultaron heridas, incluido el rabino y una niña de ocho años. El asesino había dejado rastro en redes de su odio a los judíos y los musulmanes y de su admiración por el supremacista blanco que perpetró la matanza de Nueva Zelanda.
El anterior precedente de un atentado de inspiración islamista en el sur de California es el ataque de Syed Farook y su esposa, Tashfeen Malik, en diciembre de 2015 en San Bernardino. La pareja entró en la fiesta de Navidad de los compañeros de trabajo de él y disparó a discreción con rifles de asalto. Murieron 22 personas. Farook era ciudadano estadounidense de familia paquistaní y Malik era nacida en aquel país. La investigación determinó que se habían radicalizado a través de Internet.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.