El cómico Zelenski obtiene el 30% de los votos en la primera vuelta en Ucrania
El actor se enfrentará al presidente, Petró Poroshenko, el 21 de abril en segunda vuelta. La ex primera ministra Yulia Timoshenko queda fuera de la carrera presidencial
Ucrania ha dado este domingo una bofetada al sistema. Enojados con los constantes escándalos de corrupción y agotados de la guerra en el Este, los ucranios han querido dar una oportunidad a un cómico sin experiencia política para dirigir el país. Con un 30,3% de los votos (con un 90% escrutado), el actor Volodímir Zelenski ha ganado la primera ronda de las elecciones presidenciales. Con un discurso centrado en combatir la corrupción y una campaña digna de una estrella del rock, todo apunta a que el comediante se medirá el 21 de abril con el actual presidente, Petro Poroshenko, que ha obtenido un 15,9% de los votos. La ex primera ministra Yulia Timoshenko (13,3%) se ha negado a reconocer la derrota hasta el fin del recuento y ha llamado a sus seguidores a las calles.
El cansancio de la población de la élite política y la oligarquía que sigue manejando el país, la crisis económica y el éxodo de miles de personas en busca de mejores oportunidades ha pasado factura a los políticos más veteranos. Y ha encumbrado a Zelenski, de 41 años, que además se ha hecho muy popular por representar a un presidente de Ucrania en una serie de televisión que está disponible incluso en Netflix. Con un programa algo vago, el carismático comediante ha propuesto eliminar la inmunidad parlamentaria, prohibir que quienes hayan sido condenados por corrupción ocupen cargos públicos y hacer referendos para dilucidar los temas importantes.
Zelenski ha propuesto además volver a la mesa de negociaciones con Rusia para poner fin al conflicto con los separatistas apoyados por el Kremlin en la región del Donbás; una guerra que ha causado ya casi 13.000 muertos, según Naciones Unidas, y 1,5 millones de desplazados internos. “Hoy comienza una nueva vida para Ucrania, una vida sin corrupción”, clamó en su sede electoral, apoyado por los miembros de su equipo, la mayoría muy jóvenes. Entre vítores y abrazos, el actor dio las gracias a los ucranios que le apoyaron “en serio y no en broma”.
La campaña plagada de denuncias de irregularidades y caliente hasta el último minuto, solo es símbolo de la todavía inestable política de Ucrania, cinco años después de las protestas multitudinarias que derribaron a Víktor Yanukóvich, aliado del Kremlin. Una situación sensible en uno de los países más importantes de Europa desde el punto de vista geoestratégico. Y las tres semanas que quedan hasta la segunda vuelta se prevén igual de tensas.
En el país del Este, de 44 millones de habitantes, solo el 9% de los ucranios tiene confianza en el Gobierno, según revela una encuesta reciente de Gallup, el porcentaje más bajo del mundo. Y un dato algo mayor pero similar hacia los políticos y la Administración. Nada más salir lo sondeos a pie de urna, la ex primera ministra y eterna aspirante Yulia Timoshenko, también mostró esa desconfianza y denunció irregularidades en las votaciones y manipulación en los sondeos. La antigua cara de la revolución naranja afirma que sus propios sondeos a pie de urna le dan la segunda posición tras Zelenski.
“No reconoceremos los resultados hasta que la última papeleta se haya computado. Lucharemos por cada voto”, declaró Timoshenko. “Nos mediremos contra Zelenski en la segunda vuelta”, añadió la ex primera ministra, que vehementemente llamó a sus seguidores a salir a la calle y acudir a los centros de votación para garantizar un "recuento limpio". Si Timoshenko impugna, la publicación de los resultados oficiales puede demorarse todavía más de lo habitual.
La Comisión Electoral negó que hubiese irregularidades importantes. Contradiciendo a su principal rival para la primera vuelta, Petro Poroshenko, también afirmó que las elecciones —con más de un 63% de participación— habían sido “justas y limpias”. También que tras estas ha aprendido una “dura lección”. El actual presidente, de 53 años, y que se presenta como el único que puede contener la amenaza rusa y a su homólogo Vladímir Putin, ha fallado en erradicar la corrupción que lastra el país cinco años después de la movilización multitudinaria por la democracia y la transparencia que terminaron con su antecesor, Yanukóvich. Tampoco ha logrado, como prometió, poner fin al conflicto en el este del país.
La situación económica no le ha ayudado. Desde hace cinco años, la inflación ha subido del 0,5% al 8,18% y la grivna ha perdido tres veces su valor respecto al dólar. Los ciudadanos lo están notando en la cesta de la compra y en el bolsillo. En el norte de Kiev, en un colegio electoral en un barrio de altas torres cerca del río Dnieper, Anton Visotsky, ingeniero de 36 años, daba muestras de ese desencanto y desdén. "La mitad de mis amigos se ha ido de Ucrania. Este país tiene muchas posibilidades, pero se ha estancado. Necesitamos un empujón", comentaba.
Los ucranios parecen agotados, por ahora, del discurso nacionalista y militarista de Poroshenko —su lema es "Ejército, idioma, iglesia"—. Pero el actual presidente, que ha incrementado mucho el gasto en defensa, también ha conseguido poner en marcha reformas clave y que el país más pobre de Europa, según el FMI, empiece a crecer (en torno a un 3,5% del PIB en 2018 según sus datos). Además, ha logrado la entrada libre de visado para los ucranios en Europa y la escisión de la Iglesia ortodoxa ucrania de la rusa.
“El día 1 de abril nos vamos a reír, a partir del 2 no habrá lugar para las bromas”, ha dicho Poroshenko al canal 5, parte de su emporio empresarial. El 1 de abril en Ucrania, como en otros muchos países de Europa, es el 'día de las bromas' (como el día de los inocentes en España). El político y empresario cree que podría devorar a Zelenski como uno de sus famosos bombones. El ruso "sueña con un presidente sumiso, amable, risueño, inexperto y políticamente incierto, ¿le regalaremos eso?", clamó.
Elecciones cruciales mirando a Europa y Rusia
En un país dividido entre el este y el oeste y en movilización constante contra una temida agresión rusa, los resultados de estas elecciones son cruciales. En ese escenario, los tres candidatos más votados han apostado por seguir estrechando sus vínculos con Europa y otras instituciones occidentales. Aunque el cuarto candidato más votado fue, según los primeros recuentos, el prorruso Yuri Boiko (11,5%), exministro en el Gobierno de Yanukóvich y que aboga por la normalización de las relaciones con el Kremlin. Varios millones de votantes que viven en la península ucrania de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014, no pudieron votar. Tampoco en las partes controladas por los separatistas prorrusos apoyados por el Kremlin, en el este.
En el cuartel general de Zelenskiy : un modernillo restaurante en un centro de congresos de Kiev, lleno de vibrantes bombillas verdes (su color de campaña). Hay un fotomatón para Instagram y una mesa de ping-pong. Publicitan incluso una play y juegos, para la espera electoral. pic.twitter.com/MbcZHVTFhQ
— 𝑀𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑆𝑎ℎ𝑢𝑞𝑢𝑖𝑙𝑙𝑜 (@mrsahuquillo) March 31, 2019
De cara al 21 de abril, la segunda vuelta, los analistas barajan ahora posibles pactos. Uno de ellos sería que Timoshenko apoye a Zelenski. Pero este domingo, el actor negó que hubiese hablado con ninguno de los otros candidatos para formar algún tipo de coalición. “Somos jóvenes, no queremos ver todo el pasado en nuestro futuro”, zanjó. Aunque ha fallado en explicar sus vínculos con el oligarca Igor Kolomoiski —envuelto en un escándalo bancario y en cuyo canal de televisor, 1+1, se difunde la serie de Zelenski—, el aspirante a la presidencia ha sabido canalizar el descontento y la decepción generalizada por la falta de cambio tangible tras de las movilizaciones del Maidán. Así que sumar a su proyecto a uno de esos veteranos podría empañar su mensaje. "Esto es solo el comienzo. No nos vamos a relajar", ha dicho.
El 'show' de Zelenski al ir a votar
No podía ser de otra manera. El momento de votación del favorito a las elecciones de Ucrania, el actor cómico Volodímir Zelenski, ha sido un show. Rodeado por decenas de periodistas y cámaras, el comediante, que se ha hecho famoso por representar a un presidente de Ucrania en una serie de televisión, apenas lograba dar un paso para entrar en el colegio electoral designado, una academia naval, muy cerca del río Dnieper. Tampoco los ciudadanos que debían votar en ese centro, y que no han podido acceder hasta que el favorito se hubo marchado.
“Está a punto de empezar una nueva vida: una sin corrupción, sin soborno. Una vida en un nuevo país, un país de ensueño. Creemos que todo irá bien y que ganaremos, pero son los ucranios quienes tienen que decidir”, ha dicho Zelenski. El candidato, cuyo partido Servidor del Pueblo, se llama igual que la serie de televisión que protagoniza, ha afirmado que estaba “contento” y que había votado por una "persona muy digna y cualificada”.
El actor ha tenido un recibimiento similar al de una estrella del rock. Adaptado a la campaña electoral con la que el cómico, de 41 años, ha tratado de marcar la diferencia con el resto de candidatos. En el colegio del segundo y la tercera favoritos, Poroshenko, y Timoshenko, el ánimo era algo más bajo.
Zelenski es un outsider de la política y ha querido que se note. Con un discurso muy centrado en el combate de la corrupción, uno de los grandes lastres del país, el actor y productor ha tenido un tono cercano en sus discursos y en sus mítines, que han parecido más un concierto de rock que un acto político.
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