Así avanza la operación de ayuda humanitaria a Venezuela
Los representantes de Juan Guaidó han puesto en marcha el almacenamiento de suministros en Colombia, Brasil, Curazao y Miami
La compleja operación para la llegada de la ayuda humanitaria a Venezuela se ha concentrado, hasta ahora, en establecer el andamiaje necesario para almacenar suministros en las fronteras terrestres y marítimas del país sudamericano. En ese frente, los avances se han acelerado en las poco más de dos semanas que han transcurrido desde que Juan Guaidó, el presidente reconocido por la Asamblea Nacional, solicitó la asistencia.
Los representantes de Guaidó —en estrecha colaboración con Washington y Bogotá— han puesto en marcha la primera fase de su estrategia, cuyo epicentro ha sido Cúcuta, la principal ciudad colombiana sobre una porosa línea limítrofe de más de 2.200 kilómetros. Allí se estableció el primero de varios puntos de acopio, donde ya se almacenan toneladas de alimentos e insumos médicos. El lugar elegido es el Puente Internacional de Tienditas, una moderna infraestructura que conecta los dos países pero nunca llegó a ser inaugurada por el cierre de la frontera que ordenó Nicolás Maduro a finales de 2015. Con 240 metros de largo y 40 de ancho, el puente se construyó con robustas bodegas aduaneras que ahora funcionan para acopiar las ayudas gestionadas por la agencia estadounidense de cooperación, Usaid. Del lado venezolano, los militares han atravesado una cisterna y varios contenedores para bloquear el paso.
El jueves 7 de febrero llegaron a Tienditas los primeros camiones con alimentos e insumos médicos desde Bogotá, y el sábado 16 aterrizaron en el aeropuerto de Cúcuta los primeros tres aviones militares C-17 cargados de suplementos nutricionales y kits de higiene. Además de la asistencia, los aviones transportaron montacargas y personal para descargar la mercancía en Cúcuta y llevarla en camiones a Tienditas, un corto trayecto por carretera. Cada aeronave llevaba unas 70 toneladas de asistencia, y se espera la llegada de más vuelos en los próximos días. Para el sábado pasado ya había más de 260 toneladas custodiadas y protegidas, según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), la entidad colombiana encargada de gestionar el almacenamiento.
En los días que faltan para el 23 de febrero, la fecha señalada por Guaidó para el ingreso de las ayudas, los esfuerzos también se dirigirán a los nuevos puntos de acopio en el Estado brasileño de Roraima –que será abastecido enteramente por Brasil- y en la isla caribeña de Curazao, un territorio autónomo de los Países Bajos a menos de 100 kilómetros de la costa venezolana. Lester Toledo, representante de Guaidó para las ayudas, ha considerado a Miami como un cuarto centro de acopio. En la bodega de Usaid en Florida se preparan suministros adicionales, como alimentos y mantas, para ser distribuidos de inmediato en la región, y desde Miami saldrán aviones con toneladas de ayudas para Curazao esta semana.
La fase final para ingresar en Venezuela las ayudas almacenadas —contra la voluntad del régimen chavista— estará bajo el mando de los venezolanos, han enfatizado autoridades tanto colombianas como estadounidenses. El propio Guaidó ha explicado que la distribución involucrará a la iglesia, varias ONG y cientos de miles voluntarios en una “avalancha humanitaria”, aunque sus detalles se desconocen. Sus representantes en la frontera, que reconocen los múltiples desafíos logísticos de una empresa que incluye a varios Estados, han vislumbrado un escenario donde ríos de gente garantizarán el ingreso de alimentos y medicinas para abrir un canal permanente. También han pedido a los voluntarios que vistan de blanco, al recordar que en 2016 una multitud de mujeres de blanco forzaron su paso a Colombia al superar las barricadas de la guardia venezolana. Ese episodio ocurrió en el Puente Internacional Simón Bolívar, el principal paso fronterizo que cruzan a diario unos 35.000 venezolanos, cuya vetusta estructura tras más de medio siglo de servicio contrasta con Tienditas.
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