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Las ayudas a Venezuela pasan por Miami

El senador republicano por Florida Marco Rubio visita el principal puente fronterizo con Colombia, donde se almacenan los suministros a la espera de su ingreso

Santiago Torrado
El senador estadounidense Marco Rubio durante un recorrido por el puente Simón Bolívar, en la frontera entre Colombia y Venezuela.
El senador estadounidense Marco Rubio durante un recorrido por el puente Simón Bolívar, en la frontera entre Colombia y Venezuela. LUIS ROBAYO (AFP)

El desafío que Juan Guaidó ha lanzado a Nicolás Maduro pasa por la Asamblea Nacional de Venezuela, que lo reconoce como presidente legítimo, pero también por el respaldo popular, la presión internacional e incluso sus apoyos en el Congreso de Estados Unidos. El senador Marco Rubio y el representante Mario Díaz-Balart, dos republicanos que han ganado influencia sobre los planes de la administración de Donald Trump, ambos por Florida y de ascendencia cubana, recorrieron este domingo la frontera entre Colombia y Venezuela. Por ese lugar se prevé que ingresará el próximo 23 de febrero la ayuda humanitaria para los venezolanos más vulnerables.

Acompañados del embajador norteamericano ante la OEA, Carlos Trujillo, los dos representantes del ala dura del anticastrismo en el capitolio estadounidense visitaron el Puente Internacional Simón Bolívar, el principal paso fronterizo, epicentro del dramático éxodo que en gran medida ha posibilitado la estrategia de Guaidó, reconocido como mandatario por la mayoría de la comunidad internacional. La visita es un gesto más para aumentar la presión contra el heredero de Hugo Chávez, que se niega a permitir el ingreso de la asistencia que ya se almacena en una bodega del cercano puente de Tienditas, una moderna estructura sin estrenar bloqueada del otro lado por los militares venezolanos.

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“Es impresionante pararse aquí y mirar en la distancia un país que en este momento está sufriendo, y la cantidad de ayuda del lado de acá, lista y disponible para distribuir. ¿Y qué es lo que está impidiendo eso? Sus propios mandatarios ilegítimos”, declaró Rubio a un costado del puente Simón Bolívar, que a diario atraviesan 35.000 venezolanos, en una improvisada rueda de prensa tras un breve recorrido. “Esta vez es distinta”, apuntó al referirse al impulso de Guaidó. “Hay un Gobierno legítimo dentro de Venezuela, y constitucional, en función, con el cual podemos cooperar y trabajar, y es por eso que el sábado que viene va a empezar a entrar a Venezuela, a través de ese Gobierno, la ayuda que tanto necesita ese pueblo”.

Rubio, un nombre en ascenso en el Partido Republicano a pesar de que Trump lo fulminó en las últimas primarias, ha pronosticado en múltiples ocasiones el peor desenlace para el Ejecutivo chavista. “El régimen de Maduro no es un Gobierno, es una mafia, es una organización criminal”, señaló. También advirtió a los militares venezolanos, como lo ha hecho el propio Guaidó, que impedir el ingreso de las ayudas debe ser considerado un crimen contra la humanidad. “La única intervención militar que existe hoy en día en Venezuela es una intervención cubana”, apuntó ante la posibilidad de un escenario bélico, una opción que el propio Trump no ha querido descartar.

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Además de ser uno de los primeros políticos en pedir el reconocimiento de Guaidó, el senador republicano ha respaldado las sanciones a funcionarios chavistas y ha promovido una ley para darle amparo migratorio temporal a los venezolanos que temen regresar a su país. Díaz-Balart -que representa a Doral, la ciudad con mayor porcentaje de venezolanos- también ha pedido el amparo migratorio y declarar al Ejecutivo de Maduro como "Estado patrocinador del terrorismo".

Su presencia en Cúcuta, en cualquier caso, sirvió como recordatorio de que las ayudas para Venezuela, coordinadas en estrecha colaboración por Washington, Bogotá y los representantes de Guaidó, también pasan por Miami.

La clave de Florida

Desde la base aérea de Homestead (en Miami) despegaron los tres aviones C-17 con toneladas de e suplementos nutricionales y kits de higiene que aterrizaron el sábado en Cúcuta, provenientes de la bodega de la agencia de cooperación estadounidense USAID en Florida. Allí también se preparan suministros adicionales de asistencia, como alimentos y mantas, para ser distribuidos de inmediato en la región. Lester Toledo, el representante de Guaidó para las ayudas, explicó que después de Cúcuta, el estado brasileño de Roraima y la isla caribeña de Curazao, todos estos sobre las fronteras terrestres y marítimas de Venezuela, Miami es considerado como un cuarto centro de acopio, y de allí saldrán aviones con toneladas de ayudas para Curazao la próxima semana.

La importancia de Miami en la operación de asistencia al país sudamericano no es meramente logística, también es política. El desenlace del pulso entre Maduro y Guaidó resonará con fuerza en la capital del anticastrismo. Florida es un territorio clave que cuenta con una importante comunidad de hispanos (hasta el 24% de la población) y alberga la mayor comunidad de exiliados venezolanos en Estados Unidos. Es también uno de los llamados “swing states”, o estados columpio, muchas veces decisivo para el resultado de las elecciones presidenciales. En momentos en que calienta motores la campaña del 2020, Trump ha intentado relacionar en algunos discursos, como el del Estado de la Unión, lo que pasa en la Venezuela socialista con la nueva camada de líderes demócratas, más escorados a la izquierda.

Es también en Miami donde la administración Trump más ha subido el volumen de su línea dura para sacar del poder a Maduro. Allí, el asesor de seguridad nacional, John Bolton, insinuó un nuevo “eje del mal” como el de George W. Bush cuando habló de la “troika de la tiranía”, compuesta por Cuba, Venezuela y Nicaragua, durante un discurso a finales del año pasado. La Casa Blanca ya ha anunciado que el presidente, que planeaba pasar el fin de semana en su residencia en el club de élite Mar-a-Lago de Palm Beach, dará un discurso sobre Venezuela el lunes en la Universidad Internacional de Florida, en Miami. Allí se prevé que reitere su respaldo a Guaidó. Y advierta, por supuesto, sobre los peligros del socialismo.

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Sobre la firma

Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.

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