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Una UE descolocada se limita de momento a pedir elecciones en Venezuela

Los Veintiocho se resisten a aceptar la validez del procedimiento seguido por Guaidó para asumir la presidencia del país

Federica Mogherini, el pasado lunes en Bruselas.
Federica Mogherini, el pasado lunes en Bruselas.JOHN THYS (AFP)

La Unión Europea sigue sin dar con la respuesta definitiva a la crisis política de Venezuela y sin aclarar su posible reconocimiento o no al proclamado presidente del país, Juan Guaidó. La UE da prácticamente por finiquitado el régimen de Nicolás Maduro, cuya elección en mayo de 2018 se negó a reconocer. Pero se resiste a aceptar la validez del procedimiento seguido por Guaidó para asumir la presidencia del país y prefiere que el relevo en Caracas pase por unas nuevas elecciones a corto plazo.

Sin embargo, ese mínimo común denominador, reflejado el miércoles por la noche en un comunicado de Federica Mogherini, Alta Representante de Política Exterior de la UE, no contenta a casi nadie y parece cada vez más difícil de mantener. La posición europea de rechazo a Maduro y reconocimiento de la Asamblea Nacional como institución democrática se ha quedado desfasada tras los acontecimientos del 23 de enero y la irrupción de Guaidó con el respaldo de actores internacionales tan importantes como EE UU. Y Bruselas, de momento, no sabe cómo adaptarse al nuevo escenario.

El departamento de Exteriores de la Comisión Europea ha asegurado este jueves que Mogherini continúa en contacto casi permanente con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE para intentar fraguar una posición unánime, que evite divergencias en la relación de los socios europeos con Caracas.

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"No nos limitamos a seguir los acontecimientos, sino que estamos viendo también cómo reaccionar", señaló una portavoz de la Comisión. Pero cada hora que pasa, el riesgo de fractura aumenta porque se redobla la presión de los partidarios de reconocer a Guaidó como la única autoridad legítima de Venezuela. En el campo contrario se sitúan países como España, Grecia o Portugal, partidarios de reaccionar con calma y sin precipitaciones.

La escalada de tensión interna en la UE puede ir a más tras el anuncio del Partido Popular Europeo de plantear la semana que viene una resolución en el Parlamento Europeo para reclamar a los Gobiernos comunitarios el reconocimiento de Guaidó.

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El líder de los populares europeos, el alemán Manfred Weber, ya ha reconocido este jueves a Guaidó "como presidente interino de Venezuela". Y el vicepresidente del grupo, el eurodiputado Esteban González-Pons, ha acusado directamente al gobierno de Pedro Sánchez de "estar frenando que la diplomacia europea reconozca a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela".

La posición de Madrid, sin embargo, no parece muy distinta de la de otras grandes capitales europeas. Tanto el gobierno de Angela Merkel en Alemania como el de Emmanuel Macron en Francia se han limitado hasta ahora a celebrar "el coraje" del pueblo venezolano y a respaldar la legitimidad democrática de la Asamblea, pero sin secundar el salto del presidente de esa Asamblea a la presidencia del país.

Ningún Gobierno de la Unión, de momento, ha reconocido a Guaidó. Casi todos han mostrado su rechazo abierto al régimen de Maduro. Y la mayoría admite la posibilidad de que el presidente de la Asamblea lidere el proceso de transición pero sin concederle de entrada el derecho a hacerse con el sillón presidencial.

Los titubeos de Europa, según fuentes diplomáticas, también reflejan la sorpresa ante la precipitación de los acontecimientos. "Ha dejado descolocado a todo el mundo", reconoce una fuente comunitaria en Bruselas.

El viernes pasado, solo cinco días antes del asalto al poder de Guaidó, los jefes de misión de la UE en Venezuela mantenían reuniones tanto con el Palacio presidencial como con la Asamblea Nacional en Caracas para impulsar una solución dialogada al conflicto. Y este lunes, apenas 48 horas antes de la sacudida en la capital venezolana, Federica Mogherini incluso se mostraba esperanzada en poner en marcha en febrero el Grupo de Contacto Internacional impulsado por la UE para canalizar el diálogo.

La adaptación al nuevo tablero de juego requiere tiempo, más aún cuando deben ponerse de acuerdo 28 países con sensibilidades e intereses distintos en la zona. "De momento, se trata de ganar tiempo para ver cómo evoluciona la situación sobre el terreno", concede la misma fuente comunitaria. El comunicado conjunto del miércoles ha servido para ganar unas horas. Pero Venezuela y la comunidad internacional siguen esperando una posición más clara de la UE.

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