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Los conservadores se apoyan en la derecha euroescéptica para formar Gobierno en Letonia

Los socialistas, habitualmente criticados por su cercanía a Moscú, repetirán en la oposición pese a ser el partido más votado y con más peso en el Parlamento

El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, tras su investidura el 23 de enero de 2019.
El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, tras su investidura el 23 de enero de 2019. INTS KALNINS (REUTERS)

El euroescepticismo continúa ganando protagonismo en Europa. El de Letonia, de casi dos millones de habitantes, es el último Gobierno conservador de un país de la Unión Europea (UE) que ha visto la luz gracias al apoyo explícito de los eurófobos de derechas, que entraron tras las elecciones de octubre en el Saeima (Parlamento letón) por primera vez en la historia reciente. El partido antieuropeo KPV LV (su traducción al castellano sería ¿A quién pertenece el Estado?) votó el pasado lunes (11 votos a favor, cuatro en contra y una abstención) a favor de dar su apoyo al nuevo Ejecutivo conservador liderado por Krisjanis Karins, de 54 años, y que ha sido aprobado este miércoles, según LETA, la agencia de noticias del país báltico, y que será liderado por Nueva Unidad, el partido con menor representación (ocho asientos) en el Saeima.

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Pero hay otra lectura. Y es que con este Gobierno, Letonia, con una notable minoría rusoparlante (en torno a un cuarto de la población) que tiene su origen en la época soviética, impone a su vez un freno a los socialistas y señalados de rusófilos de Harmony (Armonía) que, a pesar de ser la fuerza más votada (casi el 20% de los votos), continuarán otra legislatura más en la oposición. Karins aseguró en su discurso de investidura que la prioridad del Ejecutivo será la reforma del sistema bancario y financiero para cumplir las recomendaciones del Consejo de Europa tras los recientes escándalos, informa EFE. 

El gobernador del Banco Central de Letonia está a la espera de un juicio acusado de aceptar un soborno, lo que él niega.'"Esto es realmente una amenaza para toda nuestra sociedad. Tenemos que abordar esta amenaza", dijo Karins en declaraciones recogidas por Reuters. Su grupo político en la Eurocámara fue de los primeros en felicitar al nuevo primer ministro, que ya ha calificado a Rusia de "Estado agresor". "Al dar prioridad a las medidas contra el lavado de dinero, el primer ministro Karins salvaguardará la democracia letona y evitará que la corrupción debilite nuestras sociedades", dijo Joseph Daul, el presidente del Partido Popular Europeo, a través de un comunicado.

Tras los comicios de octubre de 2018, el pequeño país —uno de los más pobres de la UE en función del PIB per cápita— se sumó a la larga lista de Estados miembros de la UE con Parlamentos cada vez más fragmentados que encuentran una enorme dificultad (cuatro meses de negociaciones, el mayor periodo en su historia, según EFE) para formar Gobierno. El Saeima tiene 100 escaños a repartir entre siete fuerzas parlamentarias, aunque hay otras nueve que, pese a no haber entrado en la Cámara, obtuvieron un total de 102.060 votos, de un total de 844.925 escrutados, según datos oficiales. Existe un umbral electoral del 5%.

La derecha populista y eurófoba irrumpió el otoño pasado con fuerza —de cero a 16 diputados— y se convirtió no solo en la segunda fuerza más votada con el 14,25% de los votos, sino en un partido indispensable para la derecha tradicional, quienes previsiblemente pagarán su apoyo en la investidura a primer ministro del conservador Karins con el Ministerio de Economía, según ha adelantado LETA. La víspera, sin embargo, un centenar de manifestantes, algunos de ellos con chalecos amarillos, se congregaron frente al Saeima, en el centro histórico de Riga, para protestar contra el futuro Gobierno y exigir nuevas elecciones, una iniciativa que apoya un sector del KPV LV, informa EFE.

Ivars Zarins, diputado de Armonía, explica a través de un correo electrónico que a pesar de que ese partido socialista cercano a Moscú fue el ganador en los últimos comicios —“y también en los anteriores, y también en los anteriores”, enfatiza— no fue designado para intentar formar Gobierno, “a pesar de la tradición de la democracia europea”, lamenta. E ilustra que los verdaderos motivos por los que los partidos tradicionales conservadores han aceptado el apoyo del KPV LV son, por un lado, las ansias de seguir controlando el Ejecutivo y, por el otro, porque los “partidos viejos” acabarán “comiéndose” a los partidos nuevos como el propio KPV LV, fundado en 2016. Es una práctica que “ya se hizo en épocas anteriores” en el país báltico, dice.

A pesar de sus duras palabras, Zarins no cree que el KPV LV sea un partido de extrema derecha al uso. “Son populistas en su significado real, simplemente prometen cosas que a la gente le gusta (…) como eliminar el bono social para pagar la electricidad o reducir el número de ministerios. Al KPV LV no le interesa cambiar el panorama global”, reconoce.

El Gobierno que se forma este miércoles estará integrado por cinco fuerzas de la derecha: Nueva Unidad y Por el Desarrollo (ambos liberales con ocho y 13 escaños respectivamente); Nuevo Partido Conservador y Alianza Nacional (conservadores con 16 y 13 escaños respectivamente); y el ya citado KPV LV (extrema derecha y eurófobo, con 16 escaños). En la oposición: los socialistas cercanos a Moscú de Armonía (23 escaños) y la Unión de Granjeros Ecologistas (11 asientos).

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