El mercado libre, esencial para la seguridad energética de los bálticos
Letonia es el último país báltico que abre el camino a la posible creación de un mercado común regional para el gas
Un mercado de gas natural libre y plenamente funcional es esencial para garantizar un alto grado de seguridad energética en los Estados bálticos. De los tres Estados bálticos —Estonia, Letonia y Lituania—, Letonia es el último que ha liberalizado su mercado del gas natural, en 2017, y ha abierto el camino a la posible creación de un mercado común báltico para el gas. Aunque todo el gas natural que consume Letonia aún proviene de Rusia, la terminal para gas líquido Klaipeda ofrece una buena alternativa al suministro de los gaseoductos procedentes de Rusia.
Los tres Estados bálticos juntos consumen algo menos de 6.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año. Es un mercado gasístico pequeño que necesita competencia y liquidez para que todas las partes interesadas lo aprovechen al máximo. Un marco legislativo sólido, unas normas transparentes, unas condiciones iguales para todos los participantes, así como un gestor independiente de la red de transporte, son esenciales para garantizar que el mercado del gas funciona de un modo beneficioso para los consumidores. La empresa gestora de la red de transporte de gas de Letonia se escindió justo a finales de diciembre de 2016. Está previsto que el 3 de abril de 2017 se liberalice oficialmente el mercado del gas de Letonia, ya que algunos elementos del marco normativo que regirá el funcionamiento del mercado libre del gas se encuentran todavía en su fase final de aprobación por parte de la autoridad nacional reguladora de la energía.
"Los consumidores de Letonia esperan con impaciencia las oportunidades que traerá consigo la liberalización del mercado del gas"
Puesto que la producción de energía depende en gran medida del gas natural, la infraestructura gasística es la columna vertebral de la seguridad energética, y un requisito imprescindible para el funcionamiento eficaz del mercado del gas en los Estados bálticos. Letonia ha construido ya un sistema de transporte del gas natural, al igual que Lituania y Estonia. La única instalación de almacenamiento de gas de la región se encuentra en Letonia; la capacidad del depósito subterráneo de gas de Inčukalns permite almacenar el equivalente a tres meses de consumo invernal de gas de los tres países bálticos, o algo menos de dos años de consumo solo de Letonia. Lituania ha asumido el coste de la actual construcción de la única ruta alternativa de suministro de gas hacia los Estados bálticos; como la terminal para gas líquido de Klaipeda, en Lituania, inició su funcionamiento comercial a finales de 2015, y el suministro de gas a Lituania también proviene del productor noruego de gas Statoil, los consumidores lituanos han podido ejercer bastante presión al negociar los precios con la rusa Gazprom, que sigue siendo el mayor proveedor de gas de la región. Los consumidores de Letonia esperan con impaciencia las oportunidades que traerá consigo la liberalización del mercado del gas.
El éxito del mercado libre del gas y la mejora de la independencia energética dependerán de la buena cooperación entre los tres países en el ámbito energético. Aunque se encuentren confinados en un territorio relativamente pequeño y a estos tres países se los suela ver como uno solo, representan tres situaciones diferentes en cuanto a sus características energéticas. La importancia del gas natural en los tres países vecinos difiere considerablemente.
Las conexiones eléctricas
Tras el cierre de la central nuclear de Ignalina en 2009, el gas natural se convirtió en un recurso energético primario importante para la producción de energía en Lituania y, de ser uno de los Estados miembros de la UE más independientes energéticamente, el país pasó a ser uno de los más dependientes. Lituania importa alrededor del 60% de su electricidad, mientras que aproximadamente el 70% de la producción nacional proviene del gas natural. El resto corresponde a las centrales hidroeléctricas y las energías renovables.
Letonia depende del gas natural en menor medida que Lituania, pero, aun así, alrededor de un tercio de su electricidad procede del gas natural, y otro tercio de tres grandes centrales hidroeléctricas. Lo demás lo importa, sobre todo de la vecina Estonia. Esta proporción varía en función de la estación y las condiciones hídricas del río Daugava. A principios de 2017, Letonia todavía importaba el 100% del gas natural de Rusia, pero, a pesar de hacer frontera con este país, no importa electricidad de su vecina del este.
De los tres países bálticos, Estonia es el menos dependiente del gas natural, ya que utiliza sobre todo el petróleo de esquisto para producir energía. Es autosuficiente y exporta energía a sus vecinos bálticos y a Finlandia. Sin embargo, las interconexiones eléctricas entre Estonia y Letonia siguen siendo un obstáculo para un mejor suministro de energía a Letonia y Lituania.
Las interconexiones eléctricas y las gasísticas se están mejorando, o bien se están creando otras nuevas, como parte del Plan de Interconexión del Mercado Energético Báltico, que pretende mejorar la capacidad física general de intercambio de energía y gas, y contribuir a la seguridad energética de la región. Gracias a las nuevas conexiones mediante gaseoducto con Polonia y Finlandia, y a una terminal adicional para gas líquido en Estonia, los Estados bálticos pueden convertirse en un mercado gasístico tan dinámico como España y Portugal, una vez tomada la decisión estratégica de combinar los gaseoductos y las terminales de gas líquido, a fin de garantizar que nunca escasee el suministro de gas a un precio competitivo.
Reinis Āboltiņš es experto en energía, miembro de la Comisión sobre Seguridad Energética de la Presidencia del Estado de Letonia.
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