Turquía ordena el arresto de dos colaboradores de Bin Salmán por el asesinato de Khashoggi
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos exige una investigación internacional para esclarecer el crimen
La Fiscalía de Estambul ha dictado este miércoles órdenes de detención contra dos estrechos colaboradores del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán (MBS), a los que se cree implicados en la organización del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi,
En concreto, se trata del general Ahmed al Asiri, jefe adjunto de los servicios de inteligencia saudíes, y Saud al Qahtani, asesor del príncipe en temas de comunicación y uno de los responsables de la política de señalar públicamente a los considerados enemigos del régimen wahabí. Ambos fueron relevados de sus cargos a medida que avanzaba la investigación sobre el homicidio —cometido en el consulado de Arabia Saudí en Estambul— y se hacía patente que Khashoggi fue asesinado siguiendo un plan preparado de antemano. Ninguno de los dos ha sido imputado en el proceso abierto en su país de origen, como sí lo han sido los 11 miembros del equipo “ejecutor” que llegó a Estambul el mismo día de autos y se encargó del asesinato de Khashoggi. Para cinco de ellos, el fiscal general de Arabia Saudí ha pedido incluso la pena de muerte.
Sin embargo, la fiscalía estambulí considera que Al Asiri y Al Qahtani “forman parte de los planificadores” del crimen, y los acusa de participar en un “homicidio intencionado y premeditado, con ánimo salvaje o infligiendo tormentos”, por lo que exige su arresto. Turquía ha tratado, sin demasiado éxito por el momento, de que Arabia Saudí extradite a los detenidos en relación con el caso, para que sean juzgados por tribunales turcos, algo a lo que el Gobierno de Riad se ha negado.
El mes pasado, la Fiscalía de Estambul hizo públicas las conclusiones preliminares de la instrucción judicial y policial, según las cuales Khashoggi fue asfixiado tras entrar en el edificio consular el pasado 2 de octubre, tras lo cual su cuerpo fue descuartizado para hacerlo desaparecer. Pese a los dos meses transcurridos, la policía turca no ha podido todavía hallar una pista que le lleve a descubrir algún rastro del cadáver, por lo que se cree que podría haber sido disuelto en ácido. En cambio, el Gobierno turco sí ha reconocido poseer unas grabaciones de audio que demostrarían el asesinato y que han sido compartidas con los servicios de espionaje de diversos países.
Una de quienes escuchó dichas grabaciones es Gina Haspel, directora de la CIA estadounidense, que el martes compareció ante un comité del Senado para explicar lo que su Gobierno conoce del caso. Uno de los asistentes a la comparecencia, el presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Corker, explicó que Mohamed bin Salmán “sería condenado por un jurado en unos 30 minutos” tras conocer las pruebas. La senadora Lindsey Graham también concluyó que hay “cero posibilidades” de que el príncipe heredero no esté involucrado en orquestar el crimen. Sin embargo, los altos cargos de la Administración de Donald Trump sostienen que no hay pruebas que vinculen directamente a MBS con la muerte de Khashoggi.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, exigió este miércoles iniciar una “investigación internacional” para esclarecer lo ocurrido: “Creo que se necesita especialmente para averiguar lo que realmente ocurrió y quienes son los responsables de este terrible asesinato”. El Ministerio de Exteriores de Turquía respondió que no dudará en prestar todo tipo de colaboración si se pone en marcha una iniciativa de este tipo.
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