El Museo Británico abre el diálogo con Chile por el retorno de un moái a la Isla de Pascua
Representantes de Rapa Nui y del Gobierno chileno se reúnen por primera vez en Londres
El Museo Británico ha abierto la puerta al diálogo con Chile, que en agosto inició las gestiones por el retorno a Isla de Pascua de un moái de 2.4 metros que la institución exhibe desde 1869. El martes pasado, una comitiva oficial de 10 chilenos –compuesta por representantes de Rapa Nui y del Gobierno de Sebastián Piñera– fue recibida en el museo por las máximas autoridades de la institución, en el primer contacto de este proceso de negociación. El embajador de Chile en el Reino Unido, David Gallagher, señala que el encuentro de tres horas donde estuvieron presentes el director y subdirector del museo, Hartwig Fischer y Jonathan Williams, “fue extremadamente cordial y respetuoso”. Carlos Edmunds, presidente del Consejo de Ancianos de Rapa Nui, se declara “ilusionado”.
“Ninguno de nosotros conocía este moái. Fue realmente impresionante, nos hizo parar los pelos: sentimos sus vibras, lloramos. Le hicimos un ritual y le cantamos”, relata el representante de la isla, ubicada a unos a 3.500 kilómetros de distancia del continente americano, en medio del océano Pacífico.
El Gobierno chileno respalda la demanda de los isleños, por lo que en la reunión estuvo presente el embajador y el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, junto a siete representantes del pueblo Rapa Nui. Recién se inician las conversaciones y no es seguro que el Museo Británico vaya a devolver el moái –de inmenso significado para los habitantes de Isla de Pascua–, pero la alternativa está abierta. “No se ha excluido ninguna salida”, señala Gallagher. “En este caso –explica el embajador– se contraponen dos valores. Por un lado, que una pieza considerada Patrimonio de la Humanidad sea vista por millones de personas y que esté en un lugar donde su conservación será siempre impecable. Por otro, la existencia de un pueblo que le concede un inmenso valor espiritual”.
El diálogo continuará en Rapa Nui, próximamente. Los isleños invitaron a las autoridades del Museo Británico a conocer su tierra y la oferta fue aceptada. Aunque no se ha acordado una fecha, el encuentro podría producirse en febrero próximo, cuando los habitantes de Isla de Pascua celebren una de sus fiestas de mayor tradición. Existe viento de cola para la petición chilena: “Los museos están interesados en conectarse con las fuentes vivas de sus colecciones, en especial de un pueblo que ha preservado su cultura, que no ha sido dominado”, indica el embajador. Aunque constitucionalmente la familia real no puede referirse a este tipo de asuntos, los isleños le enviaron una carta a Isabel II para que intercediera en este asunto.
Una pieza única
Se trata de una pieza excepcional: es el moái que representa la unión de los habitantes de la isla. “El equilibrio político, religioso y espiritual”, informa el ministro Ward. A diferencia de la mayoría de las cerca de 900 estatuas que permanecen en Rapa Nui, la figura Hoa Hakananai'a’a no está hecha de toba volcánica, sino de basalto. Elegante, tiene tallados símbolos asociados al culto de Tangata Manu, el hombre pájaro. Como muestra de lo importante que es esta pieza a diferencias de otras, en la misma visita a Londres la comitiva llegó hasta la Royal Academy, donde se exhibe un segundo moái recogido por los ingleses en el siglo XIX. En este caso, sin embargo, Rapa Nui no pide su retorno.
La figura en disputa permaneció en la Isla de Pascua o Rapa Nui hasta 1868, cuando la fragata Topaze de la Marina Real Británica recaló en el territorio, a cargo del comandante Richard Powell. La tripulación inglesa extrajo el moái el 4 de noviembre de ese año desde la aldea ceremonial de Orongo para llevarlo a Europa y regalárselo a la reina Victoria. Desde el año siguiente hasta la actualidad se exhibe en el Museo Británico de Londres, donde ocupa un lugar privilegiado.
Junto con los rígidos estatutos del Museo Británico respecto de su colección permanente, el lugar donde está instalado el moái es parte de la complejidad de su retorno a Chile: se encuentra al inicio de una de las alas del recinto y es una de las obras favoritas de los visitantes, que acostumbran a sacarse selfies junto a la pieza. En el pasado se habían realizado gestiones para que el moái regresara a la Isla de Pascua –que pasó a ser parte de Chile en 1888–, pero nunca oficialmente y con un impulso decidido del Gobierno, pese a que Rapa Nui fue reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
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