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Jorge Pizano: “Me volví incómodo para muchas personas”

El testigo contra Odebrecht, fallecido el pasado jueves, informó al ahora fiscal de las irregularidades de la constructora

F. M.
Los cuarteles principales de Odebrecht en Sao Paulo.
Los cuarteles principales de Odebrecht en Sao Paulo.N. Almeida (Getty)

Jorge Enrique Pizano, testigo clave del caso Odebrecht en Colombia, falleció el pasado jueves de infarto en su finca de Subachoque, a las afueras de Bogotá. El pasado 9 agosto concedió unas declaraciones al informativo Noticias Uno y entregó al canal unas grabaciones que se remontan a 2015 y prueban su denuncia ante el actual fiscal general, Néstor Humberto Martínez, de las irregularidades cometidas por la constructora brasileña en las obras de un tramo de la Ruta del Sol, una de las principales vías del país.

Estos documentos se han conocido ahora, después de su deceso, pues esa era la condición que pactó con los periodistas encargados de la investigación, que se difundieran solo si abandonaba Colombia como testigo protegido o si fallecía. Pizano, que fue auditor de ese proyecto, padecía de cáncer linfático, pero su muerte se produjo de forma repentina. Al cabo de tres días, su hijo se desplomó tras beber de una botella de agua que estaba en el escritorio del padre. Su corazón dejó de latir, según confirmó el Instituto de Medicina Legal, por ingesta de cianuro.

"Todos mis informes relacionados con mi trabajo, que eran mi deber, están afectando a muchas personas. Me volví incómodo para muchas personas, entre ellos aquellos que fueron condenados por los contratos irregulares de la Ruta del Sol. Pero a raíz de esas irregularidades, por obvias razones yo debía informarles a los socios minoritarios, que eran Episol y Corficolombiana", relató Pizano. "Empecé a observar que no me informaban de la totalidad de los contratos… Empecé a detectar que los objetos se duplicaban, que los entregables no estaban y así fue cómo se empezó a realizar la investigación por mi parte. Yo simplemente informé a mis superiores". 

En 2015, Néstor Humberto Martínez era abogado del Grupo Aval, accionista mayoritario de Corficolombiana, sociedad de servicios financieros que intervino en la obra. Pizano le buscó y grabó la conversación.

-Si sabe de algo, claro, prenda las alarmas.

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Así reaccionó el actual fiscal general al escuchar las dudas del auditor. "Estamos en el problema [de] que no sabemos en qué estamos metidos", afirma Martínez. "No sabemos si es que les están dando plata a los paramilitares. Si hay corrupción, se la están robando ellos de hijueputas ladrones… Venga, le digo cuál es la tesis que estamos trabajando: no sabemos si estos hijueputas están pagando coimas desde aquí para Gobiernos extranjeros y no sabemos si están pagando coimas aquí al Gobierno colombiano".

Ante la insistencia de Pizano, el entonces abogado del grupo le inquiere con énfasis. 

-Estos son coimas, ¿sí o no? Diga cómo es cierto, ¿sí o no? ¿Qué? Sí es cierto, no, no sé.

-Hombre... no tengo certeza.

Martínez zanja el asunto diciendo a Pizano que trasladará la información al presidente de la junta directiva del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento Angulo, pero que mientras tanto trate de aclarar el asunto.

-Usted se metió en esto y el único huevón que va a terminar es usted, hijueputa Jajaja.

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Sobre la firma

F. M.
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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