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¿Cómo se ha resuelto el escollo del Brexit?

Bruselas y Londres revisan este miércoles los términos de un principio de acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la UE

Bruselas y Londres revisan este miércoles los términos de un principio de acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Las dos partes quieren comprobar que el texto fraguado por los negociadores respeta sus líneas rojas, centradas en la recta final de la negociación en el problema de la frontera de Irlanda con Irlanda del Norte. La fórmula pactada continúa siendo un secreto, pero la UE y, sobre todo, el Reino Unido, asumen que no colma todas sus demandas.

Manifestación a favor del Brexit, este miércoles frente al palacio de Whitehall en Londres.
Manifestación a favor del Brexit, este miércoles frente al palacio de Whitehall en Londres.Leon Neal (Getty)

¿Quién revisa el proyecto de acuerdo?

Las dos partes de manera simultánea. A las 15.00 de Bruselas (misma hora peninsular española), los embajadores permanentes de los 27 socios ante la UE serán informados por el equipo negociador europeo, en concreto, por Sabine Weyand, número dos del negociador jefe de la UE, Michel Barnier. Al mismo tiempo, en Londres (donde serán las 14.00), la primera ministra británica, Theresa May, reúne a su Gobierno para deliberar sobre el texto y decidir (o no) su respaldo.

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¿Es la primera vez que ambas partes sopesan el acuerdo?

No, Theresa May adelantó este martes ciertas partes a sus ministros, a quienes recibió uno por uno en Downing Street para mitigar el riesgo de un motín durante una reunión conjunta del Gabinete. En Bruselas la relación es mucho más fluida. Barnier informó el lunes al consejo de ministros de Asuntos Generales de la UE y recibió el visto bueno a las fórmulas planteadas.

¿Cuánto ha durado la negociación?

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Comenzó tras la notificación de salida de Londres (sobre la base del artículo 50 del Tratado de la UE), recibida en Bruselas el 29 de marzo de 2017. Han transcurrido casi 20 meses, con algunos parones en los contactos, tropiezos permanentes en Reino Unido (el negociador jefe británico dimitió y tuvo que ser reemplazado), desencuentros brutales con May (como en la cumbre de Salzburgo en septiembre de este año) y un acelerón enorme en las últimas cuatro semanas, cuando se vio en ciernes el riesgo de un Brexit brutal y sin acuerdo.

 ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo?

Tal vez, el más inesperado: la frontera entre la República de Irlanda (socio de la UE) e Irlanda del Norte (territorio británico).

¿Por qué?

Dublín temía que el Brexit supusiera la reaparición de una frontera física entre las dos partes y que esa ruptura física provocara la reaparición de la violencia, apagada en Úlster con los acuerdos del Viernes Santo de 1998, que pusieron fin a décadas de terrorismo del IRA.

¿Qué exigía la UE, en nombre de Dublín?

Garantías de que tras la consumación del Brexit (29 de marzo de 2019), Londres mantendría la libre circulación de personas, bienes y servicios entre Irlanda del Norte y el resto de la isla. El Gobierno de May se resistió al principio, pero acabó aceptando el compromiso.

¿Qué solución se ha planteado?

Varias a lo largo de la negociación, pero todas encallaron y enconaron los ánimos hasta colocar las negociaciones al borde del colapso. Bruselas propuso mantener la integración de Irlanda del Norte en el mercado europeo, sin variar la situación actual en esa parte del Reino Unido. La propuesta suponía el establecimiento de una frontera en el mar de Irlanda para controlar la entrada en Irlanda del Norte de productos procedentes del resto de Reino Unido. El Gobierno de May se opuso tajantemente por considerar que rompería la integridad territorial del país.

¿Qué alternativa planteó Londres?

Tras enormes titubeos y dudas, May propuso que todo Reino Unido, no solo Irlanda del Norte, continuasen en la unión aduanera europea, lo que permitiría la libre circulación de productos como en la actualidad. La UE rechazó la idea.

¿Por qué se opuso Europa?

Porque Londres pretendía reservarse el derecho a negociar sus propios acuerdos comerciales con países terceros, una posibilidad incompatible, según Bruselas, con la pertenencia a una unión aduanera. También reclama la posibilidad de establecer aranceles diferentes a los de la UE, lo que de facto habría creado una competencia entre el Reino Unido y los socios de la unión aduanera.

¿Era el único problema?

No. Londres también exigía que en la negociación del Brexit se incluyesen elementos sobre la futura relación comercial que mantendrán las dos partes. La UE se negaba y prefería negociar el nuevo Tratado comercial a partir del 30 de marzo de 2019, con Reino Unido convertido ya en un mero país tercero.

¿Cómo se ha solucionado el conflicto?

Se han fusionado las dos propuestas, aunque todavía no se conoce la letra pequeña del acuerdo. Por un lado, Londres se resigna a permanecer en la unión aduanera y acatar las normas que emanen de Bruselas si tras el Brexit y el período transitorio de salida (que expira el 31 de diciembre de 2020) no se ha encontrado una solución definitiva para Irlanda. Por otro, la UE acepta incorporar en el acuerdo de salida ciertos elementos sobre la relación futura y ampliar una declaración política que siente las bases sobre la negociación del futuro acuerdo comercial.

¿Cuánto tiempo estará Reino Unido sometido a las normas aduaneras de la UE?

Ha sido otro de los grandes puntos de debate. Londres reclamaba la posibilidad de poner fin unilateralmente a su pertenencia a la unión aduanera, con independencia de que se hubiera resuelto o no el problema de Irlanda. Bruselas se ha negado y todo indica que ha logrado que la finalización del acuerdo deberá ser siempre por mutuo consentimiento.

¿Termina así el proceso?

No, ni mucho menos.

¿Qué falta?

Por lo pronto, que el proyecto de acuerdo salga adelante en el consejo de ministros que se celebra este miércoles en Londres. Y en Europa, los Gobiernos también han pedido entre 10 y 15 días para revisar el texto y, en ciertos casos, someterlo a deliberación en los Parlamentos nacionales antes de que una cumbre europea dé la luz verde.

Si no hay contratiempos, ¿cuándo se podría sellar el pacto?

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocará una cumbre europea extraordinaria tan pronto como constate que Londres está dispuesto a llegar al final. El calendario es apretado, pero fuentes comunitarias indican que la cumbre se celebraría entre el 24 y el 28 de noviembre, con el domingo 25 como la fecha apuntada como más probable por razones de agenda y logística.

¿Será un Brexit duro o blando?

"Brexit significa Brexit", sentenció May cuando asumió la magna tarea de negociar la salida de Reino Unido de la UE, envenenada herencia que recibió de su predecesor, David Cameron. Tan tajante afirmación ha degenerado, sin embargo, en un cúmulo de interpretaciones contradictorias y divergentes que la propia May ha ido formulando mientras intentaba sobrevivir políticamente a las consecuencias de un referéndum que cambió el curso de la historia de su país. Del Brexit duro planteado inicialmente por May se ha pasado a un Brexit blando, indefinido e incierto, expuesto a ser rechazado tanto por los eurófobos británicos como por los partidarios de seguir en la UE. Esa ambivalencia puede convertirse en la mejor baza de May. El descontento de ambas partes puede obligarles a elegir entre el acuerdo o la marcha atrás. Y es probable que opten por el Brexit de May, signifique lo que signifique.

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