Londres reclama acuerdos comerciales con terceros en la transición del Brexit
La pretensión, en medio de una nueva crisis sobre la postura negociadora en el Partido Conservador, supone un desafío a Bruselas
El ministro británico del Brexit, David Davis, ha reclamado para Reino Unido el poder de negociar formalmente acuerdos comerciales con terceros países, e incluso firmarlos, durante el periodo transitorio después de que abandone oficialmente la UE. “Mantener el acceso a los mercados de uno y otro en los términos actuales significa que replicaremos los efectos de la Unión Aduanera durante el periodo de implementación”, ha dicho el ministro, en un discurso pronunciado este viernes por la tarde en Middlesborough, en el norte de Inglaterra. “Pero participar en una Unión Aduanera no debería impedirnos negociar formalmente, o incluso firmar, acuerdos comerciales. Aunque estos, por supuesto, no entrarían en vigor hasta que finalice el periodo de implementación”.
La pretensión supone un desafío abierto a Bruselas, y tiene todas las papeletas para convertirse en el primer gran desencuentro de la recién abierta segunda fase de las negociaciones del Brexit, ya que los Veintisiete han rechazado esa posibilidad. “Como Reino Unido continuará participando en la Unión Aduanera y el Mercado Único (con las cuatro libertades) durante la transición, deberá continuar cumpliendo las políticas comerciales de la UE”, establece en su punto 4 el documento de orientaciones para la negociación del Consejo Europeo del pasado 15 de diciembre.
El Gobierno britanico interpreta que negociar y firmar acuerdos con terceros no implica incumplir "las políticas comerciales de la UE", siempre que dichos no entren en vigor hasta que Reino Unido esté completamente fuera del Mercado Único y la Unión Aduanera. No poder negociar con terceros hasta después del periodo transitorio, esgrimen los británicos, abocaría a las empresas británicas a un salto al vacío.
Reino Unido abandonará formalmente la UE, en virtud del artículo 50 del Tratado de Lisboa, el 29 de marzo de 2019. Pero, para permitir que las empresas se ajusten a la nueva situación, buscará acordar un periodo transitorio —“fase de implementación” es la expresión que utiliza el Gobierno británico— en el que seguirá vigente a grandes rasgos el statu quo, por un tiempo limitado que Bruselas propone que sea hasta el final de 2020. El acuerdo sobre ese periodo transitorio es lo primero que se espera cerrar en la segunda fase de las negociaciones, y el deseo es alcanzarlo para el mes de marzo.
En su discurso, Davis ha subrayado las potenciales ventajas que aguardan a Reino Unido cuando pueda volver a diseñar su propia política de acuerdos comerciales. “Como país independiente, ya no miembro de la UE, Reino Unido tendrá otra vez su propia política comercial”, ha dicho. “Por primera vez en 40 años, seremos capaces de firmar nuevos acuerdos comerciales con viejos amigos y nuevos aliados alrededor del mundo. Cada vez más, comerciamos con mercados emergentes claves en Asia y América. Los mercados exportadores de mayor crecimiento para Reino Unido, entre 2005 y 2014, incluyeron países como China y Brasil. Y seremos capaces de hacer mucho más con ellos cuando seamos una nación independiente, fuera de la UE”.
La intervención de Davis se produce en medio de una nueva crisis en el seno del Partido Conservador británico sobre la definición de la relación futura con la UE después del Brexit. El ministro de Economía, Philip Hammond, dijo el jueves en el foro de Davos que os cambios en las relaciones comerciales entre Reino Unido y la UE serán "muy modestos". Sus palabras han merecido el rechazo de diversos diputados conservadores antieuropeos, hasta el punto de que Downing Street ha tenido que distanciarse de los comentarios de Hammond. El diputado Jacob Rees-Mogg, figura emergente del partido y profundamente euroescéptico, ha llegado a acusar a los negociadores británicos de "acobardarse ante la UE".
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