“Un Brexit sin acuerdo no es probable, pero debemos prepararnos para ello”
El jefe negociador británico considera que han avanzado todo lo que pueden en este punto del proceso y confía en que el viernes los Veintisiete acepten desbloquear el Brexit
Transcurridos casi siete meses desde el inicio de las negociaciones del Brexit, y a menos de un año y medio de que Reino Unido esté automáticamente fuera de la UE, en virtud del artículo 50 del Tratado de Lisboa, el sentir general es que el proceso se encuentra atascado prácticamente en el punto de salida. La UE exige un “progreso suficiente” en los términos del divorcio –derechos de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido y viceversa, la frontera en Irlanda y la factura económica a pagar por Londres- antes de empezar a hablar de la relación futura. El Gobierno británico, con una primera ministra desautorizada tras perder la mayoría absoluta, considera que ha habido un progreso significativo y confía en que así lo reconozcan los Veintisiete en el Consejo Europeo que empieza hoy en Bruselas. En este momento crucial para el devenir de las negociaciones, David Davis, ministro del Brexit y jefe negociador británico, recibe a cinco medios europeos (EL PAÍS, Le Figaro, Die Welt, La Repubblica y la Agencia de Noticias Polaca) en su modesto despacho de Whitehall. Opina que los Veintisiete deberían dar más margen a Michel Barnier, jefe negociador europeo, y confía en que el viernes el Consejo reconozca la “postura valiente” de Theresa May y acepte pasar a la siguiente fase. Pero no descarta la posibilidad de que el proceso se cierre sin acuerdo.
Pregunta. ¿Qué espera que ofrezca el Consejo Europeo el viernes para desbloquear la negociación?
Respuesta. Michel Barnier está buscando más margen para negociar. Hasta ahora ha tenido un mandato muy limitado. Nos gustaría que pudiera hablar del periodo transitorio y preparar la futura relación. Hay gente que dice que el proceso va lento, pero va rápido como un rayo en términos de la práctica europea. En cuanto a los derechos de los ciudadanos europeos, hemos avanzado casi todo lo que podemos avanzar. En Irlanda del Norte, también, todo lo que podemos avanzar hasta que tengamos una idea de cómo va a ser la relación futura. Así que eso es lo que queremos abordar ahora.
P. Pero acordaron resolver esos tres temas antes de pasar a la siguiente fase.
R. Cuidado, las palabras textuales del Consejo son “progreso suficiente”. Eso no es una cifra de dinero. Progreso suficiente no es completar los tres temas, porque eso no puede hacerse ahora. Está ampliamente aceptado en Europa que el discurso de Florencia fue trascendental. La primera ministra voluntariamente dijo que nadie deberá pagar más o recibir menos en los Presupuestos actuales. Es una postura muy generosa. Y no se limitó a eso. Pero estamos hablando de dinero del contribuyente, no de dinero del Monopoly. Como tanto gusta decir en la UE, no hay acuerdo sobre nada hasta que todo está acordado.
P. ¿Consideran, pues, que ha habido progreso suficiente?
R. Creemos que ha habido progreso. Pero no depende de nuestro criterio, sino del del Consejo. Una de nuestras principales preocupaciones era la de los derechos de los ciudadanos. Cuanto más tardemos en resolver esto, más ansiedad para los tres millones de ciudadanos europeos que hay en Reino Unido y el millón de británicos que hay en los demás países de la UE. Por eso quisimos resolver eso lo primero. A lo largo de todo este proceso hemos tratado de ser razonables, porque queremos irnos como amigos y seguir siendo aliados.
P. Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, tachó el lunes de “migajas” los 20.000 millones de euros de factura a los que parecía apuntar May en su discurso de Florencia. Señaló que una cantidad más realista sería 50.000 o 60.000. ¿Sigue usted considerando, como dijo hace unas semanas, que la cifra de 50.000 es “una tontería”?
R. Mire, esto es una negociación y queremos resolverla cumpliendo nuestras obligaciones internacionales. Estamos estudiando técnicamente nuestros compromisos. Una vez hecho eso, haremos un juicio político sobre lo que creemos realista y razonable. Pero ese juicio dependerá del acuerdo completo, no voy a sacarme cifras de la manga.
P. ¿Tiene usted la sensación de que la Comisión está preparada para avanzar pero hay países, Francia y Alemania en concreto, que no?
R. Claro que hay diferentes visiones entre los 27, pero permítame dejar una cosa clara: quiero que los 27 trabajen juntos en esto. Sería imposible para nosotros llevar 27 negociaciones en paralelo. Obviamente, hay diferencias. Digamos que hay diferentes menús, pero son los mismos platos en distinto orden.
P. Hay quien, dentro de su Gobierno, cree que el progreso lento es deliberado por parte de algunos Estados miembros, porque consideran que la incertidumbre les proporciona oportunidades para atraer negocios.
R. No creo que podamos hablar de una ralentización deliberada del proceso. Por supuesto, cada nación actuará en función de su beneficio económico. No vivo en un mundo de santos. Es natural que haya un cierto grado de competencia, particularmente con los negocios de la City. Pero la City seguirá donde está dentro de cinco años. Puede que algunas piezas se muevan, pero es poco comparado con los grandes números en juego. A grandes rasgos, hablamos de 300.000 millones de euros en comercio de la UE a Reino Unido y 230.000 en dirección contraria. No debemos poner en riesgo los números grandes por los pequeños.
P. Muchos dan por hecho que el Consejo dirá el viernes que no hay progreso suficiente. Eso, teniendo en cuenta la estructura del proceso, es un fracaso. ¿De quién es la culpa?
R. Lo primero es que espero que reconozcan que ha habido progreso significativo. “Progreso suficiente” les corresponde juzgarlo a ellos, pero el “progreso significativo” no depende de su juicio. Así que, primero, que eso se reconozca. Segundo, hay cosas que importan. Todos comprenden el valor de un periodo transitorio después del 29 de marzo de 2019. Mi esperanza es que no dejemos que el proceso se interponga en el camino del progreso. Que obtengamos un resultado el viernes beneficioso para todos. Que no nos dejen con un no a secas. Es importante que el Consejo reconozca que la primera ministra tomó una postura muy valiente, una postura de alto riesgo, en su discurso de Florencia.
P. Habla de grandes progresos en derechos de los ciudadanos. Pero sigue habiendo puntos rojos, como el papel del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) en la salvaguarda de esos derechos.
R. El tema del TJUE es intrincado. La razón por la que se pide es para dar mayor seguridad jurídica a los ciudadanos europeos. Hemos dado con un mecanismo que asegura que el acuerdo que se alcance sea traspasado a la ley británica, para que lo puedan tener en cuenta los tribunales, y que puedan tener en cuenta también la jurisprudencia existente del TJUE. No voy a firmar nada que no dé a los ciudadanos una protección sólida. No debe haber una insistencia ideológica con el tribunal. Una protección sólida es compatible con devolver el control a nuestros propios tribunales, que es por lo que votaron 17,4 millones de personas.
P. Así que la UE debe levantar su línea roja del TJUE. ¿Es la única solución?
R. Yo no trazo públicamente líneas rojas. Pero no creo que la UE haya convertido esto en una línea roja. Lo que ha dicho es que los derechos deben ser garantizados.
P. Usted dice que es posible un Brexit sin acuerdo y que el Gobierno debe prepararse para ese caso. ¿Cómo de probable es y cómo debe prepararse el Gobierno?
R. Lo primero que tengo que decir es que, a) no es nuestra intención y b) no creo que sea probable, sino una posibilidad muy distante. Dicho esto, debemos prepararnos para ello. Un Gobierno responsable se prepara para todos los resultados. No es parte de nuestra estrategia negociadora, es un asunto de seguridad.
P. Kissinger preguntó a quién debía llamar si quería llamar a Europa. Muchos en Europa se preguntan ahora a quién deben llamar para conocer la postura británica…
R. ¿Me está pidiendo mi teléfono?
P. No podrá negar que su Gobierno está dividido…
R. Estamos ante la serie más detallada de políticas que he tenido que manejar nunca y todo se ha aprobado por unanimidad. En lo sustancial, hay unanimidad. ¡Claro que hay debate, esto es una democracia viva! Al contrario que en otros países, en nuestro Parlamento nos sentamos unos frente a otros, nos peleamos y, al final, sale un resultado bueno. Los buenos negociadores quieren un resultado bueno para las dos partes. Y eso es lo que vamos a conseguir.
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