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El Brexit encara su fase más difícil tras los avances en el divorcio

Los líderes de la UE constatan "progresos suficientes" en la primera etapa de negociación

Michel Barnier (c), negociador europeo del Brexit, llega a una reunión de líderes europeos, este viernes en Bruselas
Michel Barnier (c), negociador europeo del Brexit, llega a una reunión de líderes europeos, este viernes en BruselasEMMANUEL DUNAND (AFP)

La Unión Europea pronunció este viernes las palabras mágicas que consagran el primer avance del Brexit desde que arrancó el proceso. Los jefes de Estado y de Gobierno constataron que existen “progresos suficientes” en la fase del divorcio y que se puede hablar ya de la relación futura. Pese al entusiasmo que trataron de transmitir tanto Bruselas como Londres, la ruta que queda por delante es la más escarpada. Supone un triple reto: cerrar interrogantes clave del divorcio, diseñar la transición y esbozar la relación futura entre Reino Unido y la UE.

El Brexit se ha convertido en una montaña rusa con emociones que cambian vertiginosamente. Tras la luz de gas que sintió May en cumbres previas al querer hablar del proceso, los dirigentes respondieron a la primera ministra con un insólito aplauso cuando tomó la palabra en la cena del jueves. Asfixiada por la presión política que sufre en su país, la premier explicó a sus todavía socios cuánto se está implicando en esta negociación. “No es ningún secreto que queremos pasar a las siguientes fases con ambición y creatividad”, les pidió. Como única —y elocuente— respuesta recibió un aplauso.

Preguntado por ese gesto de apoyo, el presidente español, Mariano Rajoy, argumentó: “Lo que quería expresar es, fundamentalmente, que me gustaría que estas negociaciones avanzaran rápidamente. España quiere tener la mejor relación posible con Reino Unido”. Para realzar el papel de la primera ministra en este trance, Juncker añadió: “May ha sido una negociadora dura, inteligente y cordial”.

La brevedad del procedimiento entre los 27 dirigentes nacionales —ya sin la líder británica— para dar su visto bueno este viernes al divorcio del Brexit evidenció que el camino estaba desbloqueado. La ratificación formal del texto apenas duró 10 minutos. El acuerdo que alcanzaron la semana pasada May y Juncker sobre los ejes de la separación había convertido la cita de los líderes en un mero trámite. Era la primera nota optimista de un proceso tortuoso que aún tiene muchos retos pendientes. El documento firmado deja claro hasta qué punto urge resolverlos: “Las negociaciones en la segunda fase solo pueden progresar si se respetan plenamente todos los compromisos adquiridos en la primera y se traducen fielmente a leyes lo más rápido posible”.

Enigmas por resolver

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Los líderes no tardaron en aludir a esos desafíos. “Reino Unido tiene que decirnos qué quiere y tenemos que ver si es compatible con nuestros deseos. La segunda fase será aun más dura”, vaticinó la canciller alemana, Angela Merkel, en conferencia de prensa conjunta con el presidente francés. Emmanuel Macron añadió: “Para el acuerdo futuro no puede hacer diálogos bilaterales ni sectoriales”. Y el presidente del Consejo, Donald Tusk, alertó de las dificultades para cumplir los plazos previstos. “Todavía es realista, pero también dramáticamente difícil. La segunda fase será más exigente”, admitió.

Por delante queda un buen número de tareas. En primer lugar, cerrar los nada despreciables flecos sueltos del acuerdo de salida. Al mismo tiempo, empezar a diseñar la transición, que previsiblemente consistirá en una prolongación del statu quo de Reino Unido en la UE —casi sin derechos, pero con todas las obligaciones— durante un plazo cercano a los dos años. Y si Londres aclara qué relación quiere construir con sus ya exsocios europeos cuando concluya ese periodo —alrededor de 2021—, los líderes europeos comenzarán, como pronto en marzo, a negociar ese nuevo marco.

De entre todas las incógnitas por resolver, la más compleja es la de la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, perteneciente a Reino Unido. Los compromisos esbozados en el acuerdo de divorcio suponen un círculo difícil de cuadrar. Lo expresó acertadamente el canciller austriaco, Christian Kern. “No puede haber controles fronterizos entre el norte y el sur de Irlanda; no puede haber controles fronterizos entre Irlanda del Norte [territorio británico] y Reino Unido, pero puede haberlos entre Reino Unido y la UE. Hasta nuestros estudiantes de primaria ven que esto es un acertijo”, ironizó.

Juncker y Tusk chocan por los refugiados

El choque entre instituciones europeas por las cuotas de refugiados resonó en el cierre de la cumbre. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el del Consejo, Donald Tusk, evidenciaron sus diferencias ante la prensa. “No he cambiado de opinión; necesitamos un método más eficaz”, recalcó Tusk. Juncker apostilló: “No entiendo que el reparto de refugiados ponga en riesgo el sistema social de Europa. Deberíamos calmarnos un poco”.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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