La Argelia de los cinco generales encarcelados
El país magrebí se aproxima a las presidenciales de abril con la imagen del Ejército y del Parlamento muy debilitadas
En Argelia, donde tanto abundan las interpretaciones, los rumores, y los sesudos análisis infructuosos sobre quién sucederá algún día al octogenario presidente, Abdelatif Buteflika, solo los hechos aportan un mínimo de claridad en la bruma. Durante la semana pasada sucedieron dos hechos insólitos que afectan al Ejército y al Parlamento. Para interpretar ambos sucesos, sin aparente relación entre sí, hay que tener presente una fecha que sobrevuela toda la política argelina: el 17 de abril se celebrarán las elecciones presidenciales. Aún no se sabe si Buteflika concurrirá a ella. Pero todo gira alrededor de esa incógnita.
Desde que Buteflika sufrió un infarto cerebral en 2013, el presidente está casi desaparecido, no pronuncia ningún discurso en público, no sale del palacio presidencial salvo para ser atendido en alguna clínica europea, no emprende visitas oficiales a ningún país y apenas atiende las visitas de dignatarios extranjeros. Numerosas personalidades del país han solicitado en una carta abierta que no se presente. Pero la incógnita continúa abierta. “Las autoridades argelinas”, señala un observador internacional, “juegan a quedarse quietas, a ponerse de perfil. Nadie quiere meter la pata porque nadie sabe en realidad qué va a pasar en los próximos meses”.
El domingo 14 de octubre —en Argelia la semana laboral comienza en domingo y se descansa viernes y sábados— un tribunal castrense argelino ordenó prisión preventiva con cargos de corrupción para cinco generales. Ya había sido depuestos de sus cargos meses atrás, pero es la primera vez en el país que son encarcelados cinco generales.
El presidente de Transparencia Internacional en Argelia cree que la detención de los militares obedece a luchas internas ante las próximas presidenciales
Abdelaziz Rahabi, quien fuera ministro de Comunicación en los años noventa hasta que Buteflika lo destituyó en 1999, ha declarado en una entrevista con el diario El Khabar que el encarcelamiento tiene por objetivo descalificar al Ejército ante la posible sucesión del presidente. “¿Por qué han aparecido estos casos de corrupción a seis meses de las presidenciales?”, se preguntaba Rahabi, “¿Por qué en este preciso momento y no hace dos o tres años?”
Por su parte, el presidente de la Asociación Argelina Contra la Corrupción (AACC) y representante de Transparencia Internacional en Argelia, Djillali Hadjadj, ha declarado que el encarcelamiento de los cinco mandos no obedece a ninguna operación anticorrupción porque la corrupción es “casi generalizada”. “Habían dejado a esos generales enriquecerse a cielo abierto. No hacía falta emprender grandes investigaciones para desentrañar sus casos”. Hadjadj achaca su encarcelamiento a “luchas intestinas en el seno del poder por la elección del próximo candidato a las presidenciales”.
Dos días después del encarcelamiento de los cinco mandos se produjo otro hecho cuando menos llamativo. Al menos 200 diputados de los 462 con que cuenta el Parlamento argelino bloquearon el acceso a la Asamblea Popular Nacional para impedir la entrada del presidente del Parlamento, Said Bouhadja, a quien le reclaman la dimisión. La cuestión es que Bouhadja pertenece al Frente de Liberación Nacional (FLN), el partido de Buteflika, la formación que ha gobernado el país desde su independencia en 1962. Y los diputados que piden su dimisión también son miembros del FLN y de la Reagrupación Nacional para la Democracia (RND), socio en la coalición de Gobierno. Los diputados rebeldes han elegido otro presidente del Parlamento, pero Bouhadja se niega a dimitir y su mandato se extiende en principio desde 2017 a 2022. ¿A qué obedece esta crisis institucional?
De nuevo, varios analistas interpretan una lucha de poder en la que el clan Buteflika estaría intentando desalojar de su puesto al presidente del Parlamento. Pero eso no es más que una interpretación. Lo único cierto es que la imagen del Parlamento se deteriora y la del Ejército también mientras el calendario avanza hacia el 17 de abril de 2019.
Lounes Guemache, director del sitio digital TSA, el más leído del país, indicó a este diario: “Los meses que preceden a las presidenciales suelen ser muy agitados en Argelia. Pero esta vez la agitación es mucho más importante porque nadie conoce las intenciones reales del presidente. Y, sobre todo, se ignora su capacidad para emprender un quinto mandato. Por tanto, él no puede declarar su candidatura, pero tampoco puede decir que no se presenta. Y esto parece que puede seguir así hasta febrero o marzo”.
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