La fiscalía de Estambul toma declaración a los empleados del consulado saudí
La investigación para hallar el cuerpo del periodista Jamal Khashoggi se extiende a un bosque del norte de Estambul y a una provincia vecina
El fiscal encargado de instruir el caso sobre la desaparición de Jamal Khashoggi tomó este viernes declaración a 15 empleados del consulado de Arabia Saudí en Estambul, donde se vio por última vez con vida al periodista saudí el pasado 2 de octubre. Entre los empleados interrogados en calidad de testigos, todos ellos turcos, se hallan uno de los chóferes, un técnico y el contable del consulado, según informó la cadena CNN-Türk. Con todo, se desconoce cuánta información sobre el caso pueden aportar estas personas, ya que, según los medios turcos, el día de autos se les ordenó regresar a sus hogares poco antes de que Khashoggi entrase al consulado alegando que en el edificio tendría lugar una “reunión diplomática”. Entretanto, la investigación policial ha ampliado su radio al bosque de Belgrado y a la provincia de Yalova, donde se sospecha que podrían haber sido arrojado los restos de Khashoggi.
Este viernes, la policía científica turca registró durante tres horas una furgoneta negra que se cree que podría haber transportado el cuerpo de Khashoggi desde el consulado (donde se produjo su presunto asesinato y descuartizamiento) a la residencia del cónsul general, Mohamed Al Otaibi, quien abandonó Turquía el pasado martes. Los agentes utilizaron productos químicos para buscar posibles restos de sangre y ADN. En total, esta semana han sido inspeccionados 26 vehículos que el 2 de octubre salieron del consulado, incluidas las dos furgonetas, una Mercedes Vito y una Mercedes Sprinter, en las que viajaban miembros del equipo de 15 saudíes enviados ese día desde Riad con el supuesto objetivo de capturar o asesinar a Khashoggi y una de las cuales también se cree que transportaba el cadáver.
Según el diario Sabah, la investigación “no se centra ya en localizar al periodista sino sus restos” por lo que la policía ha registrado el bosque de Belgrado, en el norte de Estambul, adonde se dirigió una de las furgonetas. La policía tomó muestras en varios puntos del bosque y examinó las cámaras de seguridad de las carreteras que llevan hacia allí. También se investiga en las instalaciones termales de la provincia de Yalova, a una hora y media en coche desde Estambul, donde se ha visto en varias ocasiones la misma furgoneta, con matrícula diplomática, según informó la agencia turca IHA. En este lugar han sido registrados varios chalés, supuestamente propiedad de ciudadanos saudíes, que en los últimos años han adquirido multitud de propiedades en Estambul y sus alrededores, así como en la costa del mar Negro.
Washington asume la muerte de Khashoggi
En Estados Unidos, donde vivía exiliado Khashoggi desde 2017, se comienza a asumir la versión de que el periodista saudí está muerto. “Ciertamente parece que ha sido así. Es muy triste”, aseguró a los periodistas el presidente de EEUU, Donald Trump. El mandatario también advirtió de que las consecuencias “tendrán que ser muy severas” si se demuestra que las autoridades saudíes son culpables del crimen.
Trump ha pedido a Turquía que entregue la grabación que presuntamente posee sobre el momento del asesinato y descuartizamiento de Khashoggi y cuyos detalles han sido filtrados a varios medios turcos y extranjeros. El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, dijo este viernes que “Turquía no ha dado a nadie ninguna grabación de audio” y añadió que, aunque su Gobierno “dispone de ciertas informaciones y pruebas”, solo se harán públicas cuando la investigación concluya.
Los servicios secretos de EEUU consideran que hay “crecientes indicios circunstanciales” que apuntan al príncipe heredero y hombre fuerte del régimen wahabí, Mohamed bin Salmán, como autor intelectual del crimen. Así que en Riad buscan el modo de que salpique lo menos posible a la cúpula real. Según la agencia Reuters, el anciano monarca, Salmán bin Abdulaziz, que en los últimos años había delegado numerosas funciones ejecutivas en su favorito y heredero, ha tomado las riendas de la crisis tras ver que la gestión del príncipe Mohamed ha llevado a que numerosas empresas y Gobiernos boicoteen un importante foro empresarial que tendrá lugar la próxima semana en Arabia Saudí. Además, The New York Times asegura, basándose en varias fuentes, que Riad pretende cargar el muerto al general Ahmed Al Asiri, antiguo portavoz de la intervención militar saudí en Yemen y actualmente un cercano asesor del príncipe Mohamed. Según esta versión, el príncipe habría dado a Asiri la orden de capturar y llevar a Arabia Saudí a Khashoggi —lo que ya constituiría un delito en sí mismo—, pero este se habría propasado en sus funciones al pedir al equipo enviado a Estambul que asesinasen al periodista.
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