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El kurdo Barham Salih, elegido nuevo presidente de Irak

Tras jurar el cargo, dispone de 15 días para encomendar el Gobierno a un nuevo primer ministro

Ángeles Espinosa
Barham Salih, en 2008 en Bagdad.
Barham Salih, en 2008 en Bagdad.ALI YOUSSEF (AFP)

Irak ya tiene nuevo presidente. El kurdo Barham Salih, que antes fue vice primer ministro del Gobierno central y primer ministro del regional de Kurdistán, ha sido elegido este martes por el Parlamento tras la retirada del otro candidato, Fuad Husein, poco antes de que se procediera a una segunda votación, según han informado los medios locales. La elección de Salih, que tiene previsto jurar el cargo esta misma noche, supone un paso más hacia el desbloqueo de la crisis política que se arrastra desde las elecciones de mayo.

A partir de ese momento, el flamante presidente dispone de 15 días para designar al candidato a primer ministro, de acuerdo con el mandato constitucional. Sin embargo, cuatro meses después de los comicios aún no está claro cuál es el principal bloque parlamentario, ya que aunque la coalición liderada por Múqtada al Sadr quedó en primer lugar, no obtuvo suficientes votos para formar Gobierno. Desde entonces, ese bloque y los otros dos más votados, la alianza de la Conquista de Hadi al Ameri (considerado el hombre de Teherán) y la alianza de la Victoria del primer ministro en funciones, Haider Al Abadi, (ambos dominados por los islamistas chiíes), andan enfrascados en una lucha por quitarse apoyos.

Salih, de 58 años y que fue presentado por la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), está considerado un político moderado y dialogante. Con anterioridad a las elecciones regionales de Kurdistán, el pasado domingo, había abandonado la UPK para liderar un nuevo partido, la Coalición por la Democracia, pero volvió a la UPK cuando le ofrecieron ser su candidato.

Desde el derrocamiento de Sadam Husein, la presidencia ha recaído en un kurdo y los principales partidos de esa comunidad han consensuado su nombre. Sin embargo, en esta ocasión, por primera vez, había discrepancias fruto de la lucha de poder que se vive en el Kurdistán iraquí. Esa región autónoma, celebró el año pasado un referéndum de independencia que desató la furia de Bagdad y echó por tierra parte de los logros conseguidos por el autogobierno. También sacó a la luz la fractura política entre las dos familias que tradicionalmente se han repartido el poder, los Barzani y los Talabani, y sus respectivos grupos políticos, el Partido Demócrata de Kurdistán (PDK) y la citada UPK.

Desde que se aprobó la nueva Constitución de Irak en 2005, las tres principales comunidades étnicas del país (árabes chiíes, árabes suníes y kurdos) acordaron de forma tácita el reparto de los tres principales cargos institucionales. El primer ministro sería árabe chií, como dos tercios de la población, el presidente del Parlamento, árabe suní, y el jefe del Estado, kurdo. Los mandamases de esa comunidad pactaron entonces que el líder del PDK, Masud Barzani, se quedara al frente del Gobierno autónomo y el líder de la UPK, Yalal Talabani, asumiera la presidencia del país (lo que hizo hasta que un derrame cerebral en 2012 le apartó de la política hasta su muerte el año pasado).

Pero la desaparición de Talabani y, sobre todo, la crisis institucional causada por las consecuencias del controvertido referéndum de independencia convocado por Barzani hace un año, acabaron con ese acuerdo. Muchos kurdos, sobre todo entre los simpatizantes de la UPK, vieron la consulta como un intento de Barzani de seguir agarrándose al poder y evitar las urnas. Acorralado por sus críticos, incluso dentro de su propio partido, el veterano Barzani renunció a la presidencia de Kurdistán. Repartió su autoridad entre diversos afines, pero el puesto de presidente fue abolido.

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El cambio de situación también obligó a convocar finalmente elecciones legislativas, que se celebraron el pasado domingo, con poco entusiasmo, una asistencia bastante baja (en torno a un 35%) y acusaciones recíprocas de fraude ente el PDK y la UPK. En ese contexto es en el que ambos partidos, o ambos clanes que viene a ser sinónimo, aspiraban a poner a su hombre en Bagdad.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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