Corbyn logra el respaldo del partido a su moción sobre el Brexit
El líder laborista impulsa una solución de compromiso que no convence a los militantes
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, y su equipo más fiel han logrado este martes el respaldo mayoritario del partido a su solución de compromiso para el Brexit. Querían a toda costa que esta pesadilla no enturbiara su congreso anual, que se celebra esta semana en la ciudad de Liverpool. No han conseguido, sin embargo, dejar atrás el debate. La intervención en el plenario del ministro en la sombra Keir Starmer, el hombre encargado de planear la estrategia del partido respecto a la salida de Reino Unido de la UE, ha vuelto a remover las aguas al asegurar, en contra de la línea oficial, que "nadie ha descartado que permanecer en Europa siga siendo una opción".
El auditorio donde se celebra el Congreso estalló en aplausos al oír esas palabras. Por eso contrastaba aún más el disgusto y la irritación de Brendan Chilton, el representante de la corriente "Laboristas por la salida", que en una esquina de la primera fila dejaba ver su malestar. "Con su discurso ha despreciado a Corbyn, a McDonnell y a millones de votantes, y lo sabe", protestó Chilton a la salida.
La dirección del partido ha visto este martes cómo se aprobaba por amplia mayoría su moción sobre el Brexit, pero es consciente de que el debate y el malestar que genera no se han cerrado. Básicamente, han pedido a los militantes que respalden el objetivo principal de forzar unas elecciones anticipadas. Y que solo si el Gobierno británico alcanza con la UE un acuerdo de salida que no convenza, o si Reino Unido se ve obligado a abandonar la UE sin acuerdo, se abra la posibilidad de plantear una segunda consulta. Pero nunca para volver a preguntar a los británicos si quieren irse o quedarse. Eso, según Corbyn, ya ha sido respondido.
La división en torno al Brexit es el espejo de la división que existe dentro del laborismo británico. Jóvenes y clases medias urbanitas muy partidarios de la permanencia en Europa, agrupados en torno a Corbyn por su hastío hacia la política conservadora de los últimos años, frente a votantes de bajo nivel económico, sobre todo en el norte de Inglaterra, que han sufrido en sus carnes los años de la austeridad y acumulan una rabia que les hace blanco fácil del discurso nacionalista y antieuropeo de partidos como el UKIP o del ala euroescéptica de los tories.
A lo que hay que añadir el desapego hacia la idea de Europa que apenas logra disimular el propio Corbyn. Tibio durante la campaña del referéndum de 2016 —aunque defendió la permanencia—, se resiste a responder en cualquier entrevista si querría o no que se preguntara de nuevo a los británicos. Aunque es consciente de que, tarde o temprano, deberá respaldar algún tipo de consulta. La última encuesta realizada por YouGov, la página web volcada en asuntos públicos, asegura que un 86% de los militantes laboristas quiere tener la última palabra sobre el posible acuerdo entre el Gobierno de Reino Unido y Bruselas.
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