Condenados a siete años de prisión dos periodistas de Reuters en Myanmar
Los reporteros estaban acusados de vulnerar la Ley de Secretos Oficiales mientras investigaban una matanza de musulmanes rohinyás
Las expectativas pesimistas se han cumplido. Los periodistas birmanos de la agencia Reuters Wa Lone y Kyaw Soe Oo han sido condenados este lunes a siete años de cárcel por un tribunal de Myanmar (antigua Birmania), acusados de violar la Ley de Secretos Oficiales mientras documentaban la matanza a un grupo de rohinyás. La minoría musulmana ha huido en masa al vecino Bangladés desde hace un año debido a una campaña de persecución del Ejército birmano calificada de “intento de genocidio” por un reciente informe de la ONU.
“No tengo miedo. No tenemos miedo. Sabemos lo que hicimos; solo obtuvimos información (para nuestro reportaje)”, dijo Wa Lone, de 32 años, después de escuchar el veredicto, que en principio debería haber sido anunciado hace una semana pero fue pospuesto a última hora. Wa Lone y su joven compañero, Kyaw Soe Oo, de 28 años, documentaban para Reuters una matanza de diez hombres rohinyá ocurrida el pasado septiembre en la aldea de Inn Din (en el estado de Rajine, al oeste de Myanmar, de donde proceden la mayoría de rohinyás en el país), en plena campaña de persecución del Tatmadaw (Ejército birmano) a la minoría musulmana. Más de de 700.000 miembros de esta comunidad (del millón que se estima vivía en Rajine) huyeron a Bangladés en apenas semanas desde agosto del pasado año en un éxodo sin precedentes.
La agencia de noticias internacional publicó el pasado febrero el reportaje en el que trabajaban los reporteros condenados. En abril, un tribunal birmano condenó a siete soldados a diez años de cárcel por dicha masacre, la primera sentencia de este tipo desde que se activó el operativo militar. Myanmar alega que las medidas del Ejército fueron en respuesta a los ataques “terroristas” perpetrados por insurgentes rohinyás del ARSA (Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán) contra puestos de seguridad en Rajine el 25 de agosto de 2017.
Wa Lone y Kyaw Soe Oo, que se han declarado inocentes durante todo el proceso, fueron detenidos la noche del 12 de diciembre tras reunirse en un restaurante en Rangún con dos policías birmanos, quienes, según los acusados, les entregaron documentos supuestamente secretos. Poco después de su encuentro con los oficiales, considerado una “trampa” por sus abogados y organizaciones de derechos humanos, otros agentes de seguridad acudieron a detenerles, argumentando que los documentos eran confidenciales, y les mantuvieron incomunicados durante semanas.
El fallo es un “mazazo contra la libertad de prensa en Myanmar, que da muestra del miedo que el Tatmadaw y el Gobierno de Myanmar sienten por el periodismo crítico y de investigación, pilares de una democracia real”, ha denunciado Human Rights Watch. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, ha pedido este lunes la liberación de los reporteros y ha calificado el juicio en su contra de "parodia de la justicia". "Su condena se produce tras un proceso legal que claramente incumplió estándares internacionales", afirma Bachelet en un comunicado. "Envía un mensaje a todos los periodistas en Myanmar de que no pueden trabajar sin temor, sino que por el contrario deben elegir entre la autocensura o ponerse en riesgo de ser procesados", agrega la exmandataria.
El Gobierno británico también ha exigido la liberación "inmediata" de los periodistas. El portavoz oficial de la primera ministra, Theresa May, afirmó que la condena vulnera la libertad de prensa y agregó que la premier se encuentra "extremadamente decepcionada" con la sentencia.
La condena se produce una semana después de que un informe presentado por Naciones Unidas concluyera que “la cúpula militar de Myanmar tenía intención genocida” al perseguir a los rohinyá en el estado de Rajine”. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la antigua Birmania, y cinco de sus generales, “ordenaron asesinatos en masa y violaciones en grupo, y deben ser juzgados por ello”, señala el documento. El texto también culpa al Gobierno civil birmano de la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, cuya Liga Nacional para la Democracia ganó las elecciones de 2015, de no proteger a la minoría musulmana. “No utilizó su cargo ni su autoridad moral para frenar o prevenir lo ocurrido en Rajine, y contribuyó con ello a la comisión de los crímenes”.
Los periodistas fueron acusados formalmente en julio de violar la Ley de Secretos Oficiales, una norma de la era colonial que acarrea una pena máxima de 14 años de cárcel y los defensores de la libertad de información consideran una medida para prevenir el periodismo independiente en Myanmar. Al anunciar el veredicto, el juez que presidió el caso, Ye Lwin, afirmó que los periodistas poseían “documentos de alto secreto” que planeaban compartir con otros, incluyendo grupos insurgentes de Rajine.
En prisión sin fianza desde diciembre, los reporteros defienden que el encuentro con los policías en el restaurante fue un ardid para detenerles, algo que llegó confirmar un capitán de la policía birmana. Moe Yan Naing testificó el pasado abril que un superior les había ordenado a él y otros compañeros ofrecer documentos a los periodistas como subterfugio para arrestarles, sin que su testimonio haya alterado el curso del juicio. Los acusados pueden apelar ahora ante el tribunal de la división de Rangún, y, en última instancia, ante la corte suprema.
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