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Los 150 migrantes del ‘Diciotti’ atracados en Catania cumplen tres días sin permiso para desembarcar

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, redobla su desafío a la Unión Europea y asegura que " son todos ilegales"

Menores inmigrantes no acompañados desembarcan del navío Diciotti de la Guardia Costera italiana en Catania, Sicilia.
Menores inmigrantes no acompañados desembarcan del navío Diciotti de la Guardia Costera italiana en Catania, Sicilia.EFE

Los 150 inmigrantes a bordo de la patrullera de la Guardia Costera Diciotti -atracada desde el lunes por la noche en el puerto de Catania (Sicilia)- llevan ya tres días sin permiso para bajar del barco. El ministro de Interior y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, se niega a dejarlos entrar en Italia como medida de presión a la Unión Europea y exige la reubicación de los inmigrantes en otros países europeos.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, también ha instado a sus socios europeos a que respondan urgentemente a las peticiones de Italia y se comprometan a hacerse cargo de parte de los inmigrantes. “Las instituciones europeas, que han aceptado mi propuesta de crear un 'gabinete de crisis' para gestionar la emergencia de los desembarcos, ¿a qué esperan para intervenir y que podamos repartir a los migrantes que están a bordo del buque italiano Diciotti?”, expuso a través de un comunicado colgado en su página de Facebook. La presión ha surtido efecto y este viernes aterrizan en Bruselas los representantes de 12 países -España, Italia, Francia, Alemania, Malta, Luxemburgo, Grecia, Países Bajos, Bélgica, Austria, Portugal e Irlanda- con intención de buscar una solución al caso. Ninguno se ha comprometido todavía a acoger a los migrantes, pero se espera que acaben reubicados en ciudades de esa terna de Estados miembros de la UE.

El vicepresidente Luigi di Maio, del Movimiento 5 Estrellas dijo el jueves que apoyaba la postura del primer ministro y que Europa debería actuar. “En estos meses hemos visto cómo funciona la línea suave hacia la Unión Europea y cómo funciona la línea dura. Si mañana no sale nada en claro sobre la Diciotti y el reparto de los migrantes, el Movimiento 5 Estrellas no estará dispuesto a dar 20.000 millones de euros para los presupuestos de la Unión Europea”, amenazó y evitó pronunciarse sobre el desembarco.

Intensos contactos

La crisis desborda el marco italiano y desafía a la Unión Europea. La Comisión Europea espera hallar una solución consensuada para el caso Diciotti y como ya sucedió en las crisis previas del Aquarius, está tratando de acelerar las gestiones para desbloquear la situación este viernes. Bruselas admite "intensos contactos" con las cancillerías europeas desde el domingo "para que sean desembarcados de forma segura lo antes posible". No ha querido valorar las presiones del primer ministro italiano, Giuseppe Conte sobre la lentitud de la respuesta.

La Unión Europea sigue sin contar con una política migratoria común. Y debido a esa ausencia de reglas del juego, cada nuevo barco con migrantes que Italia o Malta rechazan asumir en solitario obliga al Ejecutivo comunitario a descolgar el teléfono para recabar voluntarios e improvisar un nuevo reparto. Bruselas ha asumido el papel de coordinador, pero en última instancia, el éxito de las redistribuciones depende únicamente de la voluntad de los Estados miembros.
El recurso de la solidaridad conlleva sus riesgos, dado que los Gobiernos que la aplican están expuestos a cierto desgaste de parte de su opinión pública y la oposición. Ese daño sería muy inferior si la solidaridad fuera fruto de un acuerdo comunitario obligatorio y no un acto voluntario, dado que las responsabilidades quedarían diluidas. Y las cargas, compartidas.
Se espera que la cumbre de líderes europeos del próximo 20 de septiembre en la ciudad austriaca de Salzburgo sirva para acercar posturas entre los países partidarios de una mayor dureza, encabezados por Italia y Austria, y aquellos que recelan de ese discurso, con España y Francia al frente.

Los inmigrantes fueron rescatados el jueves pasado por dos barcos de Capitanía del puerto en aguas maltesas y después transferidos a la nave de los guardacostas. Tras varios días a la deriva, este lunes el ministro de Transportes Italiano, Danilo Toninelli, del Movimiento 5 Estrellas y con competencia sobre los puertos dio su autorización para atracar en Catania. El miércoles por la noche, cuando la situación era crítica y después de la intervención de un fiscal de la región y de la asociación italiana de jueces de menores, Salvini permitió que 27 menores no acompañados bajaran del barco. El ministro lo anunció a través de un vídeo en directo emitido en su página de Facebook y horas después, de madrugada, los menores pudieron bajar y fueron trasladados a diferentes centros de acogida.

Secuestrados

Los inmigrantes llevan ya ocho días en un barco que no está preparado para mantener a tantas personas a bordo durante un periodo tan largo. Las autoridades les han suministrado comida y bienes de primera necesidad. Daniel Viotti, eurodiputado del Partido Democrático, subió este jueves a bordo del barco y cuenta que los inmigrantes “viven en condiciones de secuestrados”. Explica que tienen que dormir en el suelo al aire libre y que las condiciones higiénicas son críticas porque en la patrullera no hay duchas ni baños suficientes. También ha hablado con la tripulación de la Guardia Costera y con el comandante y relata que ha percibido en ellos “un sentimiento de frustración y abandono porque ellos también están retenidos en una nave italiana”. Relata que los inmigrantes se preguntan por qué están encerrados en ese barco. “Estos chicos son víctimas de un juego político que ni siquiera conocen”, apunta. “Italia está dando una imagen mezquina al mundo. No se puede hacer política con la vida de 170 personas”, concluye.

La gestión de la migración y del caso de la patrullera Diciotti también han abierto una brecha en el Gobierno de coalición de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas. Aparte de las contradicciones entre autorizar el atraque del barco y negar el desembarco, se han producido otras fricciones en el Ejecutivo. Salvini, el jueves por la mañana en una entrevista con la radio RTL se mantuvo en su misma línea y reafirmó su mano dura en la cuestión migratoria que está consiguiendo imponer en el Gobierno: “Mi objetivo es el No way australiano. Ningún migrante rescatado en el mar pone un pie en Australia”. Durante la noche se fue creando una concentración espontánea de ciudadanos que acudieron al puerto para pedir que el Gobierno dejara bajar a los inmigrantes. “Que desembarquen inmediatamente, somos una ciudad abierta” gritaban los manifestantes. Un grupo de artistas de la zona invitó a los ciudadanos a comprar un arancino –comida típica de la región- y presentarse en el muelle para ofrecérselos de modo simbólico a los inmigrantes en señal de acogida. “Los arancini y en general la gastronomía son una señal de acogida para nosotros en Sicilia”, explicaban los organizadores.

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