En Brasil, los candidatos hacen campaña hasta por Tinder
Los políticos de partidos pequeños, desfavorecidos por el sistema electoral, usan aplicaciones de ligues para llegar a sus votantes
Está usted en Brasilia, por el motivo que sea, y decide ver qué suerte le depara aquí Tinder, la aplicación de ligues, también por motivos que no nos ocupan. Se encuentra el perfil de un hombre de 37 años. Alexandre Guerra. Foto: aspecto sonriente, saludable y, aunque lleva una camiseta de un naranja dudoso, es verdad que luce un pelazo que ya querrían tantos a esa edad. Descripción: “La renovación de Brasilia tiene 37 años, es un gestor premiado y tiene mucha disposición para hacer un #nuevodf. Hablamos?”. Bueno. Mayores excentricidades se han visto en esta aplicación. Decide usted que sí, que “hablamos”. Solo que algo no sale como debería. En lugar de una propuesta para conocerse con una caipirinha, lo que Alexandre le manda son un montón de mensajes sobre por qué usted debería votarle como gobernador de Brasilia en las elecciones de octubre. Y que su partido, Novo, además de un logotipo naranja, tiene muchas ideas interesantes para el futuro de Brasil, por si usted quiere debatir alguna de ellas. De capirinhas, nada. Vino a ligar y se encontró con política.
En el dispar sistema electoral brasileño cada uno se defiende como puede. Los grandes partidos solo tienen que ceñirse a las normas, ya que fueron diseñadas para ellos y sostienen el statu quo mejor que la mayoría de los diputados. Pero las agrupaciones nuevas, cada vez más numerosas, enfrentan enormes obstáculos. El sistema les castiga con menos dinero público y bastantes menos minutos de publicidad en televisión y radio: los dos pilares de una campaña ganadora en Brasil, repartidos en estricta proporción a los diputados que tenga cada partido en el Congreso. Así que en estos días previos a las elecciones son cada vez más comunes los despliegues del característico ingenio brasileño por parte los nuevos candidatos para compensar todo lo que tienen en contra.
Unos reparten memes sobre sí mismos en sus cuentas de redes sociales. Otros pasan en Facebook el tiempo que no están en televisión. Todo vale y ni siquiera lo de buscar votantes en Tinder es nuevo: hay otro candidato, Felipe Oriá, que lo lleva haciendo desde julio, en busca de votantes desprevenidos. Hace poco se ha visto también a Alexandre Guerra en Grindr, una aplicación de encuentros sexuales entre hombres gais. Aquí nadie va a encontrar pareja hasta que el país no elija a sus gobernadores.
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