Incendiados varios campamentos improvisados de venezolanos en el norte de Brasil
Vecinos e inmigrantes procedentes de Caracas se enfrentan en Pacaraima este sábado después de que un comerciante local resultara herido el viernes
El pueblo brasileño de Pacaraima, en la frontera con Venezuela, vivió momentos de tensión este sábado con un enfrentamiento entre vecinos e inmigrantes venezolanos, cuyos campamentos improvisados fueron destruidos e incendiados. El tumulto comenzó por la mañana, después de que un comerciante local resultara herido en la madrugada del viernes y sus familiares responsabilizaran a los venezolanos, que en el último año han intensificado su presencia en el pequeño municipio, de apenas 12.000 habitantes. En los enfrentamientos, tres brasileños resultaron heridos, según informó un portavoz de la Policía Militar, y no hubo detenidos. No hay informaciones sobre los venezolanos, muchos de los cuales, según imágenes divulgadas por habitantes de la ciudad, cruzaron la frontera de vuelta a su país.
Decenas de personas atacaron los dos principales campamentos improvisados de los inmigrantes y quemaron sus pertenencias. Durante la noche, Venezuela pidió a Brasil que proteja a sus emigrados. La cancillería de Venezuela solicitó en un comunicado que se otorguen las "garantías correspondientes a los nacionales venezolanos y tomar las medidas de resguardo y seguridad de sus familias y enseres". La fuerzas brasileña que operan en la frontera con Venezuela para atender el flujo migratorio confirmaron los incidentes y explicaron que el comerciante herido fue auxiliado y se encuentra estable en Boa Vista, capital del fronterizo estado de Roraima.
Un habitante de Pacaraima contó a la agencia France Press que el enfrentamiento comenzó temprano, después de que se corriese la voz del ataque al comerciante. "Él es conocido, es un vecino, y hubo indignación cuando se supo que le habían robado. La gente comenzó a expulsar a los venezolanos que estaban en el centro, obligándolos a regresar a su país", dijo en condición de anonimato.
Varias autoridades precisaron que en la noche de este sábado la ciudad estaba tranquila. La gobernadora del estado de Roraima, Suely Campos, emitió dos comunicados. En el primero abogó nuevamente por el cierre temporal de la frontera y en el segundo pidió a Brasilia refuerzos de seguridad para "enfrentar el aumento de la criminalidad", que ella adjudica al incremento del número de venezolanos en la región. El Ministerio de Seguridad Pública informó que enviará un contingente de 60 efectivos que deben llegar el lunes y sumarse a los equipos en la zona.
Varios vídeos de habitantes de la pequeña Pacaraima muestran episodios del enfrentamiento, que se dispersó antes del mediodía dejando las calles aledañas a la frontera llenas de escombros y sin transeúntes. Los comercios permanecieron cerrados durante toda la tarde. "Fue terrible, quemaron las tiendas y todo lo que había adentro", contó a la agencia France Press Carol Marcano, una venezolana que trabaja en Boa Vista y que estaba en la frontera volviendo de su país. "Hubo tiros, quemaban cauchos", añadió. Marcano precisó que algunos venezolanos reaccionaron al ataque y destruyeron un carro con placas brasileñas. Ella se refugió, junto a sus acompañantes y otras personas, en los puestos de control del lado venezolano.
A pesar del enfrentamiento, la frontera permaneció abierta. El equipo de seguridad, compuesto por las Fuerzas Armadas de Brasil y organizaciones civiles y no gubernamentales, repudió los actos de violencia en un comunicado. Otro vecino brasileño dijo que los locales temen que los venezolanos "vuelvan para vengarse" del ataque.
Desde hace tres años, miles de venezolanos cruzan la frontera terrestre hacia Brasil debido a la intensificación de la crisis económica, política y social en su país. Según autoridades regionales, Pacaraima tiene cerca de 1.000 inmigrantes en campos improvisados o en la calle. Los vecinos protestan por el aumento de robos e incidentes violentos, mientras las autoridades locales se quejan de la falta de recursos para atender la situación y piden el cierre de la frontera.
La ciudad brasileña más cercana es Boa Vista, capital del estado Roraima y a unos 215 kilómetros de distancia. Allí viven unos 25.000 venezolanos, según un balance oficial. La Policía Federal, encargada del trámite migratorio en Brasil, estima que unos 500 venezolanos cruzan a diario hacia Brasil. El pico de este año osciló entre 900 y 1.200 en enero. Ahora mismo once campos improvisados están funcionando en Boa Vista y Pacaraima, albergando a más de 4.000 venezolanos, incluyendo más de 1.000 indígenas warao, originarios del norte de Venezuela. En el primer semestre de este año, 56.740 venezolanos buscaron legalizar su situación en Brasil solicitando refugio o residencia temporal.
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