Macron intenta un acercamiento con sindicatos y patronales
El presidente convoca por primera vez a todos los representantes sociales al Elíseo para discutir la agenda social y laboral
El presidente francés, Emmanuel Macron, convocó este martes a los ocho principales sindicatos y patronales del país para discutir sobre la agenda social que espera a todos cuando comience el curso político tras el descanso estival. El acercamiento, reclamado desde hace tiempo por los sectores sociales, se produce tras meses de enfrentamientos con los representantes de los trabajadores por sus reformas laborales, cristalizados en el largo pulso que el Gobierno ha mantenido con la empresa nacional de ferrocarriles, la SNCF, cuya reforma ha impulsado pese a una huelga intermitente de tres meses.
En el menú del encuentro, prolongado más de las dos horas inicialmente previstas, figuraban desde el plan contra la pobreza que se espera Macron desvele en septiembre, hasta las futuras reformas del seguro de desempleo o las pensiones, temas candentes que también serán tratados en los próximos meses. Pero más que el contenido, porque nadie esperaba grandes anuncios o novedades, lo que se valoró fue el gesto. Porque la de este martes fue la primera vez que Macron invitaba al Elíseo de manera conjunta a sindicatos y patronales desde su llegada al poder, hace ya más de un año.
Tras la cita, los convocados se manifestaron dispuestos, en mayor o menor grado, a darle un voto de confianza al Gobierno y reabrir, aunque con precauciones, el diálogo. Entre los más entusiastas se encuentra el presidente de la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas (CPME), François Asselin, para quien se ha producido un “verdadero punto de inflexión” con Macron.
“El presidente nos dijo: ‘En el primer año de mandato, había que desbloquear ciertas situaciones y fui rápido, era mi voluntad, lo asumo. Pero ahora paso a otra secuencia donde voy a tener, entre comillas, necesidad de apoyarme en los interlocutores sociales, en los intermediarios’”, explicó tras salir del encuentro.
También Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), el sindicato más próximo al gobierno, valoró un cambio de actitud del Elíseo. “Hemos sentido que había voluntad de regresar a los términos de una república contractual” y que había consenso acerca de que Francia “debe volver a una forma de diálogo entre organizaciones sindicales, patronales y el Estado”, declaró. Según adelantó, se han acordado nuevos encuentros bilaterales con el primer ministro, Édouard Philippe, tras la pausa veraniega.
El entusiasmo fue más contenido entre los líderes sindicales que más duramente se han enfrentado el último año al Gobierno. Pero incluso ellos se mostraron dispuestos a intentar abrir una nueva etapa de diálogo.
Eso sí, subrayó el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, solo habrá diálogo si hay intención real de escuchar. “Hemos recalcado que este tipo de encuentros solo pueden ser útiles si cambiamos el método”, indicó. “No puede ser el método seguido hasta ahora, ese de ‘hablo yo y lo que decís no me interesa’”, continuó. El diálogo solo será fructífero, insistió, “si hay una capacidad de escuchar y que los temas no sean impuestos por el Elíseo”. Entre los asuntos que hay que debatir, subrayó, están “el reparto de la riqueza, el salario mínimo y las pensiones”.
Su homólogo de Fuerza Obrera (FO), Pascal Pavageau, también saludó las “señales” emitidas por Macron “en la voluntad renovada de trabajar con los interlocutores sociales”. Es algo “positivo”, añadió, aunque dijo que habrá que esperar a conocer con detalles la agenda social en septiembre.
Con este encuentro, Macron continúa un giro social sentido ya en su discurso anual ante el Congreso la semana pasada. El mandatario ha sido acusado reiteradamente por oposición y sindicatos durante su primer año de gobierno de ser un “presidente de ricos”, con políticas económicas conservadoras pese a haber ganado la presidencia como un político “ni de izquierdas ni de derechas”. En Versalles, ante diputados y senadores, Macron ya intentó rechazar esa noción y anunció que la lucha contra la desigualdad será la prioridad de lo que le queda de mandato, pese a que ha dejado claro que continuará adelante con las reformas y que las hará como mejor considere.
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