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El Gobierno de EE UU empieza a reunir con sus padres inmigrantes a los niños que separó en la frontera

La Administración anuncia que todos los menores de cinco años estarán junto a sus familias este jueves

Pablo de Llano Neira
Una manifestación el 30 de junio en Austin por la reagrupación de familias inmigrantes.
Una manifestación el 30 de junio en Austin por la reagrupación de familias inmigrantes. AFP

Sacando la cabeza del remolino administrativo creado por la separación de miles de padres e hijos inmigrantes indocumentados, el Gobierno de EE UU ha comenzado a reagrupar a estas familias. Empezó el martes por los menores de cinco años y sus progenitores, como le ordenó un juez de San Diego, y será este jueves cuando finalice la reagrupación de los 102 niños de esa edad –en muchos casos a miles de kilómetros de distancia de sus padres–, dos días más tarde de lo que lo pidió el magistrado.

El 26 de julio los 3.000 menores separados de sus padres tendrían que estar con ellos, de acuerdo con lo que exigió el juez de San Diego en su orden del pasado 26 de junio, en medio de una oleada de críticas al presidente Donald Trump por separar a padres e hijos. En una conferencia telefónica con la prensa, funcionarios del Gobierno han sostenido este martes que su lenta reacción responde a que se está comprobando meticulosamente el vínculo parental para garantizar la seguridad de los menores. "Nuestro proceso puede no ser tan rápido como algunos quisieran, pero que no quepa duda que se está protegiendo a los niños", afirmó Chris Meekins, del Departamento de Salud y Recursos Humanos. Meekins aseguró que si no hubiesen sido cuidadosos algunos niños podrían haber acabado "al cuidado de un violador, un secuestrador, un agresor sexual de menores o de un imputado por homicidio en su país". Informó de que se había descartado definitivamente reagrupar a 14 padres con sus hijos: ocho por antecedentes penales graves, cinco que dijeron ser padres y fueron desmentidos por pruebas genéticas y uno sospechoso de abusos. Otros 13 ha sido descartados cautelarmente por diversos motivos, a la espera de más indagaciones.

La guardia fronteriza dividió entre mayo y junio a unas 3.000 familias obedeciendo la política de tolerancia cero anunciada en abril por el fiscal general Jeff Session. Esta política implica procesar penalmente a los inmigrantes adultos que intentan entrar en EE UU ilegalmente. Como los menores, por ley, no pueden ser custodiados en reclusorios de adultos, fueron trasladados a albergues infantiles privados que dan servicio al gobierno o alojados por familias provisionalmente.

Este martes, Donald Trump dio a la prensa su punto de vista sobre la crisis de la separación de familias. "La solución es que no vengan ilegalmente”, dijo. "No queremos crimen. Queremos fronteras y que esas fronteras signifiquen algo. Y recuerden: sin fronteras, no hay país". Cuando le preguntaron si había querido "castigar" a los niños, se limitó a repetir: "Tenemos leyes. Tenemos frontera".

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