Kerala, el Estado ‘rebelde’ de India que ha hecho fracasar el sistema de castas
Desde hace años, alumnos "insumisos" no completan los apartados de religión y casta en solicitudes para escuelas de la región al sur de India. La tradición comunista del Estado, determinante
Casta y religión no solo definen la identidad de los ciudadanos de India, sino que determinan su posición socioeconómica y la consiguiente discriminación (positiva o negativa) que se les aplica. Continua fuente de conflictos comunitarios, estos rasgos sirven tanto para beneficiar a miembros de castas inferiores y grupos tribales como para marginar cultos minoritarios. Casta y religión están presentes en todo formulario de acceso a servicios públicos: desde la red de trenes a los hospitales o las universidades. Y todos los completan, revelando y marcando así su identidad desde el colegio. Menos los estudiantes de Kerala.
Según el gobierno de Kerala, más de 120.000 solicitudes para centros públicos y privados se encontraron incompletas en el presente año académico 2017-2018. Los escolares, con edades comprendidas entre 6 y 18 años y pertenecientes a 9.000 escuelas y colegios repartidos por toda la geografía del Estado al sur de India, no se molestaron en rellenar las casillas correspondientes a su casta y religión.
El ministro de Educación del Estado de Kerala, C. Raveendranath, anunció que 123.630 escolares de entre 6 y 16 años se habían negado a declarar su casta y religión, mientras que otros 517 estudiantes de 17 y 18 años también habían dejado esa casilla en blanco. Aunque no es la primera vez que sucede, sí supone un récord en el número de insumisos con respecto a años anteriores. Y un continuo hito en India.
Las castas marcaron la lucha anticolonialista de Gandhi y siguen siendo motivo de disputas a lo ancho y largo de la geografía del país
El país asiático es único en materia religiosa. No solo es tierra santa del hinduismo, budismo, yainismo y sijismo, sino que acoge a comunidades de musulmanes, cristianos y judíos (principales religiones monoteístas) y otras tantas inauditas en Occidente. Aunque la tolerancia, en comparación con países vecinos, ha marcado la convivencia social desde su independencia, los enfrentamientos religiosos son recurrentes en India. Y lo mismo sucede a raíz del sistema de castas. En una sociedad dividida en cientos de lenguas, más de 4.000 etnias y un complejo sistema de segregación, las castas marcaron la lucha anticolonialista de Gandhi y siguen siendo motivo de disputas a lo ancho y largo de la geografía del país.
Kerala no es ajena a estos enfrentamientos. A finales del pasado mayo, un joven dalit (intocable) fue víctima de uno de los denominados asesinatos de honor pocos días después de casarse. Aunque ambos eran cristianos, ella pertenecía a una casta superior, por lo que la familia de esta vengó la ofensa. La división por castas no es rasgo único del hinduismo sino que también ha existido entre la comunidad cristiana de Kerala, donde hubo periodos en que incluso las sombras de los dalits cristianos eran consideradas contaminantes por los brahmines (la casta más alta) de la misma comunidad religiosa.
Esta región costera al sur de India tiene una larga y compleja tradición de invasiones extranjeras y conversiones religiosas. Tanto el islam como el cristianismo entraron en Kerala mucho antes que en el resto del subcontinente indio; adaptando el ancestral sistema de castas a las normas de cada credo. Sin embargo, el fuerte arraigo de ideas comunistas a comienzos del siglo pasado ha creado una tradición secular en sus instituciones y su sociedad.
La idiosincrasia de Kerala o el secularismo comunista de India
Junto a Bengal Occidental y Tripura, Kerala es el bastión comunista de los 29 Estados indios. El estado sureño fue cuna del Partido Comunista, fundado en esta región en 1939 con la tarea de liberar a campesinos y obreros de la esclavitud de un feudalismo socioeconómico con base en el sistema de castas. Desde 1957, los gobiernos de Kerala han seguido un sistema de alternancia entre una coalición de izquierdas marxista y otra de centro-izquierda.
La afinidad política entre estas agrupaciones políticas ha hecho de este Estado una de las regiones más estables y progresistas de India. No en vano, los índices de educación o higiene, por ejemplo, han conseguido marcados hitos a nivel nacional. Por un lado, fue el primer Estado indio que logró la alfabetización universal y la completa escolarización en primaria. Por otro, Kerala ha sido uno de los pocos que ha podido completar la misión de limpiar India, acabando con la defecación al aire libre en meses.
La tradición progresista en cuanto a la libertad religiosa ha calado en la educación estatal. Hace una década, en 2008, Kerala fue centro de protestas a raíz de la publicación de un libro de texto de Ciencias Sociales con un pasaje de marcada tendencia secular y libre de segregación por castas, titulado Jeevan sin religión (en referencia a un alumno imaginario con ese nombre).
Tras las quejas de partidos minoritarios, el Consejo Estatal de Investigación y Formación Educativa (SCERT, por sus siglas en inglés), accedió a cambiar el título por Libertad religiosa así como partes del texto, que reproducía una conversación ficticia entre un director de una escuela, un alumno y sus padres, como la que sigue:
Después de rellenar los nombres del estudiante y sus padres, el director preguntó:
“¿Qué religión debemos poner?”
Alumno: “No hay necesidad de poner ninguna”
Director: “¿Casta?”
Alumno: “Lo mismo”
El director del centro se recostó en su silla y preguntó gravemente:
“¿Qué ocurrirá si siente la necesidad de tener una religión cuando crezca?”
Padres: “Ya escogerá él su religión en el futuro, si siente esa necesidad”
Director: “Sí. Eso también es posible”
El texto final que se utilizó ya en 2008 ofrece una explicación al porqué de los más de 120.000 alumnos que se negaron a revelar sus identidades religiosas y de castas este año en Kerala.
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