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El asesinato de una joven a manos de un refugiado aviva el debate migratorio en Alemania

Un iraquí de 20 años, al que se le había denegado su petición de asilo, estranguló a la adolescente y huyó del país

Unos policías escoltan a Ali Bashar, este sábado en Alemania.
Unos policías escoltan a Ali Bashar, este sábado en Alemania.BORIS ROESSLER (AFP)

Cuando el cadáver de Susanna F, una joven de 14 años, fue descubierto el 6 de junio pasado en las afueras de Wiesbaden, Alemania comenzó a vivir un drama humano que se ha convertido en dinamita para el debate político. La joven llevaba desaparecida desde el 22 de mayo. La Policía sabía, desde el 3 de junio, que el presunto autor del crimen era Ali Bashar, un iraquí de 20 años al que se le había denegado su petición de asilo en Alemania. Ese día, un refugiado afgano de 13 años informó a la Policía de que Bashar le había contado lo que hizo con la joven y que había desaparecido del refugio donde vivía.

La Policía no tardó en descubrir que Bashar y su familia habían abandonado el país el 31 de mayo con documentación falsa. Desde el aeropuerto de Düsseldorf partieron a Estambul y, desde allí, hasta la ciudad kurdoiraquí de Erbil. La Policía aclaró que en los billetes de avión figuraban nombres distintos a los de sus documentos de residencia en Alemania.

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De acuerdo con el informe policial, la estudiante fue estrangulada. Tenía signos de violencia en el cuello, según explicó el fiscal sin entrar en más detalles. Los investigadores creen que la joven fue asesinada para encubrir una violación. Según la Policía, la estudiante acudía con frecuencia al centro de refugiados en Wiesbaden, ya que conocía al hermano del iraquí sospechoso. El cadáver fue hallado en un agujero en un terreno de difícil acceso.

Gracias a la denuncia de un familiar, el pasado viernes fue detenido en la ciudad de Zakho. Su deportación a Alemania fue cosa de horas y poco antes de las nueve de la noche del sábado, Ali Bashar, volvió a pisar tierra alemana, pero esta vez, esposado y encadenado en las piernas.

Ali Bashar había llegado a Alemania junto a su familia en 2015 y vivía en un albergue de refugiados en la zona de Erbenheim, en Wiesbaden. Su petición de asilo fue rechazada a finales de 2016, decisión contra la que el joven interpuso un recurso.

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Los detalles que rodearon el asesinato de Susanne F, los errores cometidos por la Policía en la búsqueda de la joven y la identificación del principal sospechoso desataron una ola de indignación entre ciertos sectores. El popular diario alemán BILD, por ejemplo, echó una buena porción de leña al fuego de las emociones al publicar en su primera página un titular repleto de malicia, "Si se le hubiera deportado a tiempo, Susanna aún viviría”, rezaba el titular publicado el viernes.

La clase política reaccionó de forma moderada, pero la líder del grupo parlamentario del partido Alternativa para Alemania (AfD) pidió en Twitter la dimisión del Gobierno alemán, argumentando que Susanna "es una víctima más de la hipócrita y egoísta política de bienvenida a los refugiados llevada a cabo por la canciller". Otros políticos apuntaron a posibles errores de las autoridades y se preguntaron atónitos cómo había sido posible que la familia del agresor hubiera podido salir del país con identidad falsa.

Annalena Baerbock, copresidenta de Los Verdes, exigió que "la ley recaiga con toda su fuerza contra el asesino” de la joven "para que su muerte no siembre el odio”. Baerbock apuntó que se corre el riesgo de que parte de la población alemana ponga aún más bajo sospecha a los refugiados. 

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