48 migrantes muertos y decenas de desaparecidos en un naufragio frente a Túnez
Las autoridades han rescatado a 68 supervivientes del barco, en el que viajaban unas 180 personas
El mar de tragedias en el que se ha convertido el Mediterráneo golpeó el domingo con dureza Túnez. El naufragio de una pequeña embarcación de pesca repleta de migrantes provocó la muerte de al menos 48 personas, según el Ministerio de Defensa tunecino, un balance que podría aumentar sensiblemente durante las próximas horas ya que la cifra de desaparecidos se estima en alrededor de 70. Según informó el Ministerio del Interior, los equipos de salvamento pudieron rescatar a 68 personas, la mayoría de nacionalidad tunecina. Durante los últimos meses, se ha disparado migración clandestina en dirección a Italia desde las playas de Túnez, un país azotado por unas elevadas tasas de paro juvenil. Este mismo domingo, otro naufragio frente a las costas turcas se saldaba con nueve víctimas mortales.
“Alrededor de las 22.45 del sábado, una embarcación pesquera de pequeñas dimensiones lanzó una llamada de socorro a las autoridades advirtiendo que estaba a punto de hundirse”, explica Myriam Chaabi, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cuyos profesionales en la ciudad de Sfax se afanaron en proporcionar asistencia a los supervivientes. De acuerdo con sus testimonios recogidos por la OIM, la embarcación zarpó con más de 180 personas a bordo desde una playa cercana a Sfax, la segunda mayor ciudad del país, a unos 270 kilómetros al sur de la capital. Después de dos horas de precaria navegación, el navío, con una tripulación superior a la que podía soportar, empezó a hundirse.
En un comunicado público, el Ministerio del Interior tunecino informó de que el naufragio sucedió a unas cinco millas náuticas de la isla de Kerkenah, y a 16 millas de Sfax. Varias embarcaciones de la Guardia Nacional y del Ejército, y buceadores de protección civil, participan en las labores de rescate, además de un avión militar. De los 68 supervivientes, 60 son de nacionalidad tunecina, 5 de distintos países de África subsahariana, dos son marroquíes y uno es libio. “Lo habitual es que la mayoría de los tripulantes en las barcas que se dirigen de forma clandestina hacia Europa sean tunecinos. También hay extranjeros, pero representan un pequeño porcentaje”, apunta Chaabi. Por lo tanto, puede que no haya una relación directa entre el fenómeno migratorio en este país magrebí con la reducción de las pateras salidas de Libia como consecuencia de los acuerdos entre las autoridades de este país y la Unión Europa.
La migración desde Túnez hacia las costas italianas se ha multiplicado durante los últimos meses, después de haberse mantenido en unos registros más bien modestos a partir de 2013. Mientras que en 2016 tan solo llegaron a Italia unos 1.200 tunecinos, entre los meses de agosto y octubre del año pasado la cifra había ascendido a 3.200. El último balance de este año, que data del 30 de abril, se sitúa en 1.910, lo que sugiere que los viajes clandestinos no han menguado. Los tunecinos ya representan un 20% de los migrantes acogidos en Italia en 2018, según ACNUR. Una encuesta de la fundación FTDES apuntaba que hasta un 56% de los jóvenes tunecinos desea partir a Occidente ante la falta de expectativas laborales y vitales en su país.
Al mismo tiempo que se desataba el drama en Sfax, algo parecido sucedía en las costas turcas, a tres millas náuticas de la localidad de Demre, en la provincia de Antalya. Nueve personas —seis de ellas menores— fallecieron al hundirse la lancha con la que pretendían llegar a las costas griegas. Los equipos de salvamento pudieron rescatar a cinco personas, y todavía buscan a otra que se halla desparecida. En lo que va de año, un total de 649 migrantes se han ahogado intentando cruzar el Mediterráneo, una catástrofe humana sin final a la vista.
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