Millones de pérdidas en nueve días de huelga en Brasil

No todos los camioneros regresaron al trabajo este martes tras una semana de huelga en Brasil, pero las pérdidas económicas generadas por los bloqueos en las autopistas de la principal economía latinoamericana ya son evidentes. La Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (Abiec), por ejemplo, estima en hasta 10.000 millones de reales (unos 2.600 millones de dólares) el impacto económico para el sector cárnico. De las 109 plantas de producción de carne en el país, 107 cerraron debido al paro de los camioneros, y las dos que todavía están abiertas operan con menos de la mitad de su capacidad. La patronal que representa a los minoristas, calcula a su vez pérdidas de 27.000 millones de reales (7.200 millones de dólares) y sus analistas calculan que el movimiento huelguista frenará el crecimiento del PIB brasileño este año.

La Cámara Brasileña de la Industria de Construcción (CBIC) prevé pérdidas de 2.900 millones de reales (780 millones de dólares) por las obras que se interrumpieron debido al desabastecimiento de hormigón y difundió un comunicado en el que pide que la huelga no se amplíe: “No es momento para movimientos oportunistas. Nuevos paros, en este momento, son inaceptables. Todos necesitamos asumir parte de responsabilidad para superar esta situación. La prioridad tiene que ser el reabastecimiento inmediato y acelerar las discusiones sobre los problemas estructurales del país, como revisar el papel de Petrobras (la petrolera controlada por el Gobierno y principal empresa brasileña), realizar una reforma tributaria, reevaluar el sistema de transportes nacional e invertir en infraestructura”.

El Instituto Brasileño de Planificación y Tributación (IBPT) también hizo sus cuentas: estimó en 32.500 millones de reales (8.720 millones de dólares) el impacto total para la economía nacional de los nueve días de la crisis de combustible. De acuerdo con este instituto, la paralización de la actividad económica durante estos días resultó en pérdidas de 4.700 millones de reales (1.260 millones de dólares) solo en recaudación de impuestos para el Gobierno Federal y para las administraciones de los Estados y municipios. “La recaudación de tributos sobre los combustibles es muy alta. La gasolina, el diésel y el etanol representan 5% de la recaudación total del país”, afirma Gilberto Luiz do Amaral, coordinador de estudios del IBPT. Según este experto, este año el total de impuestos generados por los combustibles debe ser de 110.000 millones de reales (29.500 millones de dólares).

Petrobras

Mientras tanto, el gigante del petróleo Petrobras empezó este martes a recuperar al menos parte de las monumentales pérdidas registradas desde el inicio de la huelga de los conductores de camión. Tras una secuencia de caídas en bolsa que redujeron su valor de mercado en casi un tercio (alrededor de 32.100 millones de dólares), las acciones de la empresa subieron un 14% este martes, lo que representó un alivio para la Bolsa de São Paulo, cuyo principal índice cerró en alza de 0,95%. Petrobras aprovechó la tregua de los mercados para centrar sus esfuerzos en intentar frenar la huelga de 72 horas que los trabajadores petroleros convocaron para este miércoles.

Los aeropuertos también trataron este martes normalizar la situación del transporte aéreo en Brasil. La Asociación Brasileñas de Empresas Aéreas (ABEAR) registró durante la semana de paro de los camioneros más de 270 vuelos cancelados. “Calculamos una pérdida diaria de más de 50 millones de reales (13,4 millones de dólares)”, informó la asociación en un comunicado.

Pese a que la crisis parezca encaminarse hacia su final, está claro que los problemas del Gobierno están lejos de terminar. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) ha publicado un comunicado en el que critica la manera como el Gobierno del presidente Michel Temer compensará las concesiones realizadas al movimiento huelguista. La patronal “lamenta” que el Gobierno planee aumentar impuestos para pagar esta factura. Para la CNI, “para salir de la crisis Brasil necesita construir las condiciones para que el país vuelva a crecer”, y para esto es necesario “reducir impuestos para impulsar la economía, atraer inversiones y crear más empleos”.