Noche en el yate de Saddam Husein
El superbarco del dictador iraquí, de 82 metros de eslora y con una suite presidencial y 17 habitaciones, se convertirá en un hotel
A nadie parecía interesarle el barco Bashra Breeze (la brisa de Basora). Este yate, propiedad de Saddam Husein, llevaba casi una década en venta, desde 2010. Cuando era propiedad de Hussein, hasta 2003, cuando fue derrocado del poder, se llamaba Qadissiyat Saddam y ahora, ante la falta de un comprador (se vendía por más de 25 millones de euros), se va a convertir en un hotel. La brisa de Basora es un superyate de 82 metros de eslora: tiene una suite presidencial, 17 habitaciones para invitados y 18 camarotes para la tripulación. Además de grifos de oro, varias piscinas, un teatro y un helipuerto, posee un submarino. Por si acaso. El lujoso barco nunca fue abordado por Hussein, según Reuters, aunque sí por algunos miembros de las familias reales saudí, omaní y jordana, tras ser derrocado el dictador.
Aunque no es nuevo, fue construido en Dinamarca en 1981, tiene cierto morbo. Primero por haber sido propiedad del dictador iraquí. Después por haber sobrevivido a la guerra Iraq-Irán, en 1986, cuando estuvo atracado en Arabia Saudí. En esa época, los saudíes eran aliados de Sadam. Luego surco el Mediterráneo hasta Niza (Francia también apoyaba al político) para acabar regresando al puerto de Basora. Gracias a ese trasiego se salvó de las bombas.
En realidad, este palacio flotante, bautizado como Qadisiyat Saddam en memoria de una famosa victoria árabe frente a los persas en el siglo VII, es una réplica del Al Mansur que la aviación estadounidense destruyó en 2003. Hace nueve años, quisieron convertirlo en un crucero, tras intentar venderlo sin éxito. Era 2009 y el yate estaba en el puerto griego del Pireo a la espera de que el Gobierno de Bagdad pagase a la tripulación contratada para trasladarlo a la costa iraquí, donde atracó al poco.
“El barco presidencial está en buen estado, los dos motores funcionan perfectamente y solo precisa mantenimiento”, dijo a Reuters el capitán, Abdul Zahra Abdul Mahdi Saleh. Durante este tiempo que no se ha usado, el yate se convirtió en un laboratorio de investigación marina, función que ha desempeñado los últimos dos años. Ahora, mientras se adapta para convertirse en hotel, el barco será utilizado como lugar de descanso para marineros, según contó a Reuters el portavoz del puerto de Basora. Se entiende que serán marinos de cierto rango. Sadam desapareció hace tres lustros, pero su legado –y sus opulentos caprichos- siguen sobrevolando Irak. La sombra de Hussein es alargada, como la eslora de su superyate.
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