Motín con rehenes en una cárcel de Brasil tras la fuga de 40 presos
Las autoridades informan de que 13 de los reos fugados de la penitenciaría ya han sido capturados
La policía de Santo Antônio, una ciudad del Estado de Paraná (suroeste de Brasil), ha tardado cinco horas en contener un motín en su penitenciaria pública. La rebelión había sido provocada por la fuga de al menos 40 presos, de los cuales ya se ha capturado a al menos 13, según informa la policía a EL PAÍS. La prisión de esta ciudad de 42.700 personas amaneció ya con el plan de fuga en marcha: el encargado de llevarle el desayuno a los presos descubrió a las 9.00 de la mañana (15.00, hora peninsular española) que algunos habían serrado los barrotes de sus celdas y andaban sueltos. Unos le tomaron rehén mientras otros prendían fuego a los colchones y se daban a la fuga: al menos 40 lo habían logrado cuando llegó la policía militar de la ciudad e intentó restaurar el orden. Esto provocó un motín que se prolongó hasta las 14.00h de la tarde (19.00h de la tarde en la península) y cuyos daños se están calculando en este momento.
La Secretaría de Seguridad Pública de Paraná, que se encarga de la administración penitenciaria, ha detallado que hasta esta mañana había aproximadamente 140 presos en la unidad carcelaria, a pesar de que esta fue proyectada para albergar a 54.Lo cual es una muestra del creciente problema de las prisiones en Brasil, el segundo país del mundo donde la población carcelaria crece más rápido. En el mayor país de América Latina hay más de 300 presos por cada 100.000 habitantes y cada vez es más difícil mantener el control sobre ellos.
Casi todos pertenecen además a alguno de los grandes grupos criminales que se disputan el control de cada territorio, con lo que estos centros se convierten con frecuencia en escenarios para las disputas entre ellos. Aunque no está claro que este motín tenga que ver con ellos, desde que, en septiembre de 2016, el Comando Vermelho (Comando Rojo) y el PCC (Primer Comando de la Capital) rompieron su pacto de paz, se ha disparado la violencia carcelaria. En enero de 2017, una batalla entre dos facciones rivales dejó 56 muertos en una cárcel de Manaus. Aquella fue la peor racha carcelaria del país: en el mismo mes, una serie de motines en los Estados de Amazonas, Roraíma y Rio Grande del Norte dejó 130 muertos. Ahora, el ritmo ha vuelto a acelerarse. No hace ni dos semanas, otro intento de fuga al norte del país dejó 20 muertos.
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