Un arqueólogo reconstruye el rostro de los antiguos tiahuanacotas de Bolivia
En su fase expansiva, entre el 700 y el 1200 de nuestra era, esta cultura ocupó una gran área que integraba el sur del actual Perú, el oeste de Bolivia y el norte de Chile y Argentina
Siguiendo técnicas ya aplicadas para otras culturas, el arqueólogo boliviano Luis Castedo está reconstruyendo la apariencia facial de los habitantes de Tiahuanacu, la ciudad sagrada del lago Titicaca, a partir de los cráneos que quedaron de ellos. Ya existen tres probables rostros de estos antiguos americanos (de dos, 25 y 42 años), que se caracterizaban por sus pómulos prominentes y sus ojos estrechos, rasgos que indican su origen asiático. Castedo hace la reconstrucción sobre la base de una serie de investigaciones sobre las características étnicas de los pueblos originarios del Nuevo Mundo.
Tiahuanacu fue la capital de una cultura preincaica de los Andes meridionales que ha llegado a nosotros con el mismo nombre porque no se conoce cuál fue el suyo. En su fase expansiva, entre el 700 y el 1200 de nuestra era, esta cultura, según se infiere de la presencia del “símbolo escalonado” como adorno en la cerámica y otros bienes, estuvo situada en una gran área que integraba el sur del actual Perú, el oeste de Bolivia y el norte de Chile y Argentina. Tanto el “símbolo escalonado” como otros elementos religiosos tiahuanacotas siguen siendo un enigma, ya que no se sabe a ciencia cierta ni qué lengua hablaba este pueblo. Sin embargo, se ha relacionado sus supuestas creencias astronómicas con las que tenían los incas, cuyo imperio conservó la ciudad, dos siglos después de que dejara de ser próspera y populosa, como sitio sagrado relacionado con el lago Titicaca, en el cual, según su fe, nació el dios sol.
El proyecto boliviano de reconstrucción facial de los antiguos tiahuanacotas trabajará con un patrimonio arqueológico de alrededor de 150 cráneos, muchos de los cuales muestran una deformación causada por su paulatino alargamiento, que se hacía como un signo de estatus de la casta gobernante. Los miembros de esta son los más numerosos porque eran los que estaban enterrados dentro o cerca de las ruinas exploradas por los científicos. Por razones financieras, la mayor parte de estos cráneos adquirirá sus caras de manera digital y no física. La mascarillas de yeso cerámico que se llegue a hacer se presentarán al público en mayo y pasarán a formar parte del acervo del repositorio que, en La Paz, está dedicado a Tiahuanacu.
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