Israel acusa a un empleado consular francés de tráfico de armas desde Gaza
Los servicios de Inteligencia israelíes creen que el empleado francés "actuó a cambio de beneficio económico, por propia iniciativa y sin el conocimiento de sus superiores"
Un ciudadano francés, Romain Franck (24 años), permanece detenido en Israel acusado de ser el eslabón principal de una red de tráfico de armas desde la franja de Gaza a Cisjordania. Según ha informado el Shin Bet —el servicio de seguridad interior israelí—. Franck, que trabajaba en el Consulado General de Francia en Jerusalén como conductor, fue detenido el pasado 19 de febrero cuando los agentes de seguridad del paso fronterizo de Erez encontraron un maletín con dinero y varias armas en el vehículo diplomático con el que salía de la Franja, gobernada desde hace más de una década por Hamas, el movimiento de resistencia islámico palestino incluido en la lista de la UE de grupos terroristas.
“El empleado del consulado hizo contrabando de armas en varias ocasiones en los últimos meses utilizando coches oficiales del consulado francés y aprovechando que la inspección de seguridad de este tipo de vehículos no es tan exhaustiva”, asegura el comunicado hecho público por el Shin Bet.
El joven —contratado por el consulado francés hace poco más de un año en el marco de un programa internacional de voluntariado— se habría valido de su pasaporte de servicio hasta en cinco ocasiones para culminar con éxito el tráfico de armas. De acuerdo con la información facilitada por varios medios hebreos, Franck habría llegado a introducir en Cisjordania unas 70 pistolas y dos rifles de asalto. El encargado de entregarle las armas en Gaza habría sido un asalariado local del Centro Cultural Francés en el minúsculo territorio palestino.
Además del ciudadano galo y el empleado de la institución en Gaza, las fuerzas de seguridad israelíes también han detenido a otras siete personas implicadas en los hechos, incluido otro empleado del consulado francés en Jerusalén; un palestino residente en el Este de la Ciudad Santa, que trabajaba como agente de seguridad en la legación diplomática francesa.
Seis de los detenidos, incluidos los dos empleados del consulado francés en Jerusalén, comparecieron este lunes en la corte de Beersheva, al sur de Israel, donde fueron formalmente acusados de tráfico de armas. Además, el joven francés deberá enfrentarse también a cargos que recogen el agravante de haber utilizado su condición de diplomático con fines delictivos, así como al de contrabando de dinero entre los territorios palestinos, una actividad en la que fuentes cercanas a la investigación involucran también a varios de los acusados.
La investigación conjunta de la policía y los servicios de seguridad interior hebreos, recoge además que Franck actuó a cambio de un beneficio financiero, solo y sin el conocimiento de sus superiores. Desde el Gobierno israelí se asegura que “a pesar de que se trata de una situación complicada, las relaciones con Francia son excelentes y el asunto no tendrá efectos adversos”. Fuentes cercanas al consulado francés en Jerusalén señalan que Francia está “cooperando plenamente” con las autoridades israelíes y prueba de ello es que al chófer le habrían retirado el pasaporte de servicio inmediatamente, aunque por supuesto “el detenido tiene derecho a la asistencia consular, como cualquier otro ciudadano francés”.
No es la primera vez que un empleado de la legación gala en Jerusalén —que es la representación oficial de los franceses ante la Autoridad Nacional Palestina— se ve envuelto en acusaciones de contrabando. En 2013 otro conductor del mismo Consulado fue arrestado por agentes israelíes en el paso fronterizo de Allenby cuando trataba de introducir desde Jordania a Cisjordania, en un coche con placas diplomáticas, 152 kilos de oro, cheques por valor de dos millones de dólares, cientos de teléfonos móviles y media tonelada de tabaco.
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