_
_
_
_

EE UU acusa a Putin de violar los tratados de armas con su nuevo misil

El Departamento de Estado lamenta que la exhibición de fuerza del presidente ruso fuese acompañada de un vídeo que reproducía un ataque a Estados Unidos

Prueba nuclear de PRISCILLA el 24 de junio de 1957 en el lugar de pruebas de Nevada. En vídeo, reacciones de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.Vídeo: GETTY / REUTERS-QUALITY
Jan Martínez Ahrens

Irresponsable y desestabilizador. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, respondió con dureza al anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, de que su país ha acrecentado su arsenal nuclear y desarrollado un “invencible” misil balístico intercontinental. Para Estados Unidos este artefacto vulnera el tratado de 1987 que limita los misiles de rango intermedio. Junto a este incumplimiento, el Departamento de Estado lamentó que la exhibición de fuerza de Putin, en la recta final de su campaña electoral, fuese acompañada de un vídeo que reproducía un ataque a Estados Unidos. “Es algo muy desafortunado. No consideramos que sea la conducta de un actor internacional responsable”, dijo Nauert.

Pese a estas críticas, el belicoso discurso de Putin no ha sorprendido en Washington. Su reivindicación del arma nuclear confirma los vaticinios del Pentágono. Lejos del tiempo en que el terrorismo figuraba en la cúspide de las amenazas globales, ahora EE UU ha vuelto a fijar la vista en el pulso geoestratégico entre potencias. Un tablero en el que Moscú figura a la cabeza y con nuevos riesgos.

“Rusia no es la Unión Soviética y la Guerra Fría hace tiempo que ya acabó. De todos modos, pese a nuestros esfuerzos por mantener una relación positiva, Moscú percibe a Washington y la OTAN como sus principales oponentes y un impedimento para lograr sus desestabilizadoras metas geopolíticas en Euroasia”, indica la denominada Revisión de la Postura Nuclear, el documento que sustituye la estrategia diseñada por Barack Obama en 2010.

Para el Pentágono, la política rusa ha hecho añicos los consensos. No se trata solo de la anexión de Crimea o su intervención en Ucrania. Moscú, a juicio de Washington, ha decidido apretar el acelerador nuclear para imponer su visión estratégica.

“La doctrina rusa enfatiza el potencial coercitivo y militar de las armas atómicas. Asume erróneamente que la escalada nuclear o dar el primer golpe serviría para invertir la escalada en términos favorables a Rusia. Estas percepciones equivocadas aumentan la posibilidad de errores de cálculo y escalada”, indica el texto.

Esta nueva agresividad rusa, según el Pentágono, se ha desplegado en dos planos. El primero corresponde a las denominadas armas tácticas, bombas de menos de 20 kilotones, tan mortíferas como la que arrasó Hiroshima, y que tendrían como objetivo no las ciudades, sino las tropas enemigas. Con ellas, antes que la aniquilación total, se busca la “guerra nuclear limitada”. El segundo plano se refiere a armas estratégicas tan devastadoras como las presentadas ayer por Putin.

La respuesta estadounidense a este doble desafío es sencilla: mostrar más músculo que el contrario. Tanto con las armas tácticas como las estratégicas. “La disuasión efectiva ante un ataque nuclear ruso requiere que el liderazgo ruso no cometa un error de cálculo […] ya sea regionalmente o contra Estados Unidos. Rusia, por el contrario, debe entender que el primer golpe nuclear, aunque sea limitado, fracasará en sus objetivos y desencadenará costes incalculables e inasumibles para Moscú. Nuestra estrategia debe garantizar que Rusia entienda que cualquier uso de armas nucleares, aunque sea limitado, es inaceptable”, concluye el documento.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_