Zuma cede a la presión de su partido y deja la presidencia de Sudáfrica
El presidente del Congreso Nacional Africano, Cyril Ramapahosa, tomará el relevo
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, ha cedido finalmente a las presiones y este miércoles ha anunciado su dimisión con carácter inmediato. Zuma se ha dirigido a los sudafricanos en un esperado discurso retransmitido en directo por televisión, en el que ha manifestado que, a pesar de no estar de acuerdo con la decisión de su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA) —que el martes le invitó a abandonar el sillón presidencial—, ha optado por acatar la orden. El presidente del CNA, Cyril Ramapahosa, le relevará.
"He llegado a la decisión de dimitir como presidente de la república con efectos inmediatos", ha comunicado, en un discurso poco antes de medianoche, hora del fin del plazo otorgado por el CNA bajo la amenaza de forzar su salida este jueves mediante una moción de censura en el Parlamento.
El discurso que esta noche ha dirigido a la nación fue su primera reacción desde que, el martes, la cúpula del histórico Congreso Nacional Africano —el hegemónico partido en el poder en Sudáfrica— le acorraló. Y aunque en su discurso de despedida, Zuma ha empezado manifestando una actitud de resistencia, subrayando que "no temía a ninguna moción de censura" y que no se le habían dado las razones por las cuales debía abandonar, el polémico presidente, en el poder desde 2009, acabó anunciando la dimisión. Horas antes, por la mañana, un Zuma a la defensiva había declarado en una entrevista televisiva "no estar de acuerdo" con la decisión de su partido, y señalado que él "no ha hecho nada mal" y que solo se iría "si el Parlamento me lo exige".
Mantenerse desafiante le hubiera llevado a un enfrentamiento total este jueves, fecha prevista para la presentación de una moción de censura contra el Parlamento. Un proceso nada desconocido para el presidente, que ha pasado por ocho mociones en los nueve años que ha estado en la presidencia, con una sola diferencia: esta vez tenía a buena parte de sus camaradas —así se llaman entre sí los miembros del CNA— en su contra.
Con un estilo y un tinte que recuerdan por momentos al que revistió la caída en 2017 del expresidente de Zimbabue Robert Mugabe —el presidente peleando contra los suyos—, aunque sin la participación en este caso de los militares, Sudáfrica ha vivido este miércoles la última entrega por capítulos de una transición dolorosa, que ha herido profundamente al histórico Congreso Nacional Africano que lideró Nelson Mandela, al CNA que se forjó como movimiento de liberación contra el régimen racista del apartheid y que tomó las riendas del poder con el apoyo masivo de los ciudadanos desde que, en 1994, se rompieron las barreras institucionales de raza y la democracia llegó al país.
Detenciones
En paralelo al castigo político, el círculo cercano de Jacob Zuma ha recibido también un golpe policial. Los Halcones —la unidad de élite de la policía sudafricana— han realizado este miércoles una redada en el lujoso domicilio de la polémica y poderosa familia Gupta, en el norte de Johannesburgo, arrestando a tres personas y confiscando documentación y material, según ha confirmado la policía. Un abogado de la familia ha señalado que ninguno de los hermanos Gupta había sido detenido, informa Reuters.
Las autoridades llevan a cabo una investigación por un caso de desvío de dinero público y de tráfico de influencias en el que estarían presuntamente implicados tanto miembros de la familia Gupta como el presidente sudafricano, que ha llegado a sumar más de 800 causas judiciales a lo largo de su carrera.
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