EE UU se atribuye el “éxito” de un recorte presupuestario adicional en la ONU
“La ineficiencia y el sobregasto de Naciones Unidas son bien conocidos, no volveremos a dejar que se aprovechen de la generosidad de los americanos", dice la embajadadora Nikki Haley
El enfriamiento entre Estados Unidos y los países socios de Naciones Unidas se mostró con crudeza esta semana por la polémica sobre la capitalidad de Jerusalén reconocida por Washington y acabó con la guinda de este domingo, Nochebuena, cuando la misión estadounidense se atribuyó el logro de un recorte presupuestario en la organización superior al esperado. La embajadora ante la ONU, Nikki Haley, envió un comunicado en el que celebraba que las cuentas aprobadas ese mismo día por la Asamblea General para el ejercicio fiscal 2018-2019 contenían finalmente una reducción de 285 millones de dólares con respecto al anterior, “entre otros éxitos” de EE UU.
El pasado octubre, el secretario general, Antonio Guterres, había presentado una propuesta de 5.400 millones de dólares para el bienio, lo que suponía una reducción de 200 millones, pero Washington llevaba semanas presionando por un recorte mayor, dentro de la política prometida por Donald Trump de reducir el gasto en organismos multilaterales. Y, en el marco de esa estrategia, la ONU estaba en el punto de mira del presidente. “La ineficiencia y el sobregasto de Naciones Unidas son bien conocidos, no volveremos a dejar que se aprovechen de la generosidad de los americanos o que esta siga sin control”, dijo Haley en su comunicado, para advertir de que las tijeras deben seguir podando.
“Este es un recorte histórico de gasto, sumado a otros cambios hacia una ONU más eficiente y que rinda cuentas, un gran paso en la dirección adecuada”, dijo, si bien “pueden estar seguros de que seguiremos buscando formas de mejorar la eficiencia de la ONU mientras protegemos nuestros intereses”, añadió.
La declaración llegó al final de una semana muy bronca entre la Administración de Trump y Naciones Unidas. El lunes, el Consejo de Seguridad sometió a votación un proyecto de resolución llamando a los miembros a que se "abstengan de establecer misiones diplomáticas en Jerusalén", donde EE UU planea trasladar su embajada, pero como era de esperar no salió adelante debido al veto estadounidense. Y el jueves la Asamblea General, que es el órgano que representa a todos sus miembros (193), adoptó una resolución que rechaza la declaración de Trump reconociendo Jerusalén como capital de Israel. Solo votaron en contra EE UU, Israel, Guatemala, Honduras, además de otros cinco países, y hubo 35 abstenciones, entre ellas, las de Canadá y México.
El día antes de esta votación, tanto Haley como el propio Trump habían lanzado mensajes amenazantes a los países que se pusieran en contra de EE UU en esta pugna. “Toman nuestro dinero y luego votan en nuestra contra. Estaremos observando esos votos. Que voten en nuestra contra, ahorraremos mucho. Nos da igual", advirtió el republicano. La embajadora también había sido dura el día anterior al recalcar que “tomará nota de los países” que se pronuncien en su contra.
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