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La CSU elige a un ‘duro’ en política migratoria para gobernar Baviera

El relevo de Seehofer pacifica un partido clave para la formación de un Gobierno en Berlín

Ana Carbajosa
Markus Söder, futuro primer ministro de Baviera, a su llegada al Parlamento regional en Múnich.
Markus Söder, futuro primer ministro de Baviera, a su llegada al Parlamento regional en Múnich. LUKAS BARTH (REUTERS)

Un nuevo movimiento tectónico en la política alemana ha despejado uno de los numerosos obstáculos que rodean a las difíciles negociaciones para formar un Gobierno en Berlín. La Unión Social Cristiana (CSU), el aliado bávaro del bloque conservador de la canciller, Angela Merkel (CDU), ha zanjado su lucha de poder intestina con el relevo del primer ministro de Baviera, Horst Seehofer. La salida de Seehofer, que dejará su cargo en Múnich después de diez años, pero seguirá como presidente de la CSU, pacifica en principio un partido clave para la formación de un Gobierno en Berlín.

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El elegido para regir a partir del año próximo el destino del pujante Estado del sur de Alemania es su rival, Markus Söder, un político conocido por su línea dura en política migratoria. “Voy a dejar mi puesto en el primer trimestre de 2018”, ha dicho el lunes Seehofer en conferencia de prensa.

La lucha de poder en el seno de la CSU deja a partir de ahora de ser un elemento desestabilizador más en la crisis política que atraviesa Alemania. Pero la consagración de la escalada de Söder en el partido corre también el riesgo de enturbiar aún más las incipientes conversaciones con los socialdemócratas (SPD) para lograr poner en pie un Ejecutivo, ya que amplía la distancia ideológica entre los partidos llamados a entenderse.

Hace ya más de dos meses, el partido de Merkel logró en las elecciones un cuarto mandato sin obtener sin embargo la mayoría suficiente para formar Gobierno. Después de un intento fallido para pactar un tripartito con liberales y Verdes, Merkel trata ahora de seducir a unos socialdemócratas desencantados y en horas bajas. Y ahí es donde la CSU, y sobre todo Söder, actual ministro regional de Finanzas bávaro, se convierte en un actor a tener en cuenta. Seehofer es y en principio seguirá siendo, sin embargo, el encargado de negociar en Berlín la formación de Gobierno.

La todopoderosa CSU perdió en las pasadas elecciones el monopolio del conservadurismo en Baviera y es previsible que el nombramiento de Söder trate de reconquistar a su público más conservador y sobre todo más crítico con la política de puertas abiertas para los refugiados que mantuvo Merkel durante 2015. El resultado electoral menguante de la CSU —obtuvo el 38,8% de los votos en septiembre frente al 47,7% de 2013— fue una consecuencia directa del empuje de la extrema derecha (Alternativa por Alemania, AfD) y su retórica anti inmigración. AfD obtuvo en Baviera, donde hasta ahora la CSU era el partido-rey indiscutible, un 12,4% de los votos.

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Con esos resultados, el ruido de sables en Múnich ha ido creciendo en intensidad en los últimos meses y la salida de Seehofer se convirtió en cuestión de tiempo. A sus 50 años, Söder se considera un patriota, que desprecia la multiculturalidad y que prefiere la asimilación a la integración. Está por ver hasta qué punto el nuevo primer ministro bávaro tiene capacidad para imponer un viraje incompatible con las posiciones socialdemócratas en materia de seguridad e inmigración.

A raíz de la llegada de más de un millón y medio de refugiados en los últimos dos años, la CSU de Seehofer ha defendido que se fije un cupo máximo de demandantes de asilo anuales. Merkel, que inicialmente se negó a poner límites a un derecho recogido en las convenciones de Ginebra, acabó aceptando un objetivo político máximo de 200.000 refugiados anuales. El lunes, la prensa alemana publicaba que, en lo que va de año, Berlín ha procesado más solicitudes de asilo (357.625) que todo el resto de la UE junto (199.405). La inmigración fue precisamente uno de los temas que hicieron descarrilar las conversaciones a tres bandas entre conservadores, liberales y Verdes.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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