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Un simpatizante nazi pierde su trabajo tras expresar sus ideas a ‘The New York Times’

Tony Hovater pertenece a un movimiento de la ultraderecha y considera que se exageran el número de víctimas en el Holocausto

Miembros de un grupo de supremacía blanca este verano durante los disturbios de Charlottesville.
Miembros de un grupo de supremacía blanca este verano durante los disturbios de Charlottesville.Joshua Roberts (REUTERS)

Tony Hovater se autodefine como simpatizante nazi. Es organizador de un movimiento de supremacistas blancos, pero lleva una vida discreta y rutinaria. Recién casado, a sus 29 años, vive con su mujer en un pequeño pueblo de Ohio, donde hasta este jueves trabajaba en un restaurante local. Hace unas semanas, compartió sus ideas con el diario The New York Times: el rechazo a la democracia, la admiración por la esvástica y la creencia en la separación entre razas, y la defensa de la suya, la blanca. Tras un revuelo de críticas al artículo por tratar de normalizar al radical, Hovater y su mujer han sido despedidos de sus trabajos y se mudarán de la pequeña localidad de New Carlisle por motivos de seguridad.

Hovater cocina pasta y tiene cuatro gatos. Es aficionado al heavy metal. En sus estanterías, los libros sobre Adolf Hitler y Benito Mussolini comparten espacio con juegos de la Nintendo Wii. Es, según intentaba transmitir el polémico texto del Times, “el simpatizante nazi de la casa de al lado, educado y tranquilo”. Pero muchos lectores rechazaron con dureza el artículo, acusando al diario de buscar normalizar a quien cree en la creación de un etno Estado dirigido por la raza blanca. Que Hovater no sea un agitador violento como los que en Charlottesville asesinaron a una joven el verano pasado no le hace un “mejor nazi”, sugirieron muchos críticos en las redes.

“Creo que de verdad creía en su causa”, afirmó sobre Hitler. “Los números del Holocausto (seis millones de judíos exterminados) son una exageración”, alegó el radical Hovater.

El responsable del restaurante 571 Grill and Draft House, donde trabajaba la pareja y el cuñado de Hovater, ha confirmado este jueves que había destituido a los tres tras recibir llamadas y mensajes de clientes enfadados, consternados por la información sobre Hovater, uno de los cocineros a tiempo parcial. En un comunicado, los dueños del local expresaron su enfado por lo ocurrido: “Aunque nos gusta recibir la atención de la prensa nacional por nuestra hamburguesa, es con un corazón triste que reflexionaremos sobre este asunto político divisivo que ha oscurecido nuestro pequeño negocio”.

El artículo no había identificado el restaurante donde trabajaba y el propio Hovater había afirmado que su profesión era soldador. Pero la repercusión del escrito llevó a muchos a encontrar Según el mismo diario, la pareja había recibido hasta 6.000 dólares en donaciones a través de una web de la ultraderecha.

Cuando no estaba en el local, Hovater actuaba como organizador del Partido Tradicional de Trabajadores, un movimiento perteneciente a la extrema derecha, cuya presencia en el tejido social va en aumento, empoderada por un presidente que a menudo hace comentarios xenófobos y alimenta una retórica divisiva. El grupo político define su misión como “la lucha por los intereses de los Americanos Blancos, un colectivo abandonado por el Sistema y activamente atacado por los globalistas”.

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