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Bruselas aprueba por primera vez una partida para luchar contra la propaganda rusa

La dotación presupuestaria de 800.000 euros reforzará la unidad de la UE contra la desinformación

Lucía Abellán
Desde la izquierda, la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, la primera ministra británica, Theresa May y el presidente ucraniano, Petro Poroshenko este noviembre en Bruselas.
Desde la izquierda, la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, la primera ministra británica, Theresa May y el presidente ucraniano, Petro Poroshenko este noviembre en Bruselas. Emmanuel Dunand (AFP)

La batalla contra la propaganda exterior tendrá por primera vez presupuesto propio en la Unión Europea. Las cuentas comunitarias para 2018 incluyen una dotación de 800.000 euros para reforzar la unidad contra la desinformación que opera en Bruselas desde 2015. Aunque se trata de una partida modesta, la idea de destinar recursos específicos a esta labor revela la creciente inquietud de los países europeos frente a la manipulación de terceros (en buena medida, de Rusia). España ha elevado la presión para situar esta batalla contra la información falsa entre los cometidos de la UE.

Europa ha superado un tabú al asignar presupuesto a una tarea que inició con muchos recelos: la lucha contra los bulos que diseminan actores rusos en las redes sociales y en medios de comunicación afines. La modesta East Stratcom Task Force, dependiente del servicio diplomático europeo, dispondrá de una partida propia a partir de enero, según figura en el acuerdo presupuestario alcanzado esta semana entre el Consejo Europeo -representa a los Estados miembros- y el Parlamento. Este grupo de trabajo comenzó tratando de neutralizar los intentos del Kremlin por desestabilizar los países del vecindario que comparte con la UE, como Ucrania. Pero la aparición de noticias falsas sobre los propios países miembros han multiplicado las llamadas a frenar la influencia de medios públicos rusos en inglés (como Sputnik o Russia Today) en el corazón de Europa.

El servicio diplomático estudia ahora cómo traducir esa novedad presupuestaria en mejoras reales de la unidad, explica una portavoz del departamento que dirige Federica Mogherini. La dotación se destina, en principio, a las tres líneas de trabajo que tiene abiertas la UE: la del Este (contra la propaganda rusa), la del Sur (contra la influencia del ISIS) y la de los Balcanes (para mejorar la imagen de la UE en esa zona crítica). Pese a todo, es la del Este la que recibe mayor atención porque el reto que afronta se considera mayor. La reciente acusación directa que ha hecho Reino Unido de que Rusia alienta la ciberpropaganda o las injerencias rusas en la crisis catalana desveladas por este diario son los últimos ejemplos de un fenómeno complejo y muy difícil de atajar.

La financiación extra para 2018 se dedicará a realizar nuevos contratos, incluidas encuestas, a mantener y ampliar la red de especialistas en los diferentes países, a la formación en comunicación estratégica y a mantener la diversidad lingüística de los productos que elabora esa célula europea (ahora se distribuyen en inglés y en ruso).

Hasta ahora, la unidad funciona con 14 expertos, en su mayoría proporcionados de manera voluntaria por algunos países miembros y sin líneas presupuestarias propias. Para estar al corriente de las noticias falsas que circulan por medios y redes, cuenta con una red de 400 colaboradores diseminados en 30 países, en buena medida del Este. Una base de datos recoge las principales tendencias propagandísticas en la web Euvsdisinfo.eu.

Más allá de expandir la unidad contra la manipulación de Moscú, el presupuesto de la UE para 2018 incluirá otra partida con fines parecidos. El servicio diplomático asignará 1,1 millones de euros para combatir más sistemáticamente la desinformación, venga de donde venga. Bruselas ha centrado siempre su labor en la comunicación tradicional, pero la fácil propagación por las redes sociales de noticias erróneas o malintencionadas obligan a cambiar de estrategia. Ese nuevo capítulo, aún por desarrollar, permitirá desarrollar herramientas de supervisión y análisis de datos, según esboza el departamento de Mogherini.

La iniciativa ha contado con un amplio respaldo de los Estados miembros. Los 28 países comparten ahora de manera más general una preocupación antes limitada al bloque del Este -el más cercano a Rusia- y a Reino Unido. Los ministros de Exteriores se comprometieron el pasado 13 de noviembre a incrementar los esfuerzos en el ámbito europeo. Y la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno entre la UE y los seis países de la Asociación Oriental, celebrada hace una semana, terminó de concretar esos esfuerzos. Fuentes de uno de esas delegaciones orientales aseguran que la insistencia española en incrementar esos recursos fue clave para permitir la mejor dotación de la unidad antipropaganda.

Bruselas pretende también emplear las 140 delegaciones que tiene desplegadas en el exterior para mejorar la comunicación sobre el proyecto comunitario. El año próximo habrá tres millones de euros más para difundir los proyectos que realiza la UE en el mundo.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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