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La fiscalía alemana eleva a 106 las víctimas del enfermero asesino

De confirmarse, sería el criminal más mortífero de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial

El enfermero Niels Högel se tapa la cara junto a su abogada durante el jucio celebrado en 2015 en Oldenburg, al noroeste de Alemania.
El enfermero Niels Högel se tapa la cara junto a su abogada durante el jucio celebrado en 2015 en Oldenburg, al noroeste de Alemania. CARMEN JASPERSEN (AFP)

A medida que avanzan las investigaciones, el caso del enfermero y asesino en serie Niels Högel va cobrando una dimensión monstruosa. La Fiscalía alemana sospecha de que Högel podría haber matado a 106 personas inyectándoles fármacos en dosis letales, según las conclusiones de los análisis toxicológicos presentados por la policía y la fiscalía. De confirmarse las sospechas, Högel sería el asesino en serie más mortífero de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.

El enfermero practicaba una macabra rutina por la que llevaba a los pacientes al borde de la muerte inyectándoles medicamentos, para después tratar de resucitarlos con el fin de impresionar a sus compañeros de trabajo y labrarse una imagen de héroe. Los investigadores sostienen que en el proceso murieron más de cien pacientes. Ajmalina, capaz de provocar arritmias e hipertensión o betabloqueantes fueron algunas de las sustancias que administraba el enfermero.

Los investigadores han exhumado 134 cadáveres de 67 cementerios del norte de Alemania para tomar muestras. Algunas de las posibles víctimas sin embargo, fueron incineradas, lo que impide llevar a cabo análisis toxicológicos. Hay además tres cuerpos que fueron enterrados en Turquía. En los restos analizados se han encontrado los fármacos capaces de provocar crisis cardíacas.

Los hechos ocurrieron entre 1999 y 2005 en el norte de Alemania. Los tres primeros años trabajó en una clínica en Oldenburg (unos 40 presuntos asesinatos) y los tres siguientes en la unidad de cuidados intensivos en Delmenhorst (más de 60 posibles víctimas mortales). Fue una compañera la que por primera vez hace doce años le sorprendió administrando un medicamento que no estaba prescrito.

El acusado, de 41 años, fue condenado a cadena perpetua en 2015 por dos asesinatos y otros cuatro intentos de asesinato. Pero la sorprendente confesión en la que el propio Högel aseguró haber causado otras 50 muertes y ser responsable de decenas de intentos de asesinato dio pie a prolongar y a ampliar las pesquisas.

El pasado verano, la fiscalía acusó a Högel del asesinato de 84 pacientes y ahora, tras tres años y medio de pesquisas, las conclusiones apuntan a que esa cifra podría superar el centenar. Los investigadores advierten además que los casos que son capaces de probar podrían ser apenas la punta del iceberg.

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Las conclusiones de la investigación multiplican también las incógnitas. Entre ellas, cómo es posible que no saltaran las alarmas en las clínicas, cuando del estudio de la tabla de turnos se desprende que las muertes aumentaban claramente cuando Högel estaba de servicio. El hospital de Oldenburg llegó incluso a entregar al enfermero un certificado de buen comportamiento, según publica Der Spiegel.

La publicación alemana cuenta también por ejemplo cómo la noche del 14 al 15 de septiembre en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Oldenburg, médicos y enfermeros trataron durante toda la noche de reanimar a pacientes con paradas cardiacas. Tres murieron antes del amanecer y otros dos poco después. Ahora se sabe que esas muertes están relacionadas con decenas de fallecimientos en circunstancias muy similares.

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