Un enfermero alemán confiesa haber asesinado a 30 pacientes
La justicia le acusa de tres muertes y dos intentos de asesinato en una clínica
Cuando el enfermero Niels H. compareció ante un juez en Alemania, en septiembre de 2014, acusado de haber matado a tres personas y de dos intentos de asesinato, todo parecía indicar que el proceso sería breve y que el acusado sería encontrado culpable. Pero en el curso del juicio, la fiscalía, con la ayuda de testigos clave, llegó a la conclusión de que el acusado podría esconder un secreto que, de ser revelado, lo convertiría en el peor asesino en serie en la historia del país.
Parte de su terrible secreto quedó revelado este jueves, cuando se dio a conocer el contenido de un examen psiquiátrico que fue presentado a la Audiencia Territorial de Oldenburg. Según el documento, Niels H., de 38 años, confesó haber matado a unos 30 enfermos, además de reconocer su autoría en los cinco casos que le imputaba la fiscalía.
El enfermero utilizó inyecciones con una sobredosis de un fármaco para el corazón
Las muertes de los enfermos tuvieron lugar en la clínica Delmenhorst, cercana a Oldenburg, entre 2003 y 2005. El enfermero utilizó inyecciones con una sobredosis de un fármaco para el corazón. Según el especialista que presentó el informe psiquiátrico, el hombre también confesó que unos sesenta pacientes habían logrado sobrevivir a su inyección.
Niels H. ya había sido condenado por la Audiencia Provincial de Oldenburg en 2008 a una pena de siete años y medio de cárcel por un asesinato frustrado en la unidad de cuidados intensivos de la clínica. El enfermero fue sorprendido por un colega cuando intentaba inyectar el fármaco.
Todo parecía haber concluido con el juicio y la condena, pero el enfermero se jactó, ante otros reos, de haber matado a más pacientes. "Después de haber matado a 50 pacientes dejé de contar", habría dicho. La revelación llegó a oídos de la fiscalía, que retomó la investigación para aclarar la muerte de 174 pacientes en la clínica, todas ocurridas entre los años 2003 y 2005. Después de descubrir que todas las muertes habían ocurrido en un turno en el que trabajaba Niels H., las autoridades decidieron llevar nuevamente al enfermero ante un juez.
El hombre también confesó que unos sesenta pacientes habían logrado sobrevivir a su inyección
El nuevo juicio se inició en septiembre del año pasado y, esta vez, la fiscalía tenía suficientes testigos para demostrar que el enfermero podría ser el responsable de la muerte de los pacientes, entre ellos, Kathrin Lohmann, cuya madre había muerto en forma repentina en la clínica Delmenhorst a comienzos de 2003. Cuando la mujer leyó en los periódicos que un enfermero de la clínica había sido condenado por asesinato, revivió su drama personal y presentó una denuncia.
Todavía no está claro si Niels H. es el autor material de la muerte de los otros pacientes, además de otras muertes ocurridas en Oldenburg y Wilhelmshaven, donde el enfermero también había trabajado.
La tardía confesión del enfermero, quien dijo que estaba arrepentido de lo que había hecho, obligó a la fiscalía a ampliar su investigación en contra de otras ocho personas, seis trabajadores de la clínica Delmenhorst y dos de una clínica en Oldenburg. Pero también dejó al desnudo que los fiscales no habían aplicado, en su momento, todo el rigor de la ley para investigar los crímenes. Varios familiares de las víctimas acusan ahora a las autoridades de no haber investigado todos los indicios que existían sobre las muertes sin explicación que se registraron en ambas clínicas.
Las autoridades judiciales abrieron una investigación contra los fiscales que eran responsables del caso, que se encuentran bajo la sospecha de haber cometido el delito de "obstrucción de la justicia".
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