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Putin excarcela a dos líderes tártaros de Crimea gracias a la mediación de Erdogan

Los dirigentes de la minoría musulmana fueron encarcelados por Rusia tras criticar la anexión de la península por Moscú en 2014

El líder tártaro, Ilmi Umerov, en una foto tomada en enero de 2016 durante una entrevista.
El líder tártaro, Ilmi Umerov, en una foto tomada en enero de 2016 durante una entrevista. Sergei Grits (AP)

Dos líderes tártaros de Crimea, encarcelados por las autoridades rusas de la ocupada península, han sido liberados en virtud de un decreto del presidente Vladímir Putin y gracias a la mediación de su colega turco, Recep Tayyip Erdogan. Ajtem Chiygoz y Ilmí Umérov, vicepresidentes del Mejlís (órgano de representación local de los tártaros prohibido por Rusia), fueron trasladados en un avión gubernamental ruso desde el aeropuerto de Simferópol (en Crimea) a Anapa (en el territorio del sur de Rusia) y de allí a Ankara, de donde debían continuar el viaje hasta Kiev.

Así lo informaron los abogados de los líderes tártaros liberados y también Mustafá Dzhemilev, representante del presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, para temas relacionados con los tártaros de Crimea. La liberación es el resultado de las gestiones hechas por Erdogan tras su visita a Ucrania a principios de octubre y el decreto de Putin al efecto no ha sido publicado.

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Chiygoz fue detenido en enero de 2015 y acusado de desórdenes masivos a resultas de los cuales habrían fallecido dos personas el 26 de febrero de 2014 (antes de la anexión) en Símferópol (la capital de Crimea). Por estos cargos “retroactivos”, un tribunal ruso condenó al dirigente tártaro a ocho años de cárcel el pasado 11 de septiembre. Umérov, a su vez, fue juzgado por negar en público la pertenencia de Crimea a Rusia (artículo 280.1 del código penal ruso). Médico de profesión y exalcalde de Bajchisarái, Umérov fue condenado el 27 de septiembre a dos años de cárcel, pese a la grave enfermedad que sufre. A favor de la liberación de los dos líderes tártaros se habían manifestado diversos dirigentes e instituciones europeas, desde la UE hasta el Consejo de Europa. Según activistas de derechos humanos en Ucrania, Moscú mantiene en Crimea varias docenas de detenidos por motivos políticos, desde acusados de “terrorismo” a afiliados a Hizb-ut-Tahrir, organización islamista legal en Ucrania, pero vetada en Rusia.

Putin desea mantener buenas relaciones con Erdogan y por eso accedió a entregar a los líderes del Mejlís, según dijo en Kiev Lenur Islíamov, el director de ART, el canal de televisión tártaro que emitía en Crimea hasta que las autoridades rusas lo impidieron. Islíamov afirmó que sabía desde hace tiempo que los dos líderes serían liberados, pero no cuándo ocurriría la liberación. Relató que Chiygoz y Umérov fueron llevados por separado en sendas ambulancias al aeropuerto de Simferópol y de allí a Anapa. Erdogan, dijo Islíamov, “llegó a un acuerdo con el hombre con el que el mundo no pudo ponerse de acuerdo, Umérov y Chiygoz han “vivido un verdadero infierno. Su retorno reforzará nuestra resistencia”, señaló.

Ni Chiygoz ni Umérov pidieron el indulto, afirmó su abogado Nikolái Polozov, que admitió no conocer el contenido del decreto de Putin ni los acuerdos alcanzados entre los tres presidentes, Putin, Erdogan y Poroshenko. Según contó Dzhemilev al servicio informativo “15 minutos”, dos generales rusos fueron a la celda de Chiygoz y le comunicaron que iba a ser liberado a resultas de las conversaciones entre Erdogan y Putin, pero le pidieron cumplir con “la formalidad” de firmar una petición de indulto y retirar el recurso de casación interpuesto. Chiygoz se negó a pedir el indulto, pero no a retirar el recurso de casación. De la misma manera, y con el mismo resultado, los generales se dirigieron a Umérov. Dzhemilev manifestó que otros acusados por el caso del “26 de febrero”, como Mustafá Degermendzhy o Alí Asánov, también podrían ser liberados, pero que no es posible pronosticar.

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Mientras, tanto en Rusia como en Ucrania, han causado revuelo las declaraciones de Ksenia Sobchak, la aspirante a la presidencia de Rusia, que el martes, en su primera rueda de prensa, manifestó que “Crimea pertenece a Ucrania desde el punto de vista del derecho internacional”. Sobchak afirmó también que Moscú había transgredido los compromisos contraídos con Ucrania en el memorando de Budapest (1994). Las discusiones provocadas por las palabras de Sobchak se han transformado en cábalas sobre si la hija del mentor de Putin (Anatoli Sobchak,alcalde de San Petersburgo de 1991 a 1996) ha lanzado un “globo sonda” en complicidad o con conocimiento del Kremlin o si se representa solo a sí misma. La ocupación de Crimea viola el derecho internacional y las obligaciones contraídas por Rusia en múltiples documentos bilaterales e internacionales. Sin embargo, Putin no oculta que Rusia desearía llegar a un consenso internacional sobre un nuevo sistema de coordenadas internacionales. Hasta ahora, el Kremlin se ha negado en redondo a debatir la anexión con otros países o sujetos de derecho internacional y sostiene que Crimea “fue, es y será” rusa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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