Foxconn abrirá una fábrica con 13.000 empleados en Wisconsin
Trump presumió de la factoría como si fuese de Apple
No era mentira, pero tampoco del todo cierto. El martes Trump dijo que Apple abriría pronto tres grandes plantas en territorio nacional. Un día después se confirma la noticia, a medias, y sin que el fabricante del iPhone se pronuncie. La realidad es que Foxconn, el proveedor y ensamblador de productos de Apple más conocido, va a construir una fábrica en Wisconsin cuyo coste será de 10.000 millones de dólares y dará empleo inicialmente a 3.000 personas y hasta 13.000 cuando esté a pleno rendimiento.
El anuncio es relevante para la Administración por su obsesión por generar empleo y regenerar el tejido industrial en territorio americano, una de sus promesas electorales.
La fábrica estará especializada en pantallas de cristal líquido, las usadas en ordenadores, televisores y móviles. La construcción estará, precisamente, en el distrito al que pertenece el portavoz de la Casa Blanca Paul Ryan, aunque todavía no se ha dado la localización exacta. Aunque el Estado de Wisconsin suma más de 472.000 empleos de corte industrial, todavía está reponiéndose de la crisis de 2008, que tuvo como consecuencia el cierre de una planta de General Motors. Desde el gabinete de prensa oficial se ha reconocido que el propio Trump ha hecho gestiones y mantenido encuentros con Terry Gou, presidente de Foxconn.
Foxconn, cuyo cuartel general está en Taiwán, es bien conocida por ensamblar los iPhone en China. “Estados Unidos no tiene una sola planta que haga LCD (pantallas de cristal líquido), es algo complejo. Queremos que eso cambie. Por eso hacemos esta inversión”, dijo el directivo chino durante el acto.
Ryan Walker, gobernador del Estado, reconoció la importancia de esta inversión: “Es el proyecto de desarrollo de más relevancia económica en la historia de Wisconsin y uno de los mayores en la de nuestro país”.
Según el comunicado de prensa de Foxconn los empleados cobrarán una media de 53.900 dólares al año. La firma, uno de los gigantes asiáticos, que también ensambla ordenadores y consolas, e incluso hace chips para algunos fabricantes de primera línea, da empleo a más de 700.000 personas en su país. En el pasado ejercicio registró unos ingresos de 135.000 millones de dólares, el equivalente a Amazon.
Estas cifras no empeñan las reticencias que despierta la firma, conocida por las duras condiciones de trabajo en su país y polémica por la cantidad de suicidios o por contratar a menores. Además, cuenta con un mal precedente, en 2013, el gobernador de Pensilvania, Tom Corbett, anunció una inversión de 30 millones de dólares en una planta que daría empleo a 500 personas que nunca vio la luz y quedó reducida a un pequeño centro de investigación.
El Washington Post aporta todavía más datos con promesas rotas de la empresa china. En marzo hablaron de inversiones en India, Vietnam y Brasil que han quedado solo en palabras. El año pasado dejó en el aire un acuerdo con Sharp.
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