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May saca adelante su Gobierno pero se enfrenta a una legislatura endiablada

La debilidad de la primera ministra queda en evidencia en la votación en la que consigue un exiguo apoyo para su Ejecutivo en minoría

Pablo Guimón

La misma votación que ha permitido este jueves a Theresa May sacar adelante su Gobierno en minoría ha evidenciado las consecuencias de unas elecciones en las que quiso y no pudo reforzar su poder ante el mayor desafío de la historia reciente de Reino Unido. Su exigua mayoría multiplica el poder de los diputados individuales y convierte la colosal labor legislativa a la que obligará el Brexit en un complicado juego de compromisos.

La primera ministra británica, Theresa May.
La primera ministra británica, Theresa May.FACUNDO ARRIZABALAGA (EFE)

La primera ministra ha superado, como estaba previsto, la primera gran prueba para su nuevo Gobierno. El pacto alcanzado con los unionistas norirlandeses del DUP le ha proporcionado, en la votación de su programa político que funciona como voto de confianza al Ejecutivo, el apoyo que necesitaba tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones del pasado 8 de junio.

La crucial jornada no ha deparado, pues, sorpresas en lo esencial. Pero sí ha servido para constatar las consecuencias del monumental error que cometió Theresa May al adelantar las elecciones para tratar de fortalecer su posición ante los enormes desafíos que afronta el país. La primera ministra ha sacado adelante su programa legislativo con solo 14 votos de margen. Incluyendo los 10 votos del DUP, que solo garantizan su apoyo en determinadas votaciones claves. Para el resto, un puñado de diputados de sus propias filas puede impedir la labor legislativa a May.

Un claro ejemplo de la debilidad del Gobierno ha llegado con la tramitación de la enmienda que había introducido la diputada laborista Stella Creasy. Pedía que se financiara la operación para interrumpir su embarazo en Inglaterra a las mujeres de Irlanda del Norte, donde abortar legalmente es casi imposible.

Se trata de un asunto de enorme relevancia, que nada tenía que ver con el contenido del discurso de la reina, que expone el programa legislativo del Gobierno y que es lo que se votaba este miércoles. Pero la diputada Creasy, sabedora de que había varios diputados tories que apoyaban la medida, ha visto la oportunidad de sacar adelante una causa por la que lleva años luchando. Y lo ha logrado. El Gobierno ha visto amenazado el apoyo a May en la votación y ha tenido que anunciar, para evitar una rebelión, que el Estado cubrirá esos costes médicos.

Aborto gratis para las mujeres norirlandesas

Una larga lucha por los derechos de las mujeres norirlandesas fue ganada este jueves, inesperadamente, debido a la debilidad del Gobierno de May. Las mujeres de Irlanda del Norte, con una de las legislaciones sobre el aborto más restrictivas de Europa, tienen que pagar actualmente cerca de mil euros por interrumpir su embarazo en hospitales públicos del resto del país. La misma sanidad a la que ellas contribuyen con sus impuestos proporciona el servicio gratis al resto de mujeres británicas. Hasta ayer, el Gobierno defendía que financiar dichas intervenciones sería un menoscabo de la autonomía norirlandesa. Pero un conato de rebelión, previo al voto de confianza a May, logró un compromiso histórico del Gobierno.

Ha sido un espléndido anticipo de la legislatura que espera a May. Un Parlamento en que los diputados rasos motivados verán reforzado su poder y tendrán la oportunidad de sacar adelante sus propias agendas.

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El miércoles, otra enmienda presentada por el Partido Laborista puso en evidencia las diferencias, cada vez menos ocultas, en el seno del Gobierno. Se trataba de una enmienda que proponía terminar con el límite, impuesto por el anterior Ejecutivo, a las subidas salariales de los funcionarios. Varios diputados conservadores y hasta miembros del gabinete de May habían expresado su voluntad de acabar con la estricta austeridad en las cuentas públicas. Ante la posibilidad de que algunos diputados apoyaran la enmienda laborista, Downing Street sugirió que la medida estaba siendo estudiada, pero luego se vio obligado a rectificar ante el enfado del ministro de Economía.

La enmienda no prosperó, pero sacó a la luz las divisiones en el Ejecutivo ante un tema tan crucial como la política económica. Este jueves, dos enmiendas que exigían priorizar el acceso al mercado único en las negociaciones del Brexit y excluir la posibilidad de abandonar la mesa sin acuerdo también han sido rechazadas. Pero su tramitación no ha hecho sino subrayar que, tampoco en ese asunto crucial, existe consenso en torno a May.

La primera ministra ha podido comprobar esta tarde que tendrá que buscar el compromiso para sobrevivir. Ha superado la primera prueba, pero eso no quiere decir que esté a salvo.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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