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ESTUDIAR EN ESPAÑA

La Historia más allá de Colón

Los investigadores se acercan a los archivos desde un ámbito transversal y actual de estudio

Ángeles Lucas
Lucrecia Enriquez, Graciela Bernal, Ximena Urbina y Nelso Fernando González, en Sevilla.
Lucrecia Enriquez, Graciela Bernal, Ximena Urbina y Nelso Fernando González, en Sevilla.PACO PUENTES

Véase un señor elegante y acaudalado, que gestiona minas de plata de Potosí en el siglo XVII, cuando el territorio boliviano pertenecía a la jurisdicción de Lima. El trabajo forzado de miles de hombres en la oscuridad le reportan brillantes beneficios, de sobra como para regalar a su encantadora señora unas preciosas telas de la localidad francesa de Nantes. El capricho se plantea desafiante. ¿Cómo era posible enviar su demanda a Europa y conseguir que la mujer acariciara esos tejidos venidos desde 10.000 kilómetros? El investigador colombiano Nelson González se imbuye en los legajos del Archivo General de Indias de Sevilla para descifrar las prácticas de circulación de información entre España y América en el siglo XVII y XVIII. “El gran éxito del imperio español fue permitir que los mecanismos fueran legales y pudieran coexistir vías oficiales, particulares, eclesiásticas y militares”, apunta.

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Su búsqueda es solo una de las infinitas que cada día repara en el Archivo General de Indias de Sevilla, que desde 1785 atesora la documentación de los territorios ultramarinos españoles. “Este archivo tiene repercusión mundial, es la historia de un continente desde el Cabo de Hornos hasta Alaska y parte de Asia”, resume Manuel Ravina, director de la institución, que señala cómo en épocas pasadas el prisma para estudiar la Historia era la política y la economía. Seguir cada paso de Cristóbal Colón, de Hernán Cortés y analizar las cuentas de las cajas reales de América. Estos estudios se mantienen, pero destaca un giro hacia lo antropológico y el estudio transversal de una misma realidad.

“Los documentos hablan, están vivos. Esto es algo que a la gente no se le ocurre. Pero si usted no le pregunta, no le responde. La cuestión es que no siempre se hacen las preguntas adecuadas a la Historia. Antes no se fijaban en aspectos más humanísticos porque no interesaban, ahora sí. Por eso es importante reescribirla de forma permanente”, señala Ravina, que destaca las bondades de estos legajos a los que se les pueden recuestionar datos sobre agricultura, fortificaciones, lenguas, ingenierías, religiones, caminos, navegación... “Ahora vemos investigaciones como la participación de la mujer en la colonización o las consecuencias del encuentro entre personas de diferentes culturas”, señala.

“Se estudian cada vez más temas vinculados al presente que al pasado. Hay cierta preocupación por la salud del planeta y el medio ambiente, por conocer los derechos de las comunidades indígenas… por ejemplo, qué concesiones de tierras se les hacían a los caciques; o se estudia la flora y la fauna y su impacto en la gastronomía”, señala Antonio Sánchez de Mora, jefe del departamento de referencias del Archivo General de Indias, por el que pasan todos los investigadores que entran en la sala de Sevilla, donde el año pasado se hicieron 17.000 consultas. 

La mexicana Graciela Bernal tiene clara la aproximación humana a su investigación. “Me interesa cómo los sectores sociales se ven afectados por el ejercicio de los funcionarios de la Nueva España en la segunda mitad del siglo XVIII, cómo sus acciones irrumpen de manera directa a personas de carne y hueso”, dice la investigadora, que disfruta de una estancia de 45 días en Sevilla con apoyo de la Universidad de Guanajuato. Su análisis consiste en averiguar cómo se gestionó la división de la Nueva España en 12 jurisdicciones y cómo los funcionarios, a pesar de tener prohibido por un Real Decreto hacer negocios con los indígenas, les obligaban a comprarles bienes. “Por ejemplo, exigían a un indígena que les pagaran una mula, lo que provocaba que pasaran la vida endeudados, y afectaba a la carga de trabajo cotidiano de esta persona”, concluye la investigadora.

La satisfacción de encontrar a los ancestros

"Me entusiasmé y fui a España a buscar las raíces de mi apellido", declara el veterano investigador puertorriqueño Jorge Chinea, que es director del Centro de Estudios Latinos de la Universidad de Wayne. Descubrió que un antepasado suyo llegó en 1815 a Puerto Rico desde la isla canaria de La Gomera. "Somos hispanos con raíces africanas y esa afirmación me ha animado en mi carrera", apunta el experto.

"Provoca una satisfacción personal muy fuerte sentirse tan cerca de los orígenes", señala Antonio Sánchez de Mora, jefe del departamento de referencias del Archivo General de Indias, donde está el listado del embarque de pasajeros para partir de Cádiz a América desde 1503 a 1790, entre otra cantidad ingente de documentos con referencias de apellidos. "Ahí se encuentra una mina de información", apunta Chinea.

Esta práctica, en ocasiones, no está tan vinculada con la cuestión académica. También hay personas adineradas que contratan a los llamados cazadores de genealogía para buscar los ancestros de esas familias. "Muchas veces una cuestión de suerte, porque también se subían a los barcos miles de personas sin registrar, o el apellido es muy común", apunta Sánchez. Después, la búsqueda puede acabar por revelar desde descendencia de un virrey hasta la de un esclavo.

Es una muestra también de una nueva perspectiva de estudio multidisciplinar y transversal de una misma realidad. Sobre cómo a partir de un documento se vislumbra una vida anónima. “Los investigadores se enfrentan ahora a una gran dificultad para abordar los temas, ya no se ven solo desde una vertiente. Y además ahora se plantean más de cara al futuro, más propositivos, más activos. Hay cierto escalón generacional”, apunta Raúl Navarro, director de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, ubicada también en Sevilla. Un centro que es residencia de estudiantes y por el que pasan en su mayoría, mexicanos, colombianos, chilenos y brasileños de los provenientes de Latinoamérica.

“Aquí han venido a buscar precedentes de catástrofes medioambientales en la zona de Nueva Orleans para reclamar a las aseguradoras de viviendas indemnizaciones por construir en zonas vulnerables, o cuestiones sísmicas, o de la salud de los corales del Caribe”, añade Sánchez de Mora, que resalta también que proliferan temáticas en relación con los aniversarios como las independencias o los 500 años de la primera Circunnavegación de Magallanes, que se celebra en 2019.

La navegación fue clave para la historia del hombre acaudalado de Potosí. La carta con la demanda de telas, portada por una mula durante meses por las cumbres andinas hasta llegar al puerto de Lima, zarparía hasta Cádiz para que un comerciante cumpliera el capricho. “Lo interesante es que la correspondencia permitía vínculos de confianza entre desconocidos en la distancia. Se generaban acciones, expectativas en el otro”, ilustra González, cuya investigación se dirige desde la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, con una beca de cinco años del Gobierno colombiano. Una comunicación que escribe otras historias e Historia por descubrir.

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Sobre la firma

Ángeles Lucas
Es editora de Sociedad. Antes en Portada, Internacional, Planeta Futuro y Andalucía. Ha escrito reportajes sobre medio ambiente y derechos humanos desde más de 10 países y colaboró tres años con BBC Mundo. Realizó la exposición fotográfica ‘La tierra es un solo país’. Másteres de EL PAÍS, y de Antropología de la Universidad de Sevilla.

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