Trump a Corea del Norte: “Está buscando problemas”
El régimen de Kim Jong-un advierte de que responderá al envío de un portaaviones de EE UU a la zona
La tensión sigue subiendo en la península coreana. El presidente de EE UU, Donald Trump, ha reiterado este martes en una serie de tuits sus serias advertencias contra Corea del Norte y su exigencia a China para que le ayude a frenar a su aliado. Horas antes, el régimen de Kim Jong-un ha advertido de “consecuencias catastróficas” y “medidas duras” si Estados Unidos continúa sus provocaciones, después de que el portaaviones Carl Vinson y su flotilla hayan sido desplegados en la zona.
El tono se ha ido tornando cada vez más desafiante en uno y otro lado, alejado del silencio con el que reaccionó Trump, entonces recién llegado a la Casa Blanca, cuando Pyongyang realizó un nuevo ensayo balístico el pasado febrero, en plena visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, a Estados Unidos. “Corea del Norte está buscando problemas. Si China quiere ayudarnos, estupendo. Si no, ¡resolveremos los problemas sin ellos! EE UU”, enfatizó Trump, en tono beligerante, en uno de sus mensajes este martes en su cuenta de Twitter. La tensión con Corea del Norte aumenta en paralelo las crecientes discrepancias con Rusia debido a sus diferentes posiciones respecto a la guerra de Siria.
Pyongyang ha amenazado, a través del diario oficial, con responder con un ataque nuclear si le provocan:"Nuestro poderoso Ejército revolucionario está vigilando cada movimiento de elementos enemigos con nuestras miras nucleares puestas en las bases invasoras de Estados Unidos" no solo en Corea del Sur y el pacífico "sino también en el EEUU continental".
EE UU lleva días difundiendo la idea de que actuará por su cuenta contra Corea del Norte, el país más sancionado por su armamento nuclear, si China no pone más de su parte. También insistió el asunto este martes Trump en un tono exaltado: “¡Le expliqué al presidente de China que un acuerdo sobre comercio con Estados Unidos sería mucho mejor para ellos si resuelven el problema norcoreano!”, señaló, vinculando una y otra negociación con Pekín.
Trump y el jefe de Estado chino, Xi Jinping, se reunieron la semana pasada en Florida en un encuentro en el que el programa de armamento de Corea del Norte fue uno de los asuntos dominantes, aunque no lograron acercar posturas. La Casa Blanca quiere que Pekín, el aliado más importante de Pyongyang, para lograr el desarme del régimen norcoreano. China replica que ya hace cuanto está en su mano, incluido un embargo a las importaciones de carbón de Corea del Norte, una de las principales fuentes de ingresos del régimen de Kim Jong-un.
Ante esa falta de acercamiento, Estados Unidos ha insistido, por boca del propio Trump y de su secretario de Estado, Rex Tillerson, en que si Pekín no coopera, actuará por su cuenta.
Corea del Norte está preparada para reaccionar a cualquier forma de guerra deseada por Estados Unidos
En un primer paso, el portaaviones Carl Vinson ha puesto rumbo hacia la península coreana tras haber zarpado de Singapur con la idea inicial de dirigirse a Australia.
A lo largo de abril suele ser habitual que ambas partes eleven su retórica: Estados Unidos y Corea del Sur celebran en esas fechas maniobras militares conjuntas, que el norte percibe como una amenaza sobre su territorio. Pero, además, esta semana es especial para el régimen norcoreano, muy dado a marcar sus hitos históricos: este martes se cumple el quinto aniversario del nombramiento de Kim Jong-un como secretario general del Partido de los Trabajadores de Corea, la espina dorsal política del régimen. Para conmemorarlo, se celebra una sesión extraordinaria de la Asamblea Popular Suprema, el legislativo de ese país.
El sábado se celebrará el 105 aniversario del nacimiento del fundador del régimen y abuelo del líder actual, Kim Il-sung. Corea del Norte prepara para ese día un espectacular desfile militar, para mostrar ante el mundo un alarde de fuerza. Los analistas no descartan que Pyongyang quiera conmemorar la fecha también con el lanzamiento de un misil, quizá incluso de largo alcance.
Corea del Norte ya lanzó el pasado miércoles un misil de combustible líquido, aunque apenas recorrió 60 kilómetros antes de caer al mar. El mes pasado había lanzado simultáneamente cuatro cohetes, tres de los cuales llegaron a aguas bajo control japonés. El régimen norcoreano, que ya ha completado cinco pruebas nucleares -las dos últimas, el año pasado-, podría estar preparando una sexta: las recientes imágenes vía satélite han detectado, según los expertos, movimientos sospechosos en la zona de Punggye-ri, donde se llevaron a cabo las anteriores.
El régimen que encabeza Kim Jong-un ha amenazado con probar este mismo año un misil de largo alcance que pueda llegar a territorio estadounidense, algo que el presidente Donald Trump ha asegurado que no ocurrirá.
“Los movimientos insensatos de EE UU para invadir la República Popular Democrática de Corea [el nombre oficial del país] han llegado a una fase grave”, indica el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano. Esta nación “está preparada para reaccionar a cualquier forma de guerra deseada por Estados Unidos”.
“Consideraremos a EE UU responsable de las consecuencias catastróficas que acarreen sus actos escandalosos”, añade el portavoz citado por KCNA. “Corea del Norte está preparada para reaccionar a cualquier tipo de guerra deseado por Estados Unidos”.
Preocupación de Seúl y Pekín
Tras reuniones en Seúl el lunes, China y Corea del Sur han acordado “endurecer sus medidas” si el norte lleva a cabo otra prueba nuclear. El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, minimizó el envío el sábado del navío militar Vinson frente a la península de Corea, en lo que se interpretó como un despliegue de fuerza al régimen norcoreano. “No hay una ninguna demanda específica, ninguna señal”, dijo en una rueda de prensa. Mattis aseguró que la decisión respondió al hecho de que EE UU canceló su participación en un ejercicio militar, informa Joan Faus.
Pero el lanzamiento de misiles estadounidenses contra posiciones del régimen sirio la semana pasada se ha interpretado como un mensaje indirecto también al régimen de Kim Jong-un: en su gira por Asia en marzo, el secretario de Estado Rex Tillerson indicó que “todas las opciones” estaban sobre la mesa.
Aunque un ataque preventivo contra Corea del Norte sería más complicado y tendría consecuencias mucho más graves que la última acción en Siria. Seúl se encuentra a apenas una cincuentena de kilómetros de la frontera y Corea del Norte cuenta con numerosos misiles apuntados hacia su vecino del sur.
El propio ministro de Unificación surcoreano, Hong Yong-Pyo, ya lo ha dejado claro: “Los ataques preventivos podrían resolver los problemas nucleares de Corea del Norte, pero para nosotros también trata de defender la seguridad de la gente”, puntualizaba este lunes.
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