La verja de Kuwait para frenar los planes de Irak
La barrera, construida por el emirato con la ayuda de EE UU, tiene alambre de espinos y un gran foso
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Tras la invasión iraquí de Kuwait en 1991, la ONU autorizó al emirato a construir una verja a lo largo de los dos centenares de kilómetros de su frontera con Irak para protegerse de las ambiciones territoriales de Saddam Husein.
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Con ayuda de EE UU, cuyas tropas echaron a las iraquíes del pequeño país petrolero, los kuwaitíes levantaron una valla electrificada que va desde la costa del golfo Pérsico hasta la linde con Arabia Saudí. La barrera, que no se aprecia en la imagen tomada en la localidad fronteriza iraquí de Umm al Qasr, se rodeó de alambre de espino y un foso de casi cinco metros de ancho y otros tantos de profundidad. No se contempló entonces la necesidad de que hubiera puertas o pasos en distintos puntos de la verja.
Así que cuando en marzo de 2003, Estados Unidos quiso entrar en Irak para castigar a Saddam por su supuesta ocultación de armas de destrucción masiva, no le quedó más remedio que agujerear la valla para que pudieran pasar sus carros de combate. Esos movimientos alertaron a los observadores de la ONU de que se preparaba una nueva guerra. Al año siguiente, Kuwait instaló una nueva barrera de hierro en paralelo a la anterior para evitar la infiltración de iraquíes.
Esta defensa pudo inspirar a sus vecinos saudíes que empezaron a hablar de hacer lo mismo en su frontera norte, desde Irak hasta Jordania. La llamada 'gran muralla' saudí empezó finalmente a construirse en 2014 ante la amenaza del Estado Islámico.
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