Gustavito no murió apuñalado, sino por negligencia

El crimen que indignó a El Salvador y al mundo ha sido puesto en duda. Las autoridades dijeron el martes que Gustavito, el hipopótamo más querido del país, murió el pasado 26 de febrero por el ataque cobarde de un grupo de desconocidos a golpes y con un cuchillo. Un par de días después la historia ha dado un giro. Una necropsia sugiere que el animal de 15 años murió en realidad por los malos tratos que recibió en el Parque Zoológico Nacional de San Salvador. Las revelaciones del estudio forense han abierto un nuevo debate entre quienes no ponen en entredicho la versión oficial y quienes exigen que el Gobierno se disculpe y diga lo que realmente pasó. 

La ministra de Cultura, Silvia Elena Regalado, ha salido a calmar las aguas y ha dicho que el resultado no implica que el ataque se haya producido o no, La ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, aduce que es posible que Gustavito muriera por el trauma derivado de la agresión. En la necropsia, sin embargo, no hay rastro de las heridas que supuestamente sufrió el animal con un puñal, como se había señalado antes. El estudio concluye que el hipopótamo falleció de una hemorragia pulmonar.

Un sindicato de trabajadores de la cartera de Regalado asegura que Gustavito estuvo enfermo durante sus últimos 17 días de vida y que las autoridades no dieron el seguimiento que debían al problema que padecía. "El zoológico está en una situación precaria, con recursos insuficientes", ha acusado Mauricio Sermeño, el presidente de la organización no gubernamental Unidad Ecológica Salvadoreña. Sermeño ha ido más lejos al denunciar que se lanzó una "mentira internacional" y ha tildado la versión oficial de "inverosímil".

La policía salvadoreña ha intentado esclarecer los hechos y ha instado a los trabajadores del zoo a que establezcan quién pudo haber sido el autor de la agresión. La labor de los agentes se ha dificultado debido a que no existe una grabación de circuito cerrado que dé fe de que se produjo el ataque y cómo fue.

"Aquí estamos expuestos a horrendos crímenes, pero lo de Gustavito tiene un matiz grave porque era la insignia del parque, en un país pobre donde el zoológico es la máxima diversión de los sectores populares", ha comentado el analista Roberto Cañas a la agencia AFP. En El Salvador, uno de los países más violentos del mundo, la noticia de la muerte del animal impactó a la opinión pública que siguió alarmada la agonía del hipopótamo, por absurda y por violenta. Ahora, sin que la conmoción haya cedido terreno, lo que reinan son las dudas.